Esta semana había circulado el rumor en Moncloa que dice que Pedro Sánchez podría estar meditando adelantar las elecciones generales a abril, antes de las autonómicas y municipales. El eco llegó al partido, y así lo confirman a EL ESPAÑOL fuentes del PSOE.
El caso no hubiera ido a mayores de no haberse pronunciado Pablo Iglesias en ese mismo sentido este jueves en declaraciones a Radio Euskadi.
Las fuentes socialistas dan poca credibilidad a la posibilidad del adelanto electoral y apuntan, en cambio, a una estrategia del exvicepresidente del Gobierno para perjudicar Yolanda Díaz.
Iglesias y no Sánchez es, desde la perspectiva socialista, quien tiene verdadero interés en un adelanto de las generales, porque, de esa manera, no daría tiempo a Yolanda Díaz a conformar su plataforma Sumar y tendría que negociar un acuerdo con Podemos desde una posición de debilidad.
"El presidente no puede reconocer que esa es una de las opciones", aseguró ayer Pablo Iglesias, pero añadió que "las encuestas, con permiso del CIS, señalan las buenas perspectivas para las derechas en las autonómicas y no descarto esa jugada del presidente".
No es la primera vez que Iglesias apuesta por adelantar las elecciones. Ya lo hizo el pasado mes de diciembre, cuando el Tribunal Constitucional paralizó parte de la reforma del Código Penal.
"Ahora mismo hay un tipo que está en su casa frente a un tablero de ajedrez pensando: 'Si estuviera yo en Moncloa, mañana el presidente veía el órdago y convocaba elecciones'", dijo en referencia a Iván Redondo.
La realidad es que Podemos encara las municipales y autonómicas del 28-M con unas previsiones nada halagüeñas. Según los sondeos, bajarían en La Rioja, Murcia, Madrid, Comunidad Valenciana, Canarias, Castilla-La Mancha, Baleares y Asturias.
Esta situación complica los planes de los morados, que pretenden liderar una confluencia para las generales junto a Sumar, pero no supeditados a la plataforma de Yolanda Díaz. Iglesias -recuerdan ahora en el PSOE- sabe que la negociación con la vicepresidenta del Gobierno después de esos comicios podría complicársele mucho a Unidas Podemos.
Además, recuerdan los socialistas, a Pedro Sánchez le conviene mantener en diciembre las elecciones por dos razones. Primero, porque le interesa que el espacio a su izquierda no se descalabre en las elecciones, porque le impediría reeditar las alianzas para desbancar al PP.
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En segundo lugar, adelantar las elecciones a abril dejaría en el aire la posibilidad de que Sánchez actuara de líder durante la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, que le corresponde por turno a nuestro país en el segundo semestre del año.
El rumor de la posibilidad del adelanto electoral en Moncloa no es, sin embargo, una idea sin base. El problema con el que se están encontrando los socialistas es que pueden llegar a las autonómicas y municipales en trayectoria descendente y, caso de perder autonomías y ayuntamientos importantes, supondría un duro revés para las generales de diciembre. Históricamente, quien se ha impuesto en las municipales ha ganado después las generales.
Sin embargo, antes de Navidad, los socialistas ya se decantaban por evitar hacer coincidir las elecciones para así disponer de tiempo para "desmontar el efecto Feijóo", en una campaña destinada a deteriorar su imagen y su crédito político.
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