El PSOE va a cambiar su forma de encarar los mítines en la campaña de las elecciones generales del próximo 23 de julio. Los socialistas van a realizar menos actos, más espaciados en el tiempo, con la pretensión de que sean "grandes" en cuanto a número de asistentes. Y, sobre todo, con la preferencia de que se celebren en espacios cerrados.
El principal argumento para descartar los espacios al aire libre son las elevadas temperaturas que se registrarán en julio en buena parte del país. Pero fuentes del partido reconocen que la elección de recintos cerrados también servirá para evitar sorpresas desagradables. Entre otros motivos, porque esta fórmula permite controlar mejor el acceso de los asistentes.
En la última campaña electoral, la del 28-M, el presidente Pedro Sánchez sufrió abucheos e interrupciones hasta en tres mítines. En un acto en Segovia unos activistas le recriminaron el cambio de postura respecto al Sáhara. En otro celebrado en Hospitalet le abroncaron por el elevado precio de la luz y en el cierre de campaña, el 26 de mayo en Barcelona, le interrumpieron llamando al PSC "partido suicida climático".
[El PSOE cambia de táctica para captar voto de Sumar y Podemos: "A nuestra izquierda no hay nada"]
Que el mitin sea a puerta cerrada no garantiza que no haya interrupciones. El de Barcelona, por ejemplo, fue en el Pabellón del Vall d'Hebron. Pero son espacios más controlados por la Organización del PSOE que al aire libre, donde puede entrar cualquiera.
Y además esto servirá para combatir el calor, ya que se puede apostar por recintos con aire acondicionado. Pero no es la única medida que se tomará en esa dirección.
Diferentes federaciones del PSOE reconocen en conversación con este diario que el calor va a ser un problema para realizar mítines. Hay territorios que en julio superan los 40 grados de media de día y ello obliga a buscar otras formas de hacer mítines.
Desde uno de los territorios comentan que están planeando la campaña alejándose de los mítines y con la previsión de hacer actos sectoriales. Es decir, reuniones con representantes de distintos colectivos frente a la idea de mandar mensajes a masas de personas. A fin de cuentas, esta campaña será única: nunca antes se han celebrado unas elecciones generales en el mes de julio.
Desde el PSOE suelen recordar que Alberto Núñez Feijóo convocó las últimas autonómicas gallegas en julio de 2020. Pero no son iguales al 23-J. No hace tanto calor en Galicia como en cualquier parte de Andalucía y aquel año aún había pandemia y limitación de movimientos, por lo que la gente no se iba de vacaciones y podía votar con más facilidad.
Menos mítines, más grandes
Esa no será la única novedad. Los socialistas apuestan por celebrar menos mítines que en la campaña del 28-M, donde eran diarios desde semanas antes de la cita con las urnas. Uno de los motivos es el agotamiento del partido, extensible a otras formaciones políticas y a los ciudadanos, después de una larga campaña para las autonómicas y municipales de mayo.
También está el frente de los barones. Muchos de los que se han visto desalojados del poder consideran que lo han sido por centrar la campaña del 28-M en Sánchez y a algunos les cuesta ahora dar la cara por él, para que sea reelegido en julio. Esto afecta especialmente a aquellos que no tienen interés en ir en las listas del 23-J.
En el caso de los presidentes autonómicos que han sido despojados de la presidencia. Las elecciones generales van a tener lugar antes de que de tiempo a nombrar nuevos presidentes y, por supuesto, antes de que se produzcan los reemplazos, previstos para otoño.
Es decir, van a participar en la campaña como presidentes en funciones, con el mandato caducado y sin la sucesión que tenga que llegar.
Estos factores empujan al PSOE a organizar menos mítines, con objetivos más concretos y que acuda "más gente" a ellos para no dar la sensación de desmovilización. Interesa que cada acto sea una especie de golpe de efecto.
Estos actos, señalan fuentes del partido, empezarán a celebrarse dentro de más o menos un mes, a unos 20 días de los comicios, aunque no se descartan apariciones esporádicas en los días anteriores. En los mítines, Sánchez no podrá optar por anunciar medidas que son aprobadas días después por el Consejo de Ministros, tal y como hizo en la anterior campaña, ya que ahora él sí es el candidato y la ley no se lo permite.
La estrategia para los actos públicos se combinará con una mayor aparición en los medios de comunicación. Por un lado, concediendo más entrevistas y, por otro, apareciendo en más debates. El presidente lanzó a Feijóo la posibilidad de hacer un cara a cara semanal hasta las elecciones, lo que se traduce en un total de seis, además de los que se celebren con los candidatos del resto de formaciones.
Aunque Alberto Núñez Feijóo ha rechazado esta propuesta y está abierto a celebrar un único cara a cara, todavía se desconocen los detalles de cómo se celebrarán los debates. El PSOE se ha puesto en contacto para negociar, enviando propuestas de máximos, pero el PP aún no ha respondido de forma oficial.