Yolanda Díaz saluda a Íñigo Errejón en presencia de Alberto Garzón, Joan Subirats, Enrique Santiago y Jaume Asens, el pasado domingo en el acto de Sumar.

Yolanda Díaz saluda a Íñigo Errejón en presencia de Alberto Garzón, Joan Subirats, Enrique Santiago y Jaume Asens, el pasado domingo en el acto de Sumar. Carlos Luján EP

Política SUMAR

Los partidos satélite que Yolanda Díaz ha reunido sumaron el 4,6% de votos en 2019 sin contar a IU

Si Sumar se uniera a Podemos, la coalición arrastraría más de 3,5 millones de votos y superaría ampliamente a Vox como tercera fuerza.

6 abril, 2023 02:31

¿Cuánto suma Sumar? Las encuestas dicen que no lo suficiente, pero que es un comienzo. La mezcla de proyectos, sensibilidades y viejas amistades que se reunió con Yolanda Díaz en el polideportivo de Magariños parte de un suelo electoral optimista: como poco, 4,6% y 1,3 millones de votos en 2019, que es lo que sacaron sus satélites en las últimas elecciones de 2019. Todo esto sin contar a Izquierda Unida, que se presentó dentro de Unidas Podemos. 

Ahora, la cosa cambia (mejora) llegados a 2023. Aun con la última polémica del CIS todavía reciente, el denominado espacio del cambio sería hoy por hoy tercera fuerza en España, por encima de Vox. Así, los últimos datos del organismo le otorgaban a la plataforma un 4,6% de intención directa de voto... tres días antes de presentar el partido. Si se añade Podemos a la ecuación, los números se disparan hasta el 10,6%: más de 3,5 millones de votos sin campaña ni trayectoria.

Por ponerlo en contexto, y siempre según el CIS, si las elecciones generales se hicieran estos días Sumar se llevaría alrededor de 200.000 votos del PSOE y Podemos robaría otros 136.000, aunque las encuestas internas les dan algo más de intención directa. Todo esto sin contar con el efecto Díaz, que en campaña espera movilizar a un espectro más amplio, y sin tener en cuenta que Sumar ni siquiera se había presentado en sociedad antes de realizar las encuestas.

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Este dato de la intención directa es el mismo que tantos problemas ha acarreado esta semana. Cada vez que un encuestado del CIS responde a la pregunta de "a quién votará", el Centro no da un abanico de posibilidades sino que lo deja a discreción del encuestado. Así, cuando alguien responde –por ejemplo– "votaré a Sánchez" o "soy socialista", el organismo interpreta que votará al PSOE. 

Durante el último barómetro, un 2% de las personas dijeron que votarían "a Sumar" y Tezanos decidió incluirlas –en secreto– dentro de la categoría "Otros partidos" en lugar de en "Unidas Podemos", como siempre había ocurrido. No fue hasta la publicación de los microdatos, dos semanas después, que el partido morado se dio cuenta.

Sumar presenta todavía muchas incógnitas –la principal, si acabará confluyendo con Podemos– pero también alguna que otra certeza. Para empezar, el cambio de tono y las estrategias negociadoras con respecto a sus compañeros morados en el Gobierno, no tanto así en el fondo ideológico.

Para seguir, que es el único puente posible que conecta a todos los satélites.

Sumando siglas

El verano pasado, cuando Yolanda Díaz empezaba con la gira de Sumar, la vicepresidenta acostumbraba a hablar de mistura galega, un laconismo que no se pudo entender en toda su expresión hasta el pasado domingo. El acto de Magariños prometía que "hoy empieza todo", y efectivamente todavía queda prácticamente todo por construir, pero la mistura estaba ahí.  

La vicepresidenta segunda ha conseguido lo que hasta hace un año parecía imposible: reunir bajo un mismo techo a todo ese grupo de personas, siglas y sensibilidades de izquierdas que en algún momento de la turbulenta historia reciente de España se convirtieron en adversarias las unas de las otras. Y ahí estaban.

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La izquierda reconciliada en torno a Yolanda Díaz congrega, a fecha de escribir esta información, a los siguientes partidos: Sumar, Izquierda Unida, Catalunya en Comú, Más País, Compromís, Movimiento por la Dignidad, Més per Illes Balears (MP Menorca, MP Mallorca, Ara Eivissa y Ara Formentera), Chunta Aragonesista, Equo, Coalición por Melilla, Proyecto Drago (el partido de Alberto Rodríguez), Iniciativa del Pueblo Andaluz y Batzarre.

El conglomerado maneja más estimaciones que encuestas, todavía sin una estructura de organización clara y centrado en las elecciones autonómicas del 28 de mayo. Todavía no tiene claro cómo digerir la sopa de siglas ni cómo organizar las listas, como pide Podemos, pero tiene confianza.

La mayoría de partidos que se encuentran actualmente implicados en la plataforma no tienen problemas entre sí –los problemas, de haberlos, son con Podemos– y comparten electorado. Díaz ha reivindicado Sumar como un movimiento "verde, feminista y laborista", una definición vaga pero en la que todos pueden sentirse cómodos. Incluso Podemos, llegado el caso.