La exvicepresidenta del Gobierno y exportavoz del Partido Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, ha sido ministra de varias carteras durante su etapa en la política activa, pero este martes ha confesado en Sevilla que también le hubiera gustado ser de Defensa. 

Sáenz de Santamaría ha reparecido en el Space Defense Industry Sevilla Summit, evento que se está celebrando en la ciudad sobre la industria espacial y de defensa y las tecnologías asociadas, y ha puesto deberes a Europa.

A su juicio, "la Unión Europea necesita una estrategia geopolítica que dé un hilo transversal a sus políticas energéticas, monetaria, de seguridad y de defensa". También enfocada para fortalecerse contra los ciberriesgos y la desinformación.

La expolítica que quiso suceder a Mariano Rajoy es abogada del Estado en excedencia y ha participado en el evento como socia del despacho de abogados Cuatrecasas. Desde esa perspectiva, ha manifestado que los desafíos y los retos son tan grandes que es imprescindible la colaboración pública y privada. 

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Todo ello, teniendo en cuenta el panorama actual de la guerra de Ucrania que "ha puesto punto final" al concepto de globalización visto en las últimas tres décadas. Al respecto, ha reconocido que si se lo llegan a decir cuando estaba en el Gobierno no lo hubiera creído. 

Por ello, cree que frente a la dependencia se necesita diversificación y también "sacrificar algo de eficiencia para ganar resiliencia". Ante estas circunstancias, ha propuesto que la inversión en la investigación prime para crear sinergias entre industrias civiles y militares, pero insiste en que el sector público "no puede solo".

Cree que las empresas tienen mayor agilidad y experiencia a la hora de "atraer el talento adecuado y más recursos para aportar en talento e innovación". Y que, por su parte, a los gobiernos le corresponde fijar "los grandes objetivos" y crear un marco de seguridad jurídica y de rentabilidad adecuada económicamente y temporal.

Consenso y colaboración política

No obstante, asegura ser consciente de que ninguno de los desafíos pendientes "son realizables" en una o dos legislaturas. En esta cuestión, a su juicio, que los representantes políticos se estén examinando cada año entre unas elecciones y otras.

Esta cuestión la ha enlazado con la necesidad de alcanzar "consenso y colaboración política" porque "desde la moderación se construye la certidumbre" y también la posibilidad de marcar un rumbo de país con el que se identifique la mayoría.

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También ha hablado de los ataques en el ciberespacio. A su juicio, "lo que se busca es socavar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y con ellos el sistema democrático". Y todo ello con el objetivo de convencer de que "todo el sistema liberal está en decadencia". 

Por último, ha recordado que el mundo en general ha sufrido "un retroceso" respecto a los años 90. Por ello, en la actualidad, sólo el 25% de la población vive en democracia, del resto dos tercios bajo "dictaduras con elecciones y el otro tercio bajo autocracias".