Pedro Sánchez hará de la presidencia europea de España un punto clave de su relato. Tal y como ha venido informando este periódico, el presidente del Gobierno cree que su "liderazgo internacional" es una de las bazas a explotar en el ciclo electoral de 2023. Esa expresión ha utilizado él mismo en la conferencia que ha dado esta mañana en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La jornada llevaba por título "Autonomía estratégica abierta" y tenía lugar en la sede recién reformada, en la Plaza Marqués de Salamanca, y no en el viejo caserón del Palacio de Viana. Han asistido representantes de los 27 países de la UE, principalmente empresarios y directores de think tank.
El ministro José Manuel Albares, encargado de presentar a Sánchez, ha definido el clima actual como "el momento más complejo desde la caída del Muro de Berlín". Faltan poco más de cuatro meses para que la presidencia de la Unión Europea recaiga en España; será durante el segundo semestre de 2023. No sucedía desde hace trece años –Zapatero fue el último en 2010– y no volverá a ocurrir en otros tantos.
Sánchez, en un discurso leído e impreso, ha definido Europa como "un pequeño gran milagro": "Sólo poseemos el 3% de la superficie, el 6% de las materias primas y el 7% de la población del mundo. Aun así, somos la tercera economía más potente y estamos en la cima de los rankings de mejores lugares para vivir".
En ese instante, poco después de tomar la palabra, ha sido cuando Sánchez ha celebrado que Europa naciera "contra los ultranacionalismos", a los que ha culpado de las guerras del siglo XX. Con esa etiqueta, aunque indirectamente, también ha catalogado a Vladímir Putin. Y en ese contexto ha situado la que quiere que sea su política al frente de la Unión Europea.
No ha habido en su discurso menciones a las alianzas que le sostienen en el Congreso –partidos de corte nacionalista– ni a la política española en general, más allá de algunos datos económicos.
Sánchez ha definido la "apertura internacional" como "uno de los grandes pilares" de Europa, aunque acto seguido ha mencionado las "consecuencias negativas" que ha traído esa característica en forma de "dependencia". De ahí el título de la jornada, el de la ansiada "autonomía".
"Las dependencias importantes son una grave amenaza para la competitividad de nuestras empresas", ha resumido el presidente del Gobierno. "El primer aviso fue la pandemia de la covid. Habíamos deslocalizado la fabricación de material esencial. El 73% de estos bienes se producía fuera de la UE".
Salud, energía y alimentación son los grandes pilares de nuestra "dependencia" –ha enumerado Sánchez–: "Estas realidades son la punta del iceberg. Por ejemplo, la UE produce menos del 20% del software que usamos para el almacenamiento; y menos del 20% de los fertilizantes que requiere nuestra transición ecológica".
El líder socialista ha indicado que no es "bueno" depender "en exceso" de "un mismo actor". Y menos en lo que se refiere a "bienes críticos". Aquí ya hablaba directamente de la Rusia de Putin.
"Vamos a reindustrializar la Unión Europea, y por ende, España. Vamos a reforzar la competitividad de nuestras economías", ha apremiado un Sánchez que ya ha comunicado "estar trabajando en ello".