En febrero de 2017 todavía faltaba más de un año para que Pedro Sánchez fuera investido presidente del Gobierno tras una moción de censura a Mariano Rajoy, pero Emiliano García-Page ya intuía que el candidato a secretario general no caminaba al compás de la tradición histórica del partido. "Para gobernar España no puedes reinventarla ni ponerla patas arriba por ganar cuatro votos en el PSC o en otros partidos" decía Page entonces. "El PSOE no puede terminar siendo una sucursal de Podemos".
Seis años después, el pronóstico de Page ("si Sánchez gana las primarias, el PSOE entrara en una etapa de incertidumbre") se ha hecho realidad. Al menos, desde el punto de vista del propio García-Page y de los que opinan que el sanchismo no es la versión actualizada del PSOE en la era de los populismos, sino un bache en la historia de un partido que, desde 1978, siempre se mostró leal a la Constitución, a los pactos de la Transición, a la igualdad entre españoles y a la soberanía nacional.
Las siguientes son las diez frases más relevantes de la entrevista de EL ESPAÑOL a García-Page. Si Sánchez pretendía despejar de obstáculos políticos su camino hasta las elecciones de 2023, esta entrevista le habrá convencido de que sus rivales no están sólo en la oposición, sino también en el seno de su propio partido. Le habrá convencido, en fin, de que algunos de esos obstáculos tienen memoria y, sobre todo, opiniones propias.
1. "Las decisiones que está tomando el Gobierno no coinciden con lo que yo pienso"
El mejor resumen posible de la entrevista de EL ESPAÑOL y el combustible que alimenta las críticas internas en el PSOE contra el sanchismo. Contra la opinión de aquellos que rechazan la idea de que exista un socialismo leal a la Constitución y uno populista encarnado en Pedro Sánchez en la creencia de que ambos son el mismo, García-Page recuerda que al menos una parte del socialismo no comparte las decisiones del Gobierno. Y entre esas decisiones, el indulto de los líderes del procés, la eliminación de la sedición del Código Penal y la rebaja de las penas por malversación.
2. "Todas las decisiones que se están tomando están más pensadas para retribuir un apoyo parlamentario que para resolver un problema de fondo"
O lo que es lo mismo, Pedro Sánchez miente cuando afirma que los indultos y las reformas de la sedición y la malversación tienen como objetivo homogeneizar nuestro Código Penal a Europa o pacificar Cataluña. La lectura de las palabras de Page es obvia. Sánchez no se mueve en beneficio de España y de los españoles, sino de sus intereses particulares. Y a la cabeza de ellos, su permanencia en el poder.
3. "El Código Penal no puede cambiarse con nombres y apellidos, hay que restablecer el entendimiento entre el PSOE y el PP"
Una llamada al consenso entre PP y PSOE en los grandes temas de Estado y, al mismo tiempo, una crítica a la ruptura del principio de generalidad de la ley penal en función de los intereses coyunturales de un Gobierno parlamentariamente muy débil. Generalidad de la ley penal que, como principio básico de la democracia y del liberalismo, ha sido quebrado al beneficiar a unos políticos concretos con una reforma ad hoc del Código Penal de la que ellos son sus principales destinatarios.
4. "Es imposible que en nuestro país haya un referéndum sin que participemos todos los españoles"
Frente a aquellas voces en el propio PSOE que abogan por "algún tipo de consulta" en Cataluña, que como es obvio sólo podría versar sobre la naturaleza de su relación con el resto de España, García-Page esgrime el que es probablemente el principio más elemental de la arquitectura social, política y legal española: el de soberanía nacional. O lo que es lo mismo, la idea de que aquellas decisiones que afectan a todos los españoles deben ser adoptadas por todos los españoles y no sólo por una parte de ellos.
5. "ERC no puede reclamarse de izquierdas. Defender privilegios no está en el ADN del progreso ni de la izquierda"
Una idea que, hasta ahora, sólo defendían algunas voces del centroderecha. Si la izquierda es, sobre todo, igualdad de oportunidades y frente a la ley, entonces ningún partido nacionalista, desde EH Bildu al PNV, pasando por ERC, la CUP y Junts, puede reclamarse de izquierdas o progresista. Cualquier ideología que defienda los privilegios territoriales y la ruptura de la soberanía nacional en función de intereses localistas violenta el ADN de la izquierda y debe ser encuadrado, más bien, en la ultraderecha.
6. "No veo riesgo de que el presidente del Gobierno tenga la tentación de acaparar un poder omnímodo en España, y menos con los porcentajes de votos que tiene en el Gobierno"
Frente a las voces de aquellos histriónicos que hablan de una deriva hacia el autoritarismo, Page llama a la sensatez y descarta cualquier tentación autocrática. Y no por pura fe en las credenciales democráticas del presidente, sino por razones bastante más pragmáticas: Sánchez no cuenta con los votos necesarios en España para consolidar un poder omnímodo como ese del que hablan los más exaltados de sus detractores.
7. "Si Pedro Sánchez pierde el Gobierno habrá primarias para buscar a su sucesor"
Una frase que debe ser leída en clave interna. Sánchez no podrá imponer a placer a su sucesor en el partido para que este consolide el sanchismo en detrimento del resto del PSOE. O lo que es lo mismo, el futuro del PSOE lo decidirá el PSOE, no Sánchez. Si García-Page está anunciando su candidatura al liderazgo del partido tras una hipotética derrota del actual secretario general en las elecciones generales de 2023 queda, a pesar de su "yo no estoy en eso", a la interpretación de los exégetas.
8. "En las próximas elecciones nacionales van a pesar más los vetos que los votos. Gobernará quien tenga menos suma negativa"
Una consecuencia de la polarización generada en la España de los últimos cinco años tras la llegada al poder de Pedro Sánchez con el apoyo de ERC, Podemos y EH Bildu. García-Page sólo recuerda aquí algo que los analistas llevan recordando una y otra vez desde hace meses: el principal activo hoy de Alberto Núñez Feijóo entre al menos una parte de la derecha es no ser Pedro Sánchez, y el de Pedro Sánchez entre la izquierda, ser la única alternativa posible a un gobierno de la derecha.
9. "Feijóo y yo nos respetamos, aunque pensemos cosas diferentes. No me pueden pedir que cambie de opinión sobre él"
García-Page llama a rebajar esa retórica política de la crispación que descalifica a los rivales negándoles cualquier legitimidad democrática. El presidente de Castilla-La Mancha niega la caricatura de Feijóo que ha dibujado la izquierda radical (y al menos una parte del PSOE) y reconoce su respeto por él. Ese "no me pueden pedir que cambie de opinión sobre él" no es más que la negativa de Page a entrar en el juego de la polarización y también en ese "o estás con nosotros o contra nosotros" en el que tan confortablemente parecen instalados tantos políticos y no pocos periodistas.
10. "La fuerza de un país se mide por el volumen y la envergadura de sus grandes empresas"
El presidente de Castilla-La Mancha reivindica aquí esa socialdemocracia que, a diferencia de la extrema izquierda que habita hoy en el seno del Gobierno, llama a equilibrar la vocación redistributiva que está en el ADN de la izquierda con la evidencia de que sin empresas exitosas no hay nada que redistribuir y las naciones quedan abocadas a la decadencia económica y política. Su respuesta puede leerse también como una crítica a las decisiones que el Gobierno ha tomado en contra de eléctricas y de la banca, así como en contra de los que tan demagógicamente se han calificado de "ricos" y que no son más, en la mayoría de los casos, que profesionales de éxito.