El diputado del Partido Popular Alberto Casero ha solicitado la suspensión de militancia en el partido tras conocer que el Tribunal Supremo ha acordado procesarle por los delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos por cinco contratos que firmó cuando era alcalde de la localidad cacereña de Trujillo. Esto, en la práctica, le deja al borde del banquillo de los acusados.
Una vez conocido este revés del Alto Tribunal, el ya exdirigente popular se ha puesto en contacto con la dirección del PP para comunicar su decisión, según han confirmado fuentes de Génova a EL ESPAÑOL. Además, ha comunicado que renuncia al acta de diputado para "evitar cualquier daño que su situación pueda producir al partido".
Este viernes, el magistrado de la Sala Penal del TS, Andrés Palomo, ha acordado continuar con la causa penal abierta contra Casero por los citados delitos que, supuestamente, cometió entre los años 2017 y 2018, cuando era regidor del pueblo extremeño. Concretamente, selló cinco contratos que no estarían sujetos a los procedimientos administrativos legalmente establecidos.
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Algunos dirigentes populares consultados por este periódico consideran que era "insostenible" la continuidad de Casero en el Grupo Parlamentario. Además, recuerdan, con un tono crítico, que su candidatura en las últimas elecciones generales fue una apuesta del anterior secretario general del PP, Teodoro García Egea.
El nombre del exalcalde de Trujillo fue uno de los más mencionados en los prolegómenos de la grave crisis que sufrió la formación conservadora. Debido a su equivocación en la votación en el Congreso, el Gobierno pudo celebrar la aprobación de la reforma laboral, una de las principales leyes impulsadas en esta legislatura y que supuso la permanencia de Yolanda Díaz en el Consejo de Ministros.
Salto a la fama
El Partido Popular, en aquel momento, trató incluso de responsabilizar a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, del voto erróneo de Casero. Aunque todos los intentos por revertir la equivocación cayeron en saco roto y la reforma laboral se aprobó por la mínima y gracias a un voto del principal partido de la oposición.
Esa equivocación le generó una lluvia de críticas internas en el partido y algunos entonces ya pidieron su cabeza, aunque estuvo protegido en todo momento por García Egea. Después, tuvo lugar la crisis con Ayuso y el diputado extremeño consiguió sobrevivir en el Congreso de los Diputados pese los cambios en la dirección del partido.
Las noticias sobre supuestas prácticas corruptas durante su etapa como alcalde de Trujillo salieron a la luz semanas después del cisma que se llevó por delante a su mentor: el ex secretario general. Casero ya estaba en la cuerda floja y el PP esperaba a la apertura de juicio oral para tramitar su expulsión.
Finalmente, y tras quedar a un paso del banquillo de los acusados, no ha hecho falta la actuación del partido de Feijóo. Casero ha comunicado que abandona de forma voluntaria las siglas en las que llevaba militando desde los 18 años, cuando se afilió a Nuevas Generaciones.
Además de la alcaldía de Trujillo y el escaño en el Congreso, ha desempeñado los puestos de diputado en la Asamblea de Extremadura y senador por designación autonómica.