"Aquellos que pretenden volver a la España negra". Así catalogó Moncloa a los que se manifestaron el sábado en contra de medidas del Gobierno como la reforma de la malversación o la abolición de la sedición.
Este lunes, Podemos, el socio del Gobierno de Pedro Sánchez, volvió a hablar de "manifestación ultra".
Sin embargo, se da la paradoja, tal y como ha contrastado este periódico, de que entre los manifestantes estuvo la vieja guardia de UCD; aquel grupo de políticos que pilotó la Transición en España desde la dictadura a la democracia.
De entre todos los ministros que Adolfo Suárez eligió para sus tres gobiernos, permanece con vida una veintena. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con una amplia mayoría.
Casi todos ellos confirman que o bien estuvieron en la manifestación o que no pudieron hacerlo por problemas de salud. Estos últimos refieren que, de haberse encontrado en condiciones, habrían asistido. También los hay que viven fuera de Madrid y no pudieron desplazarse.
"Si hoy existiera la UCD, seguro que habría salido a manifestarse", dicen algunos de ellos. Ignacio Camuñas –ministro de Relaciones con las Cortes–, Rafael Arias Salgado –ministro de la Presidencia– y José Manuel Otero Novas –primero Presidencia y luego Educación– acudieron a la cita con amigos y familia.
Marcelino Oreja Aguirre –Exteriores– no pudo hacerlo por su dificultad para "estar de pie mucho tiempo a sus 88 años", pero dice que le "habría encantado". José Enrique Martínez Genique –Agricultura– también habría deseado estar, pero no pudo desplazarse desde Málaga.
Ignacio Bayón –Energía e Industria– tampoco pudo asistir, pero sí lo hicieron sus hijos. "¡Y no son ningunos fascistas!", ironiza. Rodolfo Martín Villa desliza que comparte la causa, pero asegura que no va a manifestaciones por haber encarnado la cartera de Interior y para no dar lugar a "malinterpretaciones". Enrique Sánchez de León –Sanidad–, cuyos hijos también estuvieron, dice: "¡Yo estuve en espíritu!". Y Jaime Lamo de Espinosa, que se topó con un "problema familiar", concluye: "La manifestación reflejaba los ideales de la Transición".
Juan Antonio Ortega y Díaz Ambrona –Educación– refleja la nota discordante: no fue porque no quiso. Para conocer su opinión sobre el devenir de la política, remite a sus artículos publicados en la prensa.
Intelectuales y liberales
Todos estos hombres de ochenta años, rejuvenecidos y vueltos a la calle con motivo de la protesta, fueron englobados por el Gobierno con calificativos como "ultras" o de "extrema derecha". La facción del Ejecutivo correspondiente a Podemos fue más allá: los tachó de "fascistas".
A la convocatoria, además de los mencionados dirigentes de la vieja UCD, acudieron escritores como Andrés Trapiello o Fernando Savater; dirigentes de Ciudadanos como Begoña Villacís, Inés Arrimadas o Guillermo Díaz; la eurodiputada Maite Pagazaurtundua o el escritor y diputado del PP Pedro Corral. Éste último ha dedicado sus trabajos sobre la Guerra Civil a laudar la memoria de los llamados "desertores", asfixiados por las dos trincheras.
También viajó a Madrid desde Sevilla el editor de Renacimiento, Abelardo Linares, encargado de haber resucitado literariamente a los mayores exponentes de lo que se conoce como "Tercera España"; véase a Manuel Chaves Nogales, Clara Campoamor, Carlos Morla Lynch y un larguísimo listado de etcéteras.
Alberto Núñez Feijóo decidió ausentarse para no coincidir con Santiago Abascal. Una cuestión de pura estrategia política. Y el líder de Vox no subió al estrado ni tuvo un papel protagonista, ya que la concentración fue organizada desde y por la sociedad civil.
"Ahora nos llaman ultras", reflejan por sorpresa los ministros de Suárez a preguntas de este periódico y tras "ver en la televisión" los calificativos que ha venido brindando el Gobierno a los maniestantes.
Allí se encontraron con viejos dirigentes del PSOE, como Paco Vázquez, y otros que prefieren mantener su nombre en el anonimato. Celebraron el "encuentro de la derecha, el centro y la izquierda". "Porque no fue una manifestación de la derecha, sino de todos aquellos que defienden la Constitución frente a la erosión de las instituciones", refleja Vázquez en charla con este diario.
También les ha escocido especialmente que Sánchez haya equiparado la manifestación de Cibeles con las acaecidas en Cataluña durante los días más álgidos del procés. Moncloa ha dibujado una especie de terreno intermedio entre estos dos "extremos". Y ahí es donde pretende situarse el Gobierno.
En este nuevo esquema configurado desde la irrupción de Podemos y Vox, los ministros de la UCD ocupan el espacio que va del centro a la derecha. Algunos han llegado a simpatizar con la causa de Abascal, como es el caso de Camuñas, que fue fundador de la organización, pero que hace tiempo se desvinculó de su vida orgánica.
Sin embargo, ninguno de ellos se exhibe como revisionista del franquismo. Mantienen posiciones aperturistas y sostienen que el paso de la dictadura a la democracia es el gran logro de la Historia política española.
O gestiona tu suscripción con Google
¿Qué incluye tu suscripción?
- +Acceso limitado a todo el contenido
- +Navega sin publicidad intrusiva
- +La Primera del Domingo
- +Newsletters informativas
- +Revistas Spain media
- +Zona Ñ
- +La Edición
- +Eventos