Cuentan en el PP que hasta la última semana de la campaña electoral de las elecciones andaluzas del pasado mes de junio ninguno de sus estudios detectó la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno. Explican que, según los datos que han analizado, en la recta final de esa campaña hubo un trasvase desde Vox al PP.
Lo analizan como un efecto claro del llamado "voto útil" de última hora y lo atribuyen a un rechazo o recelo al "friquismo", la hipérbole o el histrionismo de la campaña de Vox, encabezada entonces por Macarena Olona.
Es decir, que hubo posibles votantes del partido de extrema derecha que prefirieron en el último momento la "seriedad" del candidato del PP.
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Algo parecido es lo que pretende hacer el equipo de Alberto Núñez Feijóo con Vox de aquí a las elecciones generales, empezando por la supuesta moción de censura que los de Santiago Abascal quieren presentar con Ramón Tamames como candidato a presidente del Gobierno.
Se trata de aplicar el principio de Charles Maurice de Talleyrand según el cual "todo lo exagerado es insignificante".
Feijóo preferiría que tal moción no se presentara y así se lo ha trasladado él mismo al supuesto candidato, sobre todo porque a quien más beneficia es a Pedro Sánchez y al conjunto del Gobierno, según explican dirigentes socialistas y de Unidas Podemos deseosos de que se registre cuanto antes la iniciativa de Vox.
No hay mayor pegamento para los socios del Gobierno de coalición y quienes les apoyan en el Parlamento que la actuación de la extrema derecha. De hecho, los socialistas entienden que la moción de Abascal va más contra Feijóo que contra Sánchez.
Por eso, el equipo de Feijóo asegura que intentará hacer de la necesidad virtud y, como en el judo, usar el impulso del rival en beneficio propio.
Falta de seriedad
Fuentes del PP aseguran que una moción de censura con Tamames al frente da impresión de frivolidad y falta de seriedad, por lo que intentarán contraponerlo con imagen de seriedad y solvencia.
Pretenden usar esa iniciativa de Vox y otras de sus actuaciones para diferenciarse y reforzar su posición.
Por ejemplo, la actuación del vicepresidente de Vox de Castilla y León a propósito del aborto. Esa coalición incomoda a Feijóo, pero ya que existe puede servir para poner de manifiesto la diferencia entre la forma de actuar de Vox en las instituciones y la del PP.
Por todo ello, la dirección del PP entiende que las encuestas que se están publicando ahora pueden ser aún más favorables porque puede haber un efecto de "voto útil" de última hora. Es decir, electores que aseguran en las encuestas que votarán a Vox pero que, en el último momento, reparen en la falta de solvencia del partido de Abascal y opten por esa seriedad de Feijóo que pretende explotar el PP.
La moción defendida por Tamames puede ser una buena oportunidad para incidir en esa estrategia.
Si la moción fuera presentada finalmente, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, podrá decidir cuándo se celebra, con la única limitación de que no puede ser antes de cinco días desde su presentación.
Mientras la moción se tramita tiene prioridad en la Cámara. Han presentado mociones ya desde la aprobación de la Constitución el PP (Antonio Hernández Mancha); el PSOE (Pedro Sánchez); Unidas Podemos (Pablo Iglesias) y Vox (Santiago Abascal).
Sólo ha logrado mayoría suficiente la de los socialistas contra Mariano Rajoy y nunca se ha presentado a un candidato ajeno a los partidos, como ocurriría con Tamames. No obstante, Abascal tendría intervención en el debate, porque podría presentar al candidato como portavoz de Vox.
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