No hay duda. Alberto Núñez Feijóo afronta las municipales y autonómicas del 28-M como una primera vuelta de las generales del mes de diciembre. Así lo evidenció este jueves, en el arranque de la campaña en Badajoz, cuando vinculó a Pedro Sánchez con Bildu, que lleva a 44 condenados por pertenecer a ETA en sus listas en el País Vasco: "Ni él ni sus candidatos merecen el apoyo de los españoles y que siga vigente el sanchismo".
El líder del PP se afanó especialmente en recordar que en lugares como Extremadura, donde gobierna el barón socialista Guillermo Fernández Vara, "la hemeroteca está llena" de declaraciones en contra del independentismo. Por ello, clamó ante los miles de ciudadanos allí presentes: "¡Sed consecuentes, leed esas hemerotecas y votad en consecuencia en Extremadura!".
Aunque el presidente del Gobierno no aparezca en ninguna papeleta de estos comicios, el PP busca imputar a todo el PSOE sus pactos con una formación que acude a las urnas con siete etarras condenados por "delitos de sangre". Esto, sostienen en Génova, ayuda a apuntalar el trasvase de votos procedente de las filas socialistas.
A los votantes socialistas se dirigió directamente Feijóo en la tarde-noche de este jueves: "Necesitamos a los que votaban al PSOE porque entendían que era un partido de Estado y ahora ven cómo sus socios van contra el Estado. Quién ha visto y quién ve al PSOE español, que jamás se sometía a planteamientos independentistas".
Para muestra de que este asunto puede abrir una brecha en el PSOE en aquellos territorios en los que gobierna, el tuit de Javier Lambán. El presidente de Aragón y candidato a la reelección exigió a la dirección de Ferraz "romper cualquier relación con un partido que incluye en sus listas a asesinos", justo cuando Feijóo trataba de asociar su liderazgo al de Sánchez.
El presidente del PP, ante la candidata de su partido en Extremadura, María Guardiola, mencionó algunos asuntos especialmente sensibles en la región, como el fiasco de los trenes; pero, sobre todo, insistió en que las próximas municipales y autonómicas son el inicio para "derogar el sanchismo".
Una vez más, enumeró una lista de "desmanes" gubernamentales: el sí es sí, la "apropiación" de instituciones como "el Consejo de Estado, el CNI, la Fiscalía General, el Tribunal Constitucional y el CIS"; y otros asuntos como la reforma del delito de malversación para "beneficiar a los corruptos". También aseveró que los socialistas "han gestionado muy mal la economía" en los últimos cinco años.
Aunque Feijóo consideró que lo más grave del "sanchismo" es que se apoye "en un partido que lleva en sus listas a 44 terroristas y siete condenados por delitos de sangre". Sólo por eso, indicó, "ningún socialista en Extremadura podría dar el apoyo al PSOE de Extremadura".
Después, y poco antes de concluir su intervención, Feijóo enfervoreció a toda la militancia, que aplaudía y vitoreaba en pie, cuando dijo con vehemencia que el cartel electoral de Bildu es "un insulto a la democracia, a la policía, a la Guardia Civil, a las mil víctimas del terrorismo". En definitiva, "un insulto a la dignidad" de España.
Con todo ello, reclamó un cambio para poner fin a "la frivolidad, el populismo, el radicalismo e independentismo" en la política. Y pidió a los españoles que el 28-M escojan "volver a la serenidad, el rigor y la honestidad" escogiendo la papeleta del PP.
A escasas dos semanas de acudir a las urnas, los populares pretenden ensanchar su base electoral por la izquierda, pero también desde el centro y por la derecha. De ahí las claras apelaciones que Feijóo hizo al voto útil.
Especialmente significativo fue el agradecimiento al anfitrión de este jueves, el alcalde de Badajoz, Ignacio Grajera, que antaño fue candidato de Ciudadanos al consistorio, por "unir a todo el centro derecha" y allanar el camino hacia "una mayoría absoluta". O el mensaje velado a los electores de Vox, aquel partido que dijo que "quería sumar con el PP" y vino "a fragmentar el voto".