El Gobierno ha llegado este martes a un punto crítico y de difícil retorno con el que ha consolidado definitivamente su fractura. Los dos socios de la coalición, PSOE y Unidas Podemos, han votado por separado la reforma de la Ley del sólo sí es sí, cuya toma en consideración ha salido adelante en el Congreso de los Diputados por 231 votos a favor, 56 en contra y 58 abstenciones.
Junto al PSOE, que han votado que sí a su proposición de ley, se han posicionado también los diputados de PP, PNV, Ciudadanos, PDeCAT entre otros. Han derrotado así a Unidas Podemos, que se ha decantado por el no y que han secundado ERC, EH Bildu y BNG. Más País y Compromís se han abstenido. Vox finalmente se ha abstenido también.
La vicepresidenta Yolanda Díaz ha votado finalmente que no, a pesar de que se había distanciado de la postura mantenida por Unidas Podemos. De hecho, minutos antes de la votación, tuvo una reunión con Irene Montero y Enrique Santiago. Aunque no han trascendido detalles, por el semblante de ambas se vio que había sido tensa.
Quien no ha votado ha sido Pedro Sánchez, ni presencial ni telemáticamente. Según fuentes socialistas, el presidente no suele votar cuando tiene agenda y no corre en riesgo la votación.
Al margen de los detalles, la situación generada este martes tiene dos lecturas de calado para la coalición. La primera, que se ha roto la mayoría de investidura y lo ha hecho por un tema prioritario para el Gobierno: el feminismo. Además, ha sucedido a escasas horas de que arranque el 8-M, Día Internacional de la Mujer.
La segunda es que los socialistas han desautorizado a la ministra de Igualdad, Irene Montero, madre política de esta norma, iniciando la tramitación parlamentaria de la reforma junto a los partidos de la derecha. La tensión se ha trasladado al pleno, con duros reproches cruzados entre los dos partidos del Gobierno.
"La ley no está funcionando adecuadamente y hay que modificarla. Hay que ser consecuentes, hay que ser responsables", ha dicho desde la tribuna del Congreso la secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández.
Aunque ha defendido la norma, Fernández ha reconocido los efectos perniciosos y ha dicho que su partido "asume la responsabilidad de modificar esta ley". Ha pedido a los socios de la coalición que "dejen la hipérbole y hablen de sus propuestas".
Por su parte, Lucía Muñoz, de Unidas Podemos, ha cuestionado directamente el feminismo de los socialistas. "No hay feminismo posible pactando con los que recurrieron el aborto al Constitucional, con la ultraderecha que niega la violencia machista, los que derogan leyes trans o que consideran que las personas LGTBI son una moda de Netflix", ha dicho, a la par que les acusaba de "volver al Código Penal de 'La Manada'".
Posteriormente, en los pasillos del Congreso, los socialistas han arremetido duramente contra las palabras de los morados. El portavoz del PSOE, Patxi López, ha calificado el discurso de estar "fuera de la realidad" y ha acusado a Unidas Podemos de estar haciendo algo "impresentable".
Esta falta de unidad se ha hecho patente durante todo el pleno con la soledad de Irene Montero en la bancada azul. Ione Belarra ha sido su única acompañante. Nadie más del Ejecutivo, ni siquiera Yolanda Díaz, ha asistido al pleno ya fuera para apoyar a la ministra o para mostrar cierta unidad en el Ejecutivo.
Cuca Gamarra, portavoz del PP, ha subrayado este detalle y ha acusado a Pedro Sánchez de "esconderse detrás de las mujeres de su Gobierno y de su partido". "¿Dónde está hoy Pedro Sánchez? ¿Dónde está la parte del Gobierno socialista que no está aquí dando la cara? ¿Dónde está la ministra de Justicia?", se ha preguntado.
El enfrentamiento entre las dos ramas del Gobierno ha hartado también a los socios habituales del Ejecutivo, que han censurado sus formas. Pilar Vallugera, de ERC, ha abroncado al "supuesto Gobierno de izquierdas que tiene un ministerio que tiene una ley y otro ministerio que arremete contra esa ley, en vez de llegar a un acuerdo".
"Parece decepcionante y poco profesional. Las mujeres no se lo merecen. Llevamos tres meses intentando que se sienten, por favor, y que acuerden. Las mujeres no se lo merecen", ha apuntalado, con una Irene Montero visiblemente emocionada escuchando sus palabras.
El PSOE ha estado intentando hasta el final convencer a sus socios de ERC y EH Bildu. Si bien el partido vasco anunció en el pleno que iba a votar que no, los independentistas catalanes dejaron la puerta abierta hasta el final.
Ahora se inicia el trámite parlamentario para la reforma del sí es sí y los socialistas esperan que los demás grupos participen aportando enmiendas. Si las llegan a pactar, los grupos podrían apoyar el dictamen final y así no se repetirá la foto que ha tenido lugar este martes. Seguirán batallando para que no quede que modificaron la ley con la derecha.