Pedro Sánchez despliega su "escudo social" y marca distancias con ERC pensando ya en las urnas

Una vez pactada con ERC la reforma de los delitos de sedición y malversación, Moncloa da ya por alcanzados los objetivos de la Mesa de diálogo con Cataluña, tal y como publicó EL ESPAÑOL.

Ya están aprobados los terceros Presupuestos Generales del Estado de la legislatura y la necesidad de mantener compacto el bloque de investidura es menor. Quizás sea necesario pactar algunas medidas que se vayan aprobando, incluido el decreto aprobado este martes en el Consejo de Ministros, pero sin las urgencias de los Presupuestos.

Además, fuentes de ERC explican que Sánchez tiene necesidad de poner distancia con vistas a las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Llega el momento de confiar en la memoria de los electores. O, mejor aun, en su desmemoria.

Eso explicaría que el presidente del Gobierno utilizara ayer expresiones que hablaban de la carencia de sentido del independentismo, como asegurar que “están fuera de este tiempo” y, por supuesto, insistir con empeño en la imposibilidad de acceder a la petición de referéndum pactado en Cataluña que reclama el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.

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Se une también el malestar que Sánchez tiene con ERC por no favorecer esos acuerdos con un cierto desarme verbal, según fuentes de Moncloa. Es decir, que no insistan en el referéndum justo el día en que el presidente da el paso de aprobar los cambios en la sedición y la malversación, con el evidente coste político que tiene.

Eso sí, Sánchez hizo una defensa de las medidas que ha adoptado para apaciguar la tensión en Cataluña, con la repetida comparación entre la situación de 2017, cuando se puso en marcha el procés, y la actual.

La otra línea de la intervención de Sánchez es la de confiar en las medidas sociales y económicas aprobadas para hacer frente a los efectos de la guerra de Ucrania, la inflación y la crisis energética.

Lo acompañó de expresiones que hablan de esperanza y de datos favorables sobre el precio de la energía y la reducción de la inflación.

Esas medidas han llegado precedidas de algunos pulsos intensos dentro del Gobierno.

Pugna en el Gobierno

Por ejemplo, la vicepresidenta Yolanda Díaz llevaba meses intentando que se aprobaran medidas para elaborar una cesta de la compra de productos básicos. Se reunió con grandes supermercados desde septiembre, sin lograr avances y también propuso subir impuestos a esas grandes empresas.

En paralelo, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se empeñó en frenar esas medidas por entender que podían alterar la cadena alimentaria.

En paralelo, Yolanda Díaz ha realizado reiteradas declaraciones asegurando que estaba en contra de bajar el IVA a los alimentos porque eso, en su opinión, beneficia a las grandes empresas distribuidoras.

Finalmente, ha ganado Planas y se baja el IVA como, por cierto, pidió Alberto Núñez Feijóo hace cuatro meses.

Fuentes próximas a la vicepresidenta aseguran que si hubiese solo una bajada de impuestos, no afectaría en prácticamente nada a las familias, que es verdad que beneficia más a las distribuidoras, pero que la medida va acompañada de un cheque de 200 euros.

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El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que tendrá que convalidar el decreto en el Congreso escribió ayer poco después del Consejo de Ministros un tuit crítico con esa bajada del IVA. “¿Bajar el IVA es popular? Sí. ¿Es realmente útil? No. Aumenta los beneficios de los grandes supermercados y reduce la recaudación del Estado. Si se quiere ir más allá de un titular y realmente ayudar: 1) Gravemos beneficios. 2) Topemos precios. 3) Subamos el SMI”.

Sánchez intervino en el Consejo de Ministros con un mensaje similar al trasladado en la rueda de prensa en el que alabó a todos los miembros del Gobierno, les felicitó por su trabajo y les pidió que sigan así hasta el fin de la legislatura.