UPN y el Partido Popular, por primera vez desde 1989, no concurrirán juntos a las elecciones generales del 23-J. Este miércoles, la dirección popular ha desvelado que su antiguo socio en Navarra ha dado un portazo a la negociación que ambos habían emprendido para reeditar una alianza de "centro derecha". UPN, por su parte, denuncia un planteamiento "inasumible".
La versión que ofrece Génova es que fue el PP el que decidió iniciar las conversaciones con los navarros. Ayer mismo, Cuca Gamarra trasladó al presidente de UPN, Javier Esparza, la "necesidad de abordar la posibilidad de formar una coalición electoral entre ambas formaciones".
La secretaria general del PP justificó que, ahora "más que nunca", era necesaria la alianza. "Por las circunstancias excepcionales de la presente convocatoria electoral, donde se está produciendo la concentración del voto en el espacio de centro derecha en torno al PP, a lo que se suma la decisión de Ciudadanos de no concurrir a los comicios", alegó.
Una vez abierta la negociación, las direcciones de los dos partidos se emplazaron a seguir trabajando. Hasta que, horas más tarde, UPN ha comunicado "su negativa a concurrir en coalición" con el PP. Pero los de Alberto Núñez Feijóo no tiran la toalla y han ofrecido dos alternativas.
"En aras de mantener abierta esta posibilidad y ante la premura de los plazos para presentar coaliciones electorales, se les ha trasladado también el ofrecimiento para que, superado el plazo para la formalización de coaliciones, ambas formaciones puedan concurrir juntos incorporando a candidatos de UPN como independientes en la lista del PP", ha informado el PP.
"Hasta el último minuto"
Las dos propuestas, asegura la dirección popular, "tendrán plena vigencia hasta el último minuto previsto por el régimen electoral, puesto que la voluntad del PP es aunar esfuerzos para ofrecer a los navarros una opción de centro derecha que muchos de ellos han elegido en anteriores elecciones generales; además de librarles en España de un gobierno socialista en manos de partidos nacionalistas y que concede peso y capacidad de decisión a formaciones como Bildu".
Por otro lado, la dirección popular lanza su órdago a UPN: "De mantenerse la negativa, el PP concurrirá bajo sus siglas a las próximas elecciones generales, confiando en aglutinar el voto del centro derecha en Navarra, dado que Alberto Núñez Feijóo es la única alternativa para cambiar el Gobierno de Sánchez y sólo votando al PP se logrará un Ejecutivo estable".
Los puentes entre PP y UPN empezaron a romperse el pasado año, con la votación de la reforma laboral en el Congreso. Los dos diputados de la coalición Navarra Suma, formada por PP, UPN y Ciudadanos, Sergio Sayas y Carlos García Adanero (cuota UPN), decidieron romper la disciplina de voto impuesta por la dirección del partido navarro.
Esto derivó en su expulsión de UPN. Meses más tarde, y de cara a las elecciones del 28-M, los dos anunciaron su fichaje por el PP, una cuestión que indignó al partido foralista. En las recientes municipales y autonómicas, síntoma de la división, ambas formaciones se presentaron por separado.
Ante la más que posible ruptura, están en jaque los dos escaños que, tradicionalmente, suele sacar el centro derecha en la circunscripción de Navarra con la coalición entre PP y UPN. La decisión de ir por separado, con Vox como tercer actor en la derecha, eleva las expectativas para fuerzas de la izquierda como Bildu.
Extrapolando los datos de las forales del 28-M, si se confeccionara una candidatura que englobara a UPN y PP, se preservarían los dos diputados. Los otros tres representantes navarros se los disputarían entre los socialistas, Podemos, EH Bildu y Geroa Bai.
Si UPN concurre en solitario, en el mejor de los escenarios conseguiría dos asientos, pero asumiría muchos riesgos, ya que el voto de centro-derecha se diluiría, y, más aún, con la irrupción de Vox, lo que al final daría más cabida a las fuerzas de izquierda y nacionalistas.
Para quien pinta peor es para el PP, que, si no va acompañado, tendría complicado obtener representación desde la comunidad foral. Eso explica que haya sido el propio PP navarro el que ha tendido la mano a los regionalistas, pero con "imposiciones inasumibles" y a tan solo dos días de cerrar las coaliciones electorales, denuncian los regionalistas.
Según fuentes conocedoras de la negociación, Cuca Gamarra trasladó a Esparza que, de reeditar la coalición, el cabeza de lista tenía que ser un dirigente del PP. Una cuestión que no entenderían los militantes de UPN. En un momento dado, incluso, la número dos de Feijóo trasladó a Esparza que Génova tenía sondeos internos que les otorgaban los dos escaños. Aun así, Esparza le avanzó que los diputados que consigan los regionalistas en el Congreso darían su voto a Alberto Núñez Feijóo si se presenta a la investidura.
"En el PP saben que, en tres días, que es el plazo que queda, era prácticamente imposible convocar a nuestros afiliados, tal y como recogen los estatutos de UPN, para consultar si quieren o no ir en coalición a las próximas elecciones generales y, en su caso, para plantear una negociación de las hipotéticas listas", denuncian en UPN.