Antes de su viaje más trascendente de la legislatura, a Pekín el jueves que viene, Pedro Sánchez sale de gira en busca de pactos económicos y geoestratégicos que cimenten su inminente presidencia de la UE.
En su reunión con Xi Jinping, el presidente aprovechará el cincuentenario de las relaciones entre ambos países para tomar el pulso al "rival sistémico" más poderoso del mundo... en todos los escenarios políticos, económicos y militares. Así definen a China tanto la UE como la OTAN, los ámbitos en los que Sánchez mejor se mueve.
Pero antes reunirá información para saber dónde está él con los suyos, en la reforma del mercado eléctrico, en la crisis financiera y en el proyecto de unión bancaria, o en los acuerdos de libre comercio entre la Unión y Latinoamérica. También, por supuesto, en la financiación de la guerra y la recuperación ucraniana, en el regreso de las reglas fiscales a la Unión, o en el pacto de migración y asilo.
La moción de censura cambió de día el Consejo de Ministros de esta semana, porque se le acumulan los compromisos al jefe del Ejecutivo. Eso le impidió un par de visitas más, a Luxemburgo y Países Bajos. Pero la agenda no sólo está apretada, además afronta un momento clave para su Gobierno, para la economía española e, incluso, para sus posibilidades de reelección cuando llegue diciembre.
Así, aterrizará primero a Bruselas, para desayunar con Alexander de Croo, primer ministro belga, antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea. Luego, un viaje largo en avión, a tiempo de llegar a cenar a Santo Domingo. Para asistir a la Cumbre Iberoamericana, el sábado, y desayunar, el domingo, con el presidente dominicano, Luis Abinader.
Después, ya como líder del PSOE, fuentes del partido confirman que mantendrá un encuentro con presidentes progresistas, y se reunirá con el Comité LATAM de la Internacional Socialista, de la que recientemente fue elegido presidente. Después, el jueves 30, llegará a Pekín, a contrastar el decálogo para la paz de Volodímir Zelenski sólo pocos días después de que Xi ofreciera a su "querido amigo" Vladímir Putin, en Moscú, su propio plan para acabar con la guerra.
Y es que dos de los empeños de Sánchez como presidente de turno del Consejo, entre julio y diciembre de 2023, son impulsar el relato de Occidente y relanzar las relaciones entre Europa y el Cono sur americano.
No sólo las económicas, pero principalmente: es decir, Moncloa consideraría un "éxito importantísimo" que la UE cierre los acuerdos de libre comercio con Chile y México (más avanzados) y, principalmente, el de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Por eso, fuentes cercanas al presidente celebraban que el orden del día de la cumbre europea incluya un punto específico sobre comercio, en la cena de trabajo de este jueves. Y que además, por primera vez, el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, vaya a viajar a la Cumbre Iberoamericana.
"Es una oportunidad que queremos aprovechar para impulsar el acuerdo con Mercosur", actualmente frenado por las reticencias de varios Estados europeos, esencialmente Francia.
Ucrania en Iberoamérica
Pero antes, Sánchez deberá hallar otras alianzas. Para empezar, el presidente quiere "identificar" qué otros socios ponen trabas a la apertura comercial de la Unión en Latinoamérica.
Para Moncloa, esta apuesta no es sólo económica, sino geoestratégica, dado el aumento de la influencia rusa y china en la región. "Son países que, casi en bloque, han votado en la ONU condenando la agresión rusa en Ucrania, pero a la hora de bajar a los detalles, muchos no quieren tomar partido", admiten estas fuentes.
Si España quiere impulsar que Latinoamérica tenga "voz propia", la UE debe empezar por incluirla en su "autonomía estratégica abierta" y "escucharlos más". El presidente no quiere herir sensibilidades, pero en sus discursos ante el plenario iberoamericano, sacará a relucir el decálogo de Volodímir Zelenski para la paz.
La cumbre del Consejo tendrá un primer punto, como siempre desde hace un año, centrado en Ucrania. Recientemente, los ministros de Exteriores de la Unión acordaron un nuevo paquete de ayuda a Kiev, de hasta 2.000 millones de euros, para la producción y compra de munición, además de para asistencia humanitaria.
En este punto, las divisiones son mínimas, pues ya se aprobó el décimo paquete de sanciones a Rusia y no se esperan posiciones enfrentadas en Bruselas. Pero Sánchez aprovechará para preparar su mensaje para Xi Jinping.
Antes, en el desayuno con De Croo, Sánchez habrá explorado en la sede del primer ministro belga, los intereses compartidos en el expediente de la reforma del mercado eléctrico. Es un punto común, pero les separan el empeño español por extender más allá de diciembre el "mecanismo ibérico" del tope al gas y los aspectos migratorios.
España quiere "más ambición" en la propuesta de la Comisión para la reforma eléctrica. De momento, nuestro país está en minoría, pero Moncloa ya celebra como "un éxito" que el tema esté sobre la mesa. "Hace un año ni estaba ni se le esperaba y, poco a poco, nuestras posiciones se abren paso entre los Veintisiete", apuntan fuentes oficiales de la delegación.
Respuesta europea a EEUU
Otro punto clave de la cita en Bruselas será la respuesta europea a la llamada 'Ley Biden' para la lucha contra la inflación y el déficit. Los cientos de miles de millones de subvenciones y ayudas directas que ha aprobado Washington suponen un desafío para los Veintisiete. Ahora, sobre la base de las conclusiones del Consejo extraordinario de febrero y la propuesta de la Comisión, los jefes de Estado y de Gobierno debatirán la competitividad a largo plazo de la UE y la profundización del mercado único.
En este contexto, España quiere insistir en que la unión de mercados comprenda también la bancaria, especialmente en un momento de crisis en los mercados financieros, tras la quiebra de dos entidades medianas en EEUU y su contagio al Crédit Suisse en el Viejo Continente. "Es imperioso este punto", insisten en Moncloa, "para fortalecer la financiación de las pymes europeas".
Los líderes de la UE harán un balance de la situación energética actual. Pero también empezarán a preparar la próxima temporada de invierno, para estar bien preparados y garantizar la seguridad del suministro a precios asequibles.
El orden del día prevé hablar sólo sobre reservas y diversificación, pero España quiere insistir en la compra conjunta de gas... y se teme que Francia introduzca el debate sobre la inclusión de la energía nuclear entre el catálogo de renovables.
Éste es un punto clave en el desarrollo del proyecto de gasoducto BarMar, que Madrid quiere que sea exclusivamente para hidrógeno verde a partir de renovables y París desea que se abra a la nuclear, donde es potencia mundial.
Los líderes de la UE tendrán, también, una cumbre del euro. Se hará en formato inclusivo, es decir, no sólo con los miembros de la eurozona, sino con todos los Veintisiete. Además, la cita los reunirá también con la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe.
Mirar a Latinoamérica
La situación económica y financiera de la UE, la coordinación de las políticas fiscales, la gobernanza económica y la arquitectura financiera de la Unión Económica y Monetaria, serán los temas a tratar. Es en este punto en el que Sánchez quiere apretar para que la UE mire a Latinoamérica, en busca de mercados y socios que "representan más una oportunidad" que un riesgo para las economías europeas... además de una apuesta política.
Saliendo de la crisis de la pandemia, y mientras el planeta sufre las consecuencias de la crisis energética y alimentaria provocada por la guerra, en plena reconversión por el desafío climático y en el inicio de un embate financiero -de nuevo, desde Estados Unidos-, los jefes de Estado y de Gobierno deberán abordar la discusión sobre la renovación del pacto de estabilidad a partir de 2024. Y sobre la amplitud del marco temporal de ayudas directas, que respeten el mercado único.
Todos estos serán los puntos que Sánchez y Borrell lleven, además, a Santo Domingo. Será la primera Cumbre Iberoamericana presencial tras la pandemia. Y llega justo antes de la presidencia española de la Unión, que acogerá ya en julio, la primera cumbre UE-CELAC (Comunidad de estados Latinoamericanos y Caribeños).
"Queremos una Iberoamérica más estratégica", insisten en Moncloa. El subcontinente vive un avance de los efectos del cambio climático, una crisis migratoria creciente en Centroamérica y México, y un evidente cambio político hacia la izquierda, culminado con el regreso de Lula al poder en Brasil. Aún no está confirmada la presencia del mandatario en Santo Domingo, pero si finalmente acude a la cita, Sánchez espera añadir una reunión bilateral con él a las que ya ha cerrado con Gabriel Boric (Chile) y Rodrigo Chaves (Costa Rica).