"Tienen derecho a casarse en igualdad": la carta secreta de Albares para bodas gays en consulados

Así figura en un documento confidencial al que ha tenido acceso en exclusiva EL ESPAÑOL. Se trata de un "borrador de nota verbal" (es decir, el borrador de una comunicación oficial y privada entre Estados). El escrito, con un formato estándar, incluye espacios en blanco para que los diplomáticos rellenasen el nombre del país al cual se dirigen.

"La Embajada del Reino de España en XXX saluda atentamente al Ministerio de Asuntos Exteriores en XXX y tiene el honor de exponer la siguiente cuestión sobre la celebración de matrimonios consulares", comienza el documento.

A renglón seguido, Exteriores recuerda el artículo 14 de la Constitución Española, que consagra el derecho a la igualdad y a la no discriminación. Y cita el Código Civil español, que desde 2005 acepta el matrimonio igualitario.

En tercer lugar, recuerda que la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963 permite a los cónsules "actuar en calidad de funcionario del Registro Civil, siempre que no se opongan las leyes y reglamentos del Estado receptor". He ahí el quid de la cuestión.

Por ello, "la Embajada de España en XXX (país) ruega a ese Ministerio de Asuntos Exteriores que informe si las leyes y reglamentos de XXX se oponen expresamente a que los cónsules generales/encargados de asuntos consulares de España en XXX celebren matrimonios entre personas del mismo sexo", añade la nota verbal.

Concretamente, también solicita que la nación receptora se pronuncie sobre las uniones homosexuales entre dos españoles y entre un español y un nacional de un tercer Estado. Este documento de Exteriores da un plazo de tres meses a las autoridades a que les comuniquen su postura.

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Si no hay respuesta, España tendría vía libre para casar a homosexuales —especialmente, si ambos son españoles— en los consulados de los países que no se pronuncien. Todo ello, según precisa la nota verbal, "con el fin de poder cumplir con la obligación de proteger el derecho constitucional de los españoles a casarse en condiciones de igualdad".

"Finalmente, la Embajada de España ruega al Ministerio de Asuntos Exteriores de XXX tenga a bien indicar si dichos matrimonios consulares, cuyos efectos jurídicos se desplegarán plenamente en el ordenamiento jurídico español, son igualmente válidos en su territorio", finaliza el documento.

Cambio de rumbo

Junto a la nota verbal, el ministro José Manuel Albares, titular de Exteriores, envió unas breves indicaciones sobre cómo debía realizarse la consulta a las autoridades extranjeras.

"La práctica consular española ha venido denegando la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo en aquellos países cuya legislación no prevé el matrimonio igualitario", recuerda el ministro.

No obstante, Exteriores admite seguidamente que la jurisprudencia constitucional le obliga a celebrar bodas homosexuales siempre que el Estado receptor no se haya opuesto expresamente a ellas. De hecho, si no hay ningún veto en contra y aun así no las oficia, "podría llevar a que el Estado [español] incurriera en responsabilidad en el plazo interno al haberse reconocido el derecho a celebrar matrimonios del mismo sexo como un derecho constitucional". Siempre, eso sí, que al menos uno de los dos contrayentes sea español.

Es por eso que, para comprobar si las leyes y reglamentos del país receptor se oponen a que los cónsules españoles ejerzan como funcionarios del Registro Civil, Albares solicitó a sus diplomáticos esta gestión.

"Ruego se envíe a esas autoridades y se informe del resultado", finaliza el telegrama, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.

Exteriores rechazó hacer públicos estos documentos. El pasado abril, un ciudadano solicitó a través del Portal de Transparencia "una copia de la instrucción o instrucciones (...) que se hayan dictado en relación con la celebración, por parte de los cónsules de España, del matrimonio entre personas del mismo sexo en los consulados".

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El Ministerio se opuso a facilitar esta información. En respuesta, el subsecretario de Exteriores denegó la petición al considerar que se trata de datos protegidos por "la garantía de confidencialidad o el secreto requerido en procesos de toma de decisión". Uno de los apartados de la Ley de Transparencia y Buen Gobierno de 2013 así lo permite.

Ahora bien, el Ministerio sí reconocía que dichas instrucciones "tenían por objetivo el conocimiento de las distintas situaciones en cada país para poder definir la actuación [de Exteriores]".

La postura de Exteriores de consultar a las autoridades extranjeras por su plácet a las bodas gays, no obstante, ha causado ciertas fricciones en el Cuerpo diplomático. Algunas voces, consultadas por EL ESPAÑOL, se quejan de que, en determinados países, la situación puede derivar en permitir algunos matrimonios (los tradicionales) y otros no (los homosexuales).