Sidi, número 3 de Sumar: "El cometido de Mohamed VI era el Sáhara, el hijo irá a por Ceuta y Melilla"
"Trabajaremos en revertir con celeridad la postura de Sánchez sobre el Sáhara. Es una de nuestras líneas rojas", asegura la activista saharaui.
10 julio, 2023 02:37Tesh Sidi, número 3 de la candidatura de Sumar por Madrid, nació en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia), pero se crio con sus abuelos en Mauritania. Conoce España desde pequeña: pasaba los veranos con una familia de acogida en Alicante gracias al programa Vacaciones en Paz, nacido en los años 80.
Ingeniera informática, con un máster en big data que pudo hacer tras pedir un crédito, trabaja para un banco desde hace cuatro años y antes estuvo en consultoras y start-ups.
Sidi, de 29 años, se considera una saharaui anticolonial y ve el futuro en África. Entre sus objetivos, está el de llevar la voz de su pueblo y de las personas refugiadas y migrantes a las instituciones españolas, aunque su aportación política estará más enfocada a los datos. En 2022 creó la plataforma de comunicación digital SaharawisToday.
Va en la lista de Sumar por delante de Iñigo Errejón, fundador de Más Madrid, y de Ione Belarra, secretaria general de Podemos. ¿Cómo la ficharon y para qué?
El mérito es de Mónica García, que contó conmigo para Más Madrid, aunque para Sumar me fichó Manuela Bergorot, la secretaria de organización de Más Madrid.
Las personas migrantes somos muy reacias a entrar en política porque siempre pensamos que nos quieren utilizar como una cuota. Así que puse una condición: que no me quería dedicar a nada de inmigración porque no soy abogada. Tengo esa perspectiva de derechos humanos, pero me encanta hacer big data, sociología y redes sociales. La política en base a datos. Normalicemos que las personas migrantes podemos hacer sanidad o vivienda, porque al final nos afecta de la misma manera que a cualquier persona, incluso a veces se te agrava más por ser migrante.
¿Y qué es lo que pretende abordar?
Para mí es fundamental la educación digital, afrontarla como una materia en la escuela pública de calidad. Nuestros niños tienen que saber programar, incluso dividir en binario, que al menos tengan esa manera de pensar.
También es imprescindible el concepto de ciudad inteligente, es el futuro. Con datos de la propia Administración pública, podemos mejorar los tiempos de espera en el hospital o en el padrón.
Otro campo que me obsesiona es reducir la violencia digital que hay en las redes y combatir las fake news, fomentando más información veraz. No digo que intervengamos Twitter, pero pongamos marcos legislativos en los que las empresas se puedan apoyar, porque muchas veces las empresas no tienen un marco de buenas prácticas a seguir. Hay leyes que tienen que venir de la Unión Europea, pero tenemos que ir un paso por delante.
El nombramiento de Agustín Santos como número dos de la lista de Sumar ha estado rodeado de polémica por su defensa de Marruecos, país que incluso Yolanda Díaz calificó de "no democrático". Usted es saharaui y conoce de cerca Marruecos, ¿ha podido hablar con su compañero?
He hablado con Santos y me ha comentado que sus palabras han sido mal interpretadas, aunque no hemos profundizado mucho en la conversación, ya que están siendo días frenéticos de campaña.
Quiero darle un voto de confianza. Hay una diferencia generacional entre mi activismo y el de él. Yo creo que ha tenido que jugar el rol de diplomático, que es muy complejo. No me incomoda que esté en la lista. Confío en que, de cara al futuro, incluso pueda apoyar un posible cambio de la situación del Sáhara Occidental. Quizá no veamos esto, pero yo sigo soñando que sí.
Me importan muchísimo los hechos porque la solidaridad con el pueblo saharaui la han demostrado miles de políticos españoles, de izquierdas, de derechas, de coalición, de todo el mundo. Pero no es suficiente. La solidaridad o es política con acciones o no sirve para nada.
¿Siente la presión de su pueblo al poder convertirse en la primera mujer saharaui en el Congreso de los Diputados en España?
Ya les digo que no se va a liberar el Sáhara en un día. Necesito yo también un voto de confianza y apoyo desde fuera. Entre todos lo lograremos. Es bueno estar donde se toman las decisiones para poder cambiar las cosas. En el banco en el que trabajo saben que soy saharaui y activista. Los saharauis tienen que intentar ser presidentes de la comunidad en sus edificios, diputados, referentes allá donde trabajen.
Si Sumar gana las elecciones, ¿revocaría el giro de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental?
Las líneas de Sumar sobre el Sáhara Occidental son claras, e incluso van más allá de la postura tibia. En cuanto a la postura de Sánchez, trabajaremos en revertirla con celeridad en cuanto ganemos las elecciones. Es una de nuestras líneas rojas.
Hay que volver al lado de la legalidad internacional, pasito a pasito, porque ahora hemos retrocedido. Después de 50 años, la lucha del pueblo saharaui es legítima. De hecho, está dentro del programa electoral ese reconocimiento de la legalidad internacional, del papel de la ONU y de que España no puede ser actor para promover la ocupación, tiene que liderar un proceso de descolonización pendiente o, al menos, volver a un punto de neutralidad.
Ojo, que la posición de España siempre ha sido tibia. Así que con que volviese al punto de la legalidad internacional, me daría por contenta. Eso sí, sería más feliz si España liderase realmente el proceso. Una lucha anticolonial no será una de las prioridades del señor [Alberto Núñez] Feijóo ni de lejos. Pero dentro de Sumar, sí, desde luego.
Unidas Podemos también recogía en su programa electoral de 2019 el referéndum de autodeterminación para el Sáhara Occidental y, una vez formó gobierno con el PSOE, permitió al presidente Sánchez aliarse con Marruecos y con su rey Mohamed VI.
Unidas Podemos ha logrado una gran transformación para España, pero yo creo que hay un fallo: España es rehén de Marruecos. Se han hecho concesiones, ya no es una cuestión de vecindad. Esto no vino con el Gobierno de Pedro Sánchez, son años y años de lobby encabezado por grandes personalidades del PSOE. O se corta por lo sano, o vamos a seguir perdiendo, externalizando las fronteras y apoyándonos en Marruecos.
Me preocupa que no se explicara a los españoles lo que hemos perdido cediendo el Sáhara Occidental porque después seguirán con Ceuta y Melilla, y luego no sé yo si irán también por Canarias. Marruecos es incansable. El cometido de Mohamed VI era el Sáhara Occidental, y el hijo irá por Ceuta y Melilla. Yo estaría preocupada por el futuro.
Describe el lobby marroquí como "agresivo y dañino". El acoso y las difamaciones del país magrebí son frecuentes contra quienes defienden la libertad del Sáhara Occidental. ¿Está preparada para lo que le pueda ocurrir a partir de ahora?
Estoy preparada. Tengo motivos para preocuparme: uno de mis tíos fue fusilado y no sabemos dónde está un primo que se encuentra preso. La gente no llega a comprender la magnitud del lobby marroquí, la dimensión de la dictadura de Marruecos.
Claro que inventarán cosas. Pero no me van a achantar porque yo voy a hacer política aquí, en un Estado de Derecho.
Uno de los periodistas marroquíes más censurados, Ali Lmrabet, exponía estos días que Sumar lleva varios puntos en el programa sobre el Sáhara, pero solo uno sobre Marruecos. Le reprocha haberse olvidado de los activistas y periodistas perseguidos por Marruecos.
A nivel personal, comparto las reivindicaciones de Ali y empatizo mucho con ello, y estamos comprometidas con trabajar junto a organizaciones y periodistas para impulsar medidas concretas. Pero es cierto que desde el programa hablamos de la defensa de los derechos humanos como centro de todas las relaciones internacionales, y con Marruecos sin excepción.
Hay activistas y periodistas encarcelados en todo el mundo y buscaremos ampararlos trabajando conjuntamente con organizaciones de derechos humanos. También destacar que vamos a trabajar para sistematizar el acceso a asilo por vía diplomática ofreciendo un espacio seguro a todos los solicitantes.
Hablando de periodistas, en el programa de Sumar se proponía expulsar de la profesión a quien manipulara. ¿Realmente un gobierno puede decidir quién ejerce el periodismo?
Desde luego que ningún gobierno puede limitar la libertad de prensa, la censura es la identidad de la extrema derecha. Nosotros hemos podido subsanar con celeridad ese detalle en el programa. Desde Sumar apelamos al derecho a la información como pilar fundamental, la ciudadanía merece estar informada, y con rigurosidad.
También buscamos reducir la ansiedad digital que está afectando a muchos periodistas y medios, ya que el contenido digital y periodístico de gran valor a veces está penalizado por los algoritmos de inteligencia artificial. Buscamos impulsar medidas enfocadas al derecho a la información, pero desde luego lejos de la censura. Buscamos marcos de protección y de trabajo digno para las y los periodistas.
¿Cómo se presenta la campaña electoral?
Estoy muy ilusionada, y veo lo mismo en la gente de mi alrededor y la que se acerca desconfiada en los mítines y sale convencida. Es importante hacer un cambio apostando por el positivismo, hablando de las preocupaciones de la gente y alejándonos del teatro mediático que busca la extrema derecha de [Santiago] Abascal y la derecha de Feijóo.
Estamos remontando como fuerza, y desde luego somos la fuerza imprescindible para revalidar un gobierno progresista. Pero no una fuerza cualquiera, una que apriete al PSOE para ensanchar derechos y avanzar en unos nuevos.
¿Yolanda Díaz será la primera presidenta en España?
Claro que sí. A por todas. Ahora que es verano va a costar un poquito más, pero tenemos que movilizar, contar el programa, hablar de propuestas, salir a las calles, ir al tú a tú. Creo que es una mujer que inspira, está muy bien valorada, es inteligente y cercana. Te transmite una visión de futuro y yo creo que la gente busca eso: transformación.
Es fundamental pensar no sólo en estos cuatro años sino de aquí a ocho años. Esa es la mirada. Ella la tiene y el equipo técnico independiente que se ha sumado tiene ese perfil. Confío en que será presidenta. Es un desafío, un reto ambicioso, pero muy posible.