Feijóo: "Sánchez debe decidir si la desprotección de las mujeres es culpa de Irene Montero o de Llop"

Después de pasar un día encerrado en casa por enfermedad, Alberto Núñez Feijóo viajó a Lisboa a reunirse con sus colegas del Partido Popular Europeo (EPP). Y como todo el encuentro estaba organizado para ver y escuchar "al próximo primer ministro de España", como dijo Manfred Weber, el presidente del Partido Popular aprovechó su discurso para arremeter duramente contra el Gobierno:

"Les avisamos, nosotros, los jueces, los expertos, las feministas... ahora, Pedro Sánchez debe decidir si la desprotección de las mujeres es responsabilidad de su ministra de Igualdad o de la de Justicia".

El grueso de la intervención de Feijóo fue una defensa de la democracia "no como el sistema más idóneo, sino como el único que lo es, a la vista de la experiencia".

Y esa experiencia, él la quiso mostrar en dos ejemplos "que estamos viviendo en España: uno, la citada Ley del sí es sí como síntoma de su "entrega al populismo" que, dijo, socava la credibilidad de las instituciones: "En lugar de rectificar, ahora el Gobierno dice que los jueces "son fachas con toga y un colectivo machista".

Y dos, la "abdicación de uno de los grandes partidos que sustentaban la centralidad de la política española ante el populismo y el independentismo". Es decir, la "rebaja de penas a criminales sexuales" y la derogación del delito de sedición y (tal vez) el de malversación.

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Antes que él, el propio Weber ya cerrado su discurso de apertura poniéndole el marco a Feijóo: "Sánchez acaba de pactar con el Gobierno de Cataluña que atacar el Estado de derecho proclamando la independencia ya no es un crimen en España".

Y eso -la derogación del delito de sedición-, dijo, ataca, primero, a la Constitución Española. Pero también es contrario al espíritu del EPP, que debe unificar, unir y mantener unidos. Tanto Europa como, claro, España".

Hay una explicación para esta unión de intereses, y para que en Lisboa los populares europeos conocieran tantos detalles del cuadro oscuro que Feijóo ve en el Gobierno del PSOE.

Las generales en España están previstas en diciembre de 2023, y a los pocos meses serán las europeas, en mayo de 2024. Así, el todavía nuevo líder del EPP necesita a Feijóo. Sin una victoria del PP en España en 2023, el partido sufriría un enorme golpe a nivel europeo. Porque tras la derrota en Alemania, sólo la esperanza de recuperar España permite mantener el discurso de que los populares son "la primera familia política europea". 

Por eso, concluyó el político alemán, "tu trabajo, Alberto, es importante, y por eso compartimos las preocupaciones de España". Y por eso el propio líder español presumió de que "todas las crisis europeas han sido solucionadas por el Partido popular Europeo".

"La amenaza populista"

Respecto a los efectos perniciosos de la llamada Ley de sólo sí es sí, Feijóo exigió a Sánchez que decida: "Debe optar. O la responsabilidad última de la desprotección de las niñas, adolescentes y mujeres es de la ministra de Igualdad o lo es de la Ministra de Justicia... o de las dos. Y si no, asumir él toda la responsabilidad, porque fue su Consejo de Ministros el que adoptó esa ley".

A propósito de la proposición de ley para reformar el Código Penal pactado con ERC, y la exigencia de Oriol Junqueras de quedar limpio también del delito de malversación, el líder del PP exigió al presidente del Gobierno que aclare definitivamente hasta dónde está dispuesto a llegar: "Debe pronunciarse y explicar si va a ceder ante los independentistas y va a reducir las penas de los corruptos desarmando la democracia española".

Porque el riesgo, según Feijóo, es que el populismo "aprovecha los momentos de crisis para socavar la confianza de los ciudadanos en las instituciones". Y que "la debilidad" del Ejecutivo español, le está llevando a sobrevivir "cediendo ante populismo y el independentismo, y facilitando así que una parte de nuestro país pueda separarse de España y, por tanto, de la UE".

Alberto Núñez Feijóo, junto a Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo, en la Asamblea del EPP en Lisboa. ADP

El líder del PP dejó en silencio al auditorio del hotel Epic Sana Marques de Lisboa con un discurso durísimo. "En mi opinión, ésta es una de las mayores crisis que ha vivido la democracia española, con una influencia nunca vista de los populistas y los independentistas".

En ese lienzo tan oscuro como el pintado por Feijóo, finalmente sí dejó ver un par de trazos de luz para la esperanza. Por un lado, recogió el inicio de su alocución sentenciando que "la experiencia nos demuestra que la democracia es el sistema idóneo porque permite a los ciudadanos elegir con su voto que se vaya un mal gobernante".

Y por otro, lo que arrancó los aplausos de sus compañeros del EPP, porque afirmó estar "convencido de que los españoles votarán libremente y cambiarán este Gobierno". 

Una tarea encargada por el EPP (y autoimpuesta) que pasará, dijo, por "demostrar que los populares huimos de la retórica radical y somos más eficaces y solidarios". Porque la oportunidad del PP como ariete del futuro de la formación a nivel europeo es "no dejar que los afectados por esta crisis se sientan desplazados por la globalización y acaben en manos de los populismos".

Tres reglas con Meloni... y Vox

Feijóo había sido invitado como estrella principal de la Asamblea del EPP en Lisboa, por expreso deseo del presidente Weber, y de los líderes del PSD y el CDS portugueses, Luis Montenegro y Nuno Melo. Suya es la oportunidad de recuperar el Gobierno en España, y con ello, darle a los populares europeos una de las plazas principales de Europa. Hace un año que Angela Merkel se retiró y en Alemania subió al poder una coalición progresista.

Como principal líder entre los invitados a la reunión más importante de los populares europeos entre congresos, Feijóo debía marcar la posición del EPP respecto a la guerra en Ucrania y el reciente incidente mortal con los misiles en suelo polaco. Pero el político gallego no pudo evitar introducir asuntos locales en su discurso, para aprovechar las dificultades por las que pasa el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

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"Las elecciones en España son muy pronto y eso nos anima", proclamó con una enorme sonrisa Weber. El político bávaro está empeñado en su propio "plan de recuperación", el de los populares continentales. Por un lado, no deja de presumir de que "el EPP es la mayor familia política de Europa", pero por otro reconoce que recibió hace menos de seis meses una formación en leve declive.

Por el empuje de la ya citada derrota en Alemania, por la incapacidad de sus líderes de reivindicar su papel en la construcción europea y, sobre todo, por el creciente papel de los populismos, en este caso los de derechas, en el continente.

Aunque, pocas semanas después de la formación del Gobierno de Giorgia Meloni en Italia -apoyada por Forza Italia, miembro del EPP- y a pocas fechas de que el PP se vea en la decisión de contar con Vox en España, Weber dio por buenos los acuerdos con ellos. Sólo marcó "una línea roja pintada con tres criterios".

Para pactar con ellos, han de ser proeuropeos, pro ucranianos -en un momento de blanco y negro, o estás en el buen lugar o en el equivocado de la historia- y claramente pro Estado de derecho. Y atacó duramente a "la izquierda que pacta con Mélenchon en Francia, o con los comunistas en Portugal, o con Podemos en España, "que están en el Gobierno y se manifestaban contra él durante la cumbre de la OTAN en Madrid".