La visita de Sánchez a Meloni reactiva el plan del gasoducto para hidrógeno verde Barcelona-Livorno
Fuentes cercanas al Gobierno aseguran al respecto que "se priorizan los acuerdos de interés general", más allá de quién gobierne en Madrid o Roma.
6 abril, 2023 02:30Era una reunión con agenda europea, insisten las fuentes oficiales de Moncloa. De modo que Pedro Sánchez y Giorgia Meloni no centraron su cita, este miércoles en la capital de Italia, en las cuestiones bilaterales.
Pero la cita entre ambos mandatarios ha servido para reactivar el plan de un gasoducto entre Barcelona y Livorno para el transporte de hidrógeno verde, la tecnología energética en la que España ha apostado una posición de liderazgo europeo para las próximas décadas. Fuentes cercanas al Consejo de Ministros así lo confirman a este periódico.
Las relaciones entre ambos países pasan "muy por encima" del color político de sus mandatarios. Y si este proyecto es prioritario, "hay que priorizar los acuerdos que sean de interés general", independientemente de quién gobierne en Madrid o en Roma.
El proyecto de unir Barcelona y Livorno con un gasoducto submarino fue desechado oficialmente por Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra del ramo, el pasado diciembre. Hasta ese momento, el Ejecutivo apostaba por esta alternativa para romper la isla energética que son España y Portugal, ya que Francia se negaba a negociar la conexión entre la capital catalana y Marsella, el plan inicial por el que apostaba la Comisión Europea.
Pero Alemania presionó a Francia y, finalmente, se sustanció en Alicante el acuerdo con Emmanuel Macron y con la Comisión Europea para el hidroducto BarMar. El pipeline unirá en los próximos años Barcelona con Marsella y aumentará sustancialmente la interconectividad de la Península Ibérica con el resto de Europa.
Este plan forma parte de los proyectos de interés estratégico para Bruselas, y la presidenta Ursula von der Leyen ya ha confirmado extraoficialmente que, si nada se tuerce, contará con financiación directa de la Comisión.
Lo cierto es que el presidente español llevaba años cimentando un eje Madrid-Roma con los predecesores de la italiana, Giuseppe Conte y Mario Draghi. Y esta asociación estratégica ha ido mezclando la relación bilateral con el impulso conjunto de proyectos ante Bruselas.
Ahora, en la agenda común aparecen dos puntos que comparten esa confusión: la posibilidad de desarrollar proyectos conjuntos en el marco de los respectivos Planes de Recuperación y la opción de que Bruselas incluya este gasoducto entre Barcelona y Livorno entre los candidatos a la financiación comunitaria.
Sintonía personal
La conversación mantenida en el Palacio Chigi se desarrolló con mucha más sintonía personal de la esperable, entre un presidente socialista y la líder del partido neofascista Fratelli d'Italia.
De hecho, Meloni le echó un cable a Sánchez sumándose en público a una propuesta que lanzó el presidente español hace ya más de un año y que se ha topado con el no de los países frugales: "El fondo soberano para ayudar a la reindustrialización europea", una idea que la italiana hizo suya.
Porque si la apuesta por la "autonomía estratégica europea" implica inversiones industriales en los Veintisiete, para ganar en resiliencia y autosuficiencia en suministros críticos, Italia es candidata segura. Es la tercera economía del euro (y España la cuarta), pero fue vapuleada por la pandemia y hoy sufre buscando con celeridad cómo diversificar el suministro de energía.
Roma sigue dependiendo demasiado de las fuentes provenientes de dos mercados externos a la UE: concretamente, Rusia, de la que se quiere desligar como el resto de socios europeos; y Argelia, un socio fiable para Roma, pero del que no quiere depender en demasía.
Ahí es donde entra la capacidad de generación de España en los próximos años, garantizada, además, por las inversiones comprometidas por Maersk. La gigante danesa invertirá 10.000 millones en Galicia y Andalucía para producir hidrogeno verde y biocombustibles.
El plan se va a desarrollar en tres fases. Hasta 2025, se prevé generar 200.000 toneladas. Después, en 2027, un millón de toneladas y en 2030 se prevé duplicar la cifra hasta los dos millones de toneladas de estos combustibles. La idea es abastecer a su flota naviera y diversificar el negocio en un mercado de futuro.
"A la orden"
Meloni fue clara en la comparecencia junto a Sánchez, al finalizar su reunión. "Estamos muy interesados en fortalecer nuestro partenariado estratégico con España", dijo entusiasta. "Podemos hacer mucho más y hacerlo mejor en el intercambio dentro de sectores estratégicos, como la energía", añadió, antes de concluir: "Estamos listos y a la orden para colaborar en todo".
Sánchez, por su parte, fue aún más explícito: "Hemos hablado mucho de competitividad, Europa se juega su futuro en este punto, y la clave son los precios de la energía". Fuentes de la delegación española confirman que la coincidencia fue total entre ambos mandatarios, que unirán sus fuerzas para lograr la reforma del mercado eléctrico durante la presidencia española del Consejo de la UE, entre julio y diciembre de este año.
Meloni llegó a levantar el tono durante la reunión, rechazando los "precios especulativos" que pagan los ciudadanos y las empresas, a causa del modelo actual europeo en el mercado energético. De hecho, explican fuentes conocedoras, la primera ministra italiana mostró interés en el modelo del tope ibérico al gas, como solución de transición.
Los dos bloques de poder que se están formando y dibujan un nuevo orden mundial no sólo enfrentan a Estados Unidos con China, sino que ambos están practicando "políticas proteccionistas" a las que la UE debe saber responder.
Sánchez y Meloni apuestan por avanzar en el mercado libre con otras regiones del planeta, pero "para eso las empresas europeas deben ser competitivas", insisten las fuentes. Algo imposible en la actual coyuntura y si la UE no se asegura un autoabastecimiento energético basado en las renovables. Y los proyectos comunes entre socios estratégicos de la Unión son más eficientes.