Vox se ha consolidado en estas elecciones del 28-M como el tercer partido más votado en España. Y tratará de hacerse fuerte en seis territorios en los que sus diputados, junto a los del Partido Popular, suman una mayoría absoluta para favorecer el cambio: Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia, Baleares, Aragón y Cantabria.
Con este panorama, el secretario general del partido, Ignacio Garriga, lo primero que hizo tras felicitarse del resultado de este domingo, fue advertir al PP: "Vamos a hacer valer nuestros votos en toda España". Se refirió así también al mapa de las municipales, ya que los populares podrían depender de Vox en un buen puñado de alcaldías.
La formación que lidera Santiago Abascal ha cosechado en las municipales y autonómicas un apoyo del 7,19%, con más de 1,6 millones de votos y unos 1.621 concejales en todos los ayuntamientos del país. Eso quiere decir que mejora en 3,63 puntos y 795.095 papeletas el resultado que obtuvo en 2019.
En algunas cámaras autonómicas, de hecho, Vox irrumpe por primera vez. Es el caso de Castilla-La Mancha, donde obtiene cuatro diputados. Aunque el estreno más significativo ha sido el de Extremadura, donde esta formación ha logrado cinco diputados que pueden decantar la balanza en favor del Partido Popular, empatado con el PSOE.
Tal y como vaticinaban los sondeos, el partido derechista no sólo ha logrado resistir en esta cita con las urnas, sino que ha crecido pese al resurgir de los populares y las cuitas internas en las que se vio envuelto hace de un año, con la polémica marcha de Macarena Olona tras el fiasco en las andaluzas del pasado 19 de junio, donde arrasó Juanma Moreno.
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En clave territorial, los de Abascal se convierten en el comodín del PP en las citadas regiones y en un puñado de capitales de provincia. El caso más relevante es el de Valladolid, donde ha ganado las elecciones el alcalde y candidato del PSOE, Óscar Puente, pero los populares suman mayoría absoluta con Vox. Esta casuística se repite también en las ciudades de Burgos, Guadalajara y Toledo.
El panorama general, que es positivo para Vox por su crecimiento, se convierte agridulce ya que la distancia con el PP es sideral: 24 puntos por debajo. En todos los territorios obtienen una representación escasa en comparación con la del PP. En la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos, la candidata Rocío Monasterio ha perdido tres diputados y 100.000 votos, con lo que tendrá un papel irrelevante ante la histórica mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso.
Mientras tanto, el candidato en el Ayuntamiento de la capital, Javier Ortega-Smith, ha mejorado los resultados con respecto a los anteriores comicios en 2019, pero se trata de una subida en vano, ya que el alcalde José Luis Martínez-Almeida también ha conseguido una mayoría absoluta que le deja en la oposición.
En Sevilla, por otro lado, el PP consigue una amplia mayoría y suma más que la izquierda. Es decir, que la subida de Vox también queda algo neutralizada. El futuro alcalde, José Luis Sanz, podrá ser investido por aclamación. Eso sí, tendrá que entenderse con el PSOE o con Vox para sacar adelante su programa de gobierno.
Con estos resultados sobre la mesa, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha proclamado que su partido "es decisivo" en España. "Sin Vox podemos concluir que no se habría desalojado a la izquierda, podemos celebrar el vuelco en muchas regiones", ha subrayado en una comparecencia.
El número dos de Abascal ha insistido en que "más de un millón de votantes han confiado para preservar sus ideas y convertirlas en medidas reales". En ese sentido, se ha dirigido a la militancia y ha añadido: "Que tengan seguro todos los españoles que han depositado la papeleta de Vox que vamos a hacer valer sus papeletas, nadie las va a pisotear ni despreciar. Vamos a hacer valer todos los votos de los españoles".