El PSOE va a votar este jueves en el Congreso la reforma del delito de malversación en medio de una gran crisis interna. Las discrepancias afloraron el pasado martes en una reunión en la que participaron la mayoría de los 120 diputados del partido, donde algunas voces se mostraron disconformes, pero el portavoz, Patxi López, zanjó los comentarios con esta frase: "Es lo que toca".
El que más duro se mostró fue el diputado por Guipúzcoa Odón Elorza, que criticó los efectos electorales que puede tener la estrategia diseñada por Moncloa y la celeridad en la tramitación de la reforma. También habló Agustín Zamarrón, diputado por Burgos y una figura muy respetada dentro del grupo parlamentario, que subrayó la necesidad de un debate más sosegado.
Este jueves quedará dibujado el nuevo delito de malversación, como un guiño del PSOE a ERC, en una enmienda presentada a la reforma que busca también derogar el delito de sedición por uno nuevo de desórdenes públicos agravados. Con las medidas, se verán rebajadas las condenas dictadas a los participantes del procés secesionista de 2017 en Cataluña.
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El paso dado por Moncloa ha sentado mal en parte de las filas del PSOE, que no entienden cómo se puede explicar a la ciudadanía que se reforma el Código Penal al dictado de quienes lo infringieron. En el caso de la sedición, argumentan algunos, aún se podía argüir que se busca homologar el delito a estándares europeos, pero con la malversación es distinto.
A los barones que han mostrado sus discrepancias en los últimos dos días se han sumado también algunos diputados como Elorza. Durante la reunión del martes, aseguró que era una mala estrategia no centrarse en sacar pecho por la aprobación de los Presupuestos Generales y, en cambio, intentar una reforma del Código Penal con los tiempos marcados por los independentistas.
Según su parecer, el PSOE no debería haber optado por reformar el Código Penal con una proposición de ley, sino con más debate, y teme que pueda tener un coste electoral demasiado elevado para el partido. Agustín Zamarrón se pronunció en una línea similar, aunque centrándose en que la vía rápida no era la forma de tramitar una reforma así.
A pesar de las críticas, asistentes a la reunión aseguran que el tono fue cordial y que Patxi López se mostró empático con las dudas que están teniendo sus diputados. Aunque pocos tomaron la palabra, el portavoz era perfectamente consciente de que la sensación de descontento está extendida.
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López resaltó la importancia política de la decisión y cómo iba a servir para seguir destensando la situación en Cataluña, que desde la dirección del PSOE consideran que se tratará de "un importante activo" en un 2023 marcado por elecciones generales, autonómicas y municipales.
Ante el recelo mostrado en público por barones y diputados, desde Moncloa reconocen que se trata de "una situación compleja" y que "hay que explicarla bien a los ciudadanos".
"Entendemos que haya gente a la que le da mucho miedo que podamos estar dando la apariencia de estar siendo tolerantes con la corrupción, y que por eso infunde más respeto que la reforma de la sedición", reconocen fuentes del Gobierno.
Sin embargo, a pesar de las críticas internas, nadie en el PSOE espera que haya diputados que puedan votar este jueves en el Pleno del Congreso en contra de los acuerdos con ERC. Recuerdan que el partido tiene una férrea cultura de disciplina de voto y que no habrá sorpresas.
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