La cúpula de Podemos no se plantea romper con Yolanda Díaz a 48 horas del cierre de listas electorales. La secretaria general del partido, Ione Belarra, ha convocado al Consejo Ciudadano Estatal (CCE) el próximo sábado para planificar la campaña electoral y el sentido de la coalición en las próximas elecciones, pero la sola mención de la reunión ha disparado todas las alarmas en Sumar, que teme una retirada de última hora de los morados tras el veto a la ministra Irene Montero

"No nos vamos a ir. De hecho, el mandato del Consejo Ciudadano Estatal ya fue ir en coalición", señala una fuente próxima a la dirección de Podemos. La maniobra de convocar a la cúpula morada, eso sí, sirve como última medida de presión para intentar colocar a Montero y al portavoz parlamentario, Pablo Echenique.

Tras la debacle de las elecciones autonómicas, el CCE de Podemos —su máximo órgano de dirección entre asambleas— tenía pendiente una reunión sin fecha para analizar el resultado del 28-M y "reevaluar posiciones" antes de las generales. El adelanto electoral, no obstante, cogió a todo el espacio a la izquierda del PSOE con el pie cambiado y obligó a tomar medidas de emergencia.

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La negociación a contrarreloj entre Podemos y Sumar para configurar una candidatura conjunta a los comicios de julio obligó a unos debilitados morados a asumir posiciones que hasta hace un par de semanas ni siquiera contemplaban. Entre ellas están el veto señalado a Irene Montero y los puestos de relleno por detrás de sus rivales autonómicos, como Más País, Compromís o la Chunta Aragonesista, entre otros.

A pesar de ello, el viernes pasado Belarra dio a conocer que el pacto había llegado ya, aunque no estuviesen de acuerdo con las condiciones. Al final, la esperada unidad a la izquierda del PSOE quedó reducida a un debate de sillones y al pataleo por no poder llenarlo con los nombres más afines, siempre con la sombra de la ruptura en el horizonte.

Por su parte, Yolanda Díaz ya ha dicho por activa y por pasiva que no quiere ni oír hablar de Irene Montero y que no piensa renegociar las condiciones de la coalición. Aunque la vicepresidenta no ha explicado en ningún momento sus razones para vetar a la ministra de Igualdad, es evidente que en la decisión de excluirla de la candidatura pesa el fiasco del sólo sí es sí y la mala relación personal que mantienen desde la retirada de Pablo Iglesias de la primera línea. 

En cambio, la dirección morada defiende que la coalición nunca estará unida si existen vetos personales; el análisis que hacen las fuentes consultadas es que Díaz "quería sumar a los votantes de Podemos [...] pero no a sus cargos". Sobre todo en Madrid, donde la oferta a los electores sería votar con la nariz tapada a Íñigo Errejón mientras, al mismo tiempo, esa papeleta tampoco serviría para votar a Irene Montero.

Quien sí ha sido incluida en las listas de Sumar ha sido Ione Belarra, a quien Díaz dio la opción a elegir entre el número 5 por Madrid —el último puesto "de salida"— o el 1 por Navarra, una manzana envenenada dado que es una de las comunidades más críticas con la secretaria general. También irá bien colocada la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, de 4 por Barcelona.

Asimismo, también forman parte de las listas como números uno Javier Sánchez Serna (Murcia); Roberto Uriarte (Álava); Idoia Villanueva (Navarra); Martina Velarde (Granada); Pilar Garrido (Guipúzcoa) y Noemí Santana (Las Palmas). Concurren también en los primeros puestos de Badajoz, Ávila, Palencia, Cáceres, Guadalajara, Segovia y Teruel, en las que es más difícil que obtengan escaño.