Y al hombre tranquilo se le agotó la paciencia. El exministro José Manuel García-Margallo se había pasado todo el fin de semana meditando una decisión: había resuelto no regresar a la tertulia El Ágora, que comparte con Carmen Calvo y Pablo Iglesias, hasta que el exlíder de Podemos pidiera disculpas públicamente por sus "intolerables" insultos a dirigentes de PP.
Desde su nacimiento en septiembre de 2021, la tertulia que presenta Aimar Bretos en la Cadena Ser se ha convertido en un excelente termómetro de la actualidad política y ha alcanzado una audiencia que ronda los 1,1 millones de oyentes, según el Estudio General de Medios (EGM). Pero también ha comenzado a disparar algunas alarmas en la Moncloa.
No era la primera vez que Margallo se encontraba visiblemente incómodo en los estudios de Hora 25. En los últimos meses, hasta en tres ocasiones había hecho amago de levantarse de la mesa y abandonar la tertulia, por considerar que recibía un trato desigual de la dirección del programa: o se le impedía replicar a los ataques de Pablo Iglesias, o se interrumpía abruptamente su intervención... para dar paso a la publicidad.
Pero la gota que colmó el vaso fue el monólogo emitido el viernes día 3 en el pódcast La Base, en el que Pablo Iglesias bromeó con enviar policías encubiertos a "follar" con Feijóo, Ayuso, Pablo Casado y Margallo para sonsacarles información.
El líder en la sombra de Podemos remató su comentario con el mismo tono soez: "En la cama estos corruptos de mierda van a cantar La Traviata. Y si nuestros agentes les ofrecen drogas, ya ni te cuento. ¡Que los del PP son unos viciosos!".
Esos comentarios provocaron que García-Margallo estallara. "No es de recibo llamarme corrupto de mierda", afirma el exministro de Asuntos Exteriores, todavía indignado, en conversación con EL ESPAÑOL. "Llevo muchos años en política y nunca me han podido acusar ni de irme sin pagar un café", apostilla.
"Ese fin de semana me planteé no volver a la tertulia hasta que Iglesias pidiera disculpas. Pero el lunes decidí acudir al programa y plantarle cara. Iglesias está acostumbrado a coger un micro y ponerse a insultar a todo el mundo sin que nadie le conteste", relata.
Margallo aprovechó la ocasión este lunes al debatir el escándalo de la ley del sólo sí es sí. Tras desgranar todas las medidas impulsadas por los gobiernos de Aznar y Rajoy para luchar contra la violencia de género, lanzó su carga de profundidad: "Del machismo de Podemos estoy hasta las narices, yo no fui el que dijo que azotaría a Mariló Montero hasta que sangrase".
Y remató: "Yo tengo dos carreras, vine a perder dinero para ser ministro. Y no me cambié de vivienda, no me vine de Vallecas para vivir en Galapagar". Iglesias encajó el golpe con cara de circunstancias.
El vídeo de la intervención de Margallo se ha convertido esta semana en el último hit de Twitter: ya acumula cerca de un millón de reproducciones. Y subiendo.
El exministro asegura que da por zanjado el episodio... aunque algunas heridas tardarán en cicatrizar. "Pablo Iglesias me dijo que si me siento insultado, vaya a los tribunales", explica, "pero en España conseguir la protección al honor es casi imposible, sobre todo si eres un político; el juez te dice que como político estás más expuesto a las críticas".
El eurodiputado del PP descarta llevar a Iglesias ante los tribunales por sus insultos, pero deja claro que no piensa pasarle ni una más. "Espero que haya aprendido que no voy a mantenerme en silencio ante una agresión", señala. "Si estás en un régimen nazi o comunista te pueden llamar de todo y te tienes que callar, pero en democracia no".
No es el primer incendio que sacude la tertulia de la Cadena Ser en los últimos meses. Algunos medios apuntan que en la Moncloa crece la preocupación por los contenidos del programa.
La indiscreción de Calvo
Sobre todo tras las últimas indiscreciones de Carmen Calvo, que hace dos semanas desveló que tanto ella como el exministro de Justicia Juan Carlos Campo (hoy magistrado del Constitucional) advirtieron en el Consejo de Ministros que la ley del sólo sí es sí provocaría una cascada de rebajas de pena a agresores sexuales.
"Parece que a Yolanda Díaz no le gusta el protagonismo que Pablo Iglesias tiene en el programa", comenta Margallo, "y creo que al PSOE y a Podemos no les gustan mis intervenciones, supongo que han descubierto que no soy el cordero dispuesto a sacrificarse que esperaban".
Pero se muestra conciliador: "Soy consciente de la línea editorial de la Ser y de todo el grupo. Pero estoy seguro de que, dentro de las limitaciones que le impone el programa, Aimar Bretos lo hace lo mejor que puede", dice sobre el periodista que presenta El Ágora.
José Manuel García-Margallo está acostumbrado a pelar en terreno hostil. Hábil polemista, acude a cuantas tertulias y espacios de televisión es invitado. Incluso a aquellos que evitan otros dirigentes del PP por su marcada línea ideológica, como el programa que presenta Risto Mejide en Cuatro, del que han huido colaboradores como Girauta, Marcos de Quinto y Jaime González.
Un compañero de partido relata la anécdota ocurrida recientemente en Valencia, donde Alberto Núñez Feióo felicitó a Margallo por ser uno de los dirigentes del PP con más presencia en los medios de comunicación.
"Pues me estoy planteando exponerme menos...", comentó el eurodiputado.
"Ni se te ocurra", fue la respuesta del presidente nacional del PP, quien le agradeció la valentía de dar la batalla ideológica para defender las ideas del partido.
"Creo que los políticos", dice Margallo al ser preguntado al respecto, "tenemos la obligación de rendir cuentas y contar a los ciudadanos lo que hacemos, también en los medios que no nos son afines".
"Yo he acudido incluso a Cataluña a debatir con Junqueras y con Artur Mas", añade, "la naturaleza tiene horror al vacío, si tú no vas...".
El eurodiputado del PP ha atendido las preguntas de EL ESPAÑOL sobre su episodio del lunes en la Cadena Ser. Y sólo ha dejado una en el aire:
—¿Cree que Pablo Iglesias sigue dirigiendo Podemos en la sombra?
—Creo que es evidente lo que ocurre en ese partido.