Se cumple una semana desde que estalló la polémica por el supuesto protocolo para embarazadas en Castilla y León. En cuestión de siete días, Vox ha pasado de anunciar un plan provida en la región a asumir que no habrá más que una mejora en la cartera de servicios que Sanidad ofrece a todas las mujeres gestantes.
El capítulo más candente en este asunto se escribió el martes, cuando la formación de Abascal aseguró que se aplicarían las medidas y amenazó con romper la coalición en caso contrario. Lejos de amilanarse ante este órdago, el presidente Mañueco y el propio Feijóo se mantuvieron firmes en su negativa a ceder en este punto.
En las últimas horas, sin embargo, Vox ha reculado de forma notoria en sus posiciones y el PP ya da por zanjado el pulso público que mantenía el vicepresidente de la región, Juan García-Gallardo, con el presidente de la Junta.
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Tanto el vicepresidente de Vox, Javier Ortega Smith, como el propio Gallardo, han descartado poner fin a la aventura con los populares. "Vox no va a frustrar la alternativa a la izquierda en España", son las últimas manifestaciones del número dos del Ejecutivo de Castilla y León este miércoles.
Por su parte, Ortega Smith aseguró que la coalición está "funcionando bien" y se limitó a criticar la falta de cumplimiento de sus socios con los acuerdos pactados. "Si ahora el Partido Popular o su Consejería de Sanidad no quieren cumplir ese acuerdo, pues estarán haciendo algo que en política es muy reprobable, que es engañar a quienes han pactado contigo", se limitó a decir.
La confusión del protocolo
No obstante, la confusión de este protocolo sigue sin haberse resuelto. Todo apunta a que se aprobará en Castilla y León una oferta mejorada para todas las embarazadas que contenga la escucha del latido fetal o la ecografía 4D, pero sin hacer mención expresa a las mujeres que quieren abortar, ni obligar a los médicos a informar de este servicio como una coacción, que fue el origen de la polémica.
Desde luego, el enfoque de estas nuevas prestaciones no será el de luchar contra el aborto, como defendió Gallardo inicialmente en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno del pasado jueves, sino "apoyar a las embarazadas", remarcan dirigentes del PP castellanoleonés.
Desde el entorno de Feijóo las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL se muestran muy críticas con Vox, en línea con lo que ha expresado en público el líder del PP, y siguen sin descartar tanto el cese de Gallardo como la repetición electoral. Aunque reconocen que las aguas se han calmado.
También hay quienes remarcan desde Génova que se ha conseguido "aplacar" al partido de Abascal. "De todas las cuestiones que promueve Vox, ¿cuántas se han aprobado en Castilla y León? Ellos no son los que marcan la agenda en la región, no se ha cambiado nada a su gusto", apuntan.
Ante el ofrecimiento que hizo este miércoles el PSOE para que Mañueco pueda gobernar en solitario en caso de que no sólo rompa con Vox, sino que le imponga "un cordón sanitario", el PP se reitera en su gran apuesta electoral: "Acordar con los socialistas que gobierne la lista más votada para no depender de fuerzas radicales".
Es decir, los populares están dispuestos a echar a Vox del Gobierno de Mañueco siempre y cuando Sánchez se comprometa a hacer lo propio con Podemos. Aunque esta decisión, añaden en Génova, corresponde "única y exclusivamente al presidente de Castilla y León".
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