Bruselas

El martes 26 de julio, finalmente, el Gobierno confirmó la fecha de la tercera reunión de la llamada "Mesa de diálogo con Cataluña". Y anunció que habría "acuerdos concretos". Al día siguiente, entre ellos, aunque en un lenguaje farragoso, destacaron que Pedro Sánchez asumió que no habría un 25% de clases en castellano en las escuelas catalanas y que Pere Aragonès renunciaba a la unilateralidad.

Pero aquel miércoles 27 de julio también se pactó llevar el catalán al Parlamento Europeo.

Entre otras cosas, para ver cómo avanza el asunto de la oficialidad lingüística, viajó José Manuel Albares este jueves a Bruselas. El ministro español de Asuntos Exteriores se reunió con dos comisarios para hablar de Gibraltar, de la guerra y de la presidencia rotatoria que asumirá España en el segundo semestre de 2023. Pero antes, inició su periplo en el despacho de la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola.

Albares le recordó la carta que le envió el pasado septiembre, pidiéndole que las lenguas cooficiales del Estado español pasen a serlo también del Parlamento Europeo, al menos, en sus sesiones plenarias. Y le "insistió" en "avanzar decididamente" en el uso del catalán, gallego y euskera.

"Metsola ha sido receptiva al respecto", explicaba el ministro más tarde, a las puertas de la Comisión, en una comparecencia ante la prensa.

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A pocas semanas de que se tenga que reunir la Mesa por cuarta vez -ése fue otro de los compromisos-, el ministro buscaba, como mínimo, detalles sobre el asunto. "Le he insistido en avanzar decididamente en este tema, aunque ella evidentemente lo tenía claro porque había recordaba mi carta al respecto", indicó Albares.

"Cesión a los separatistas"

"Que la prioridad del Gobierno de España ante la presidencia rotatoria del Consejo en la segunda mitad de 2023 sea que sus socios nacionalistas puedan hablar en catalán y vasco en el Parlamento Europeo es una verdadera vergüenza", lamenta José Ramón Bauzá.

En conversación con este diario, el eurodiputado de Ciudadanos y expresidente autonómico de las Islas Baleares, recuerda que "el ninguneo del español en las escuelas catalanas es una cesión más de Pedro Sánchez a sus socios separatistas, como la reforma del delito de sedición".

Lo cierto es que Metsola le alegó que la decisión no es suya, y que deberá pasar por el bureau, el equivalente en la Eurocámara a la Mesa del Congreso. Y eso, advirtió la presidenta del Europarlamento, ya dependerá de "un acuerdo entre grupos parlamentarios y dentro de la mesa".

Tampoco se comprometió la política popular maltesa a darle una fecha al Gobierno español para ese trámite. Y además le refirió al ministro español "ciertos problemas técnicos", como la falta de cabinas para más traductores.

Según explicó Albares, en el "intercambio" de pareceres para ver "cómo se podía avanzar en esto", Metsola le alegó que para habilitar "espacio para las cabinas de traductores, hay una serie de adaptaciones que hacer". 

En cualquier caso, el ministro pidió que "no se olvide" que la petición "está hecha". Y en su descargo, recordó que no es una decisión que esté en manos de España ni que sea "exclusivamente de la presidenta" de la Eurocámara.

La petición ya tiene al menos un precedente, en el año 2005. Entonces, el Ministerio de Exteriores se dirigió a Josep Borrell, que era el presidente del Parlamento Europeo, para proponerle un acuerdo entre la Eurocámara y España que permitiera ciertos usos de catalán, gallego y euskera, si bien en aquella ocasión no salió adelante.

Antecedentes

La solicitud de España al Parlamento Europeo para que el catalán, el gallego y el euskera puedan ser lenguas de uso en los plenos de la Eurocámara llega apenas un mes después de que la Eurocámara acogiera a decenas de asociaciones civiles y de padres de alumnos denunciando "la persecución del español" en los colegios y universidades de Cataluña.

El pasado 12 de octubre, la Eurocámara fue escenario de la emisión de un vídeo de denuncia al respecto, de un debate público con estas organizaciones y de una manifestación a las puertas de la sede en Bruselas.

En las mismas fechas, Didier Reynders recibió al president independentista de Cataluña. El comisario de Justicia europeo instó a Pere Aragonès a "cumplir la sentencia judicial" del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, convertida en firme tras pasar por el Supremo.

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"Debería marcar las prioridades geopolíticas españolas para la presidencia europea del año que viene", continúa Bauzá, "pero Sánchez demuestra que no le importa el liderazgo de España, sino mantenerse en el poder a toda costa, aunque sea haciendo el ridículo en Bruselas".

El compromiso del Gobierno de Pedro Sánchez con el de la Comunidad Autónoma catalana que llevaba Albares este jueves a Bruselas demanda que haya intérpretes del catalán, euskera y gallego a las lenguas de los Veintisiete, pero no que los otros idiomas sean traducidos a ellas.

Los tiempos para tomar la decisión los maneja ahora Metsola. Según la agencia Efe, la presidenta ha solicitado un informe sobre las implicaciones que este cambio tendría en diferentes servicios de la Eurocámara (desde los de interpretación hasta el departamento de finanzas o de administración), su coste y la base legal sobre la que se podría tomar una decisión.

Ese documento lleva tiempo en proceso de redacción, desde el envío de la carta de Albares, el pasado septiembre. Fuentes cercanas a la presidencia estiman que aún quedan "semanas, más que días" antes de tener un texto final.

El informe resultante servirá para argumentar la decisión que debe tomar la Mesa del Parlamento Europeo, que está compuesto por la presidenta de la institución y 14 vicepresidentes que representan a seis de los siete grupos del hemiciclo (excluyendo a la ultraderecha de Identidad y Democracia).

Son tres del Partido Popular Europeo (EPP), tres de los liberales (Renew), uno de los Conservadores y Reformistas (ECR), cinco socialdemócratas (S&D), uno de los Verdes -donde está integrada Esquerra- y uno de La Izquierda -que integra a Unidas Podemos-. Pero ninguno de los miembros del 'bureau' es español.

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