Como ya ocurrió en las elecciones del 28 de mayo, la del 23-J no es una campaña de izquierda contra derecha sino de "avances contra retrocesos". Es el mantra que lleva desde entonces repitiendo Pedro Sánchez, enfrascado en vender la cita a las urnas como un choque de épocas en el que "la censura se está abriendo camino" a través de las administraciones gobernadas por el PP y Vox.
"La mejor herramienta para combatir contra la censura es el voto", ha recordado el presidente del Gobierno este viernes en el acto Contra una convivencia Censurada, con representantes del mundo de la cultura. "Hay que votar el 23 de julio para defender la libre creación y la libertad de expresión, que estamos viendo amenazada en estos acuerdos entre el PP y Vox", ha declarado a la entrada del acto.
En un contexto en el que el mundo de la cultura está alzando la voz por la censura que Vox ha protagonizado en las últimas semanas, el candidato del PSOE se rodea de su propio ejército de artistas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el mismo lugar en el que "los de la ceja" arroparon a José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones de 2008. Este viernes comenzó el intento de Sánchez, pero no salió tan bien como con su predecesor.
[El mundo de la cultura denuncia las cancelaciones de espectáculos en ayuntamientos de PP y Vox]
Más improvisado, menos generalizado y con mucho, mucho menos foco, hicieron piña alrededor del candidato del PSOE personalidades como Miguel Ríos, Marisa Paredes, Rodrigo Cuevas, Gioconda Belli, Luis García Montero, Alejo Estivel o Miguel Rellán, entre otros. La excusa también va muy en línea con la campaña socialista: "garantizar la libertad de expresión y artística" mediante la firma de un manifiesto, ¡A las urnas las ciudadanas y ciudadanos!
"Lo más importante es recordar siempre que la libertad de expresión y creación es algo indispensable en una sociedad democrática", ha afirmado Sánchez a su llegada a la calle de Alcalá. El líder de los socialistas ha insistido en criticar los pactos de PP y Vox, que ejercen un "intercambio impúdico" de derechos por votos y de libertades por sillones, como ya denunció ayer en un mitin de Santander o el lunes durante el debate de Atresmedia.
El presidente ha recordado algunas de las medidas que el Gobierno de coalición ha puesto en marcha para favorecer al colectivo, como la aprobación del Estatuto del Artista, el aumento del presupuesto a las políticas de Cultura hasta 1.800 millones de euros y la creación del bono cultural para jóvenes. Para más inri, concretó que su presencia en el acto es prueba suficiente "de que el PSOE apoya al mundo de la cultura".
Entre los fieles, así lo han considerado los artistas firmantes, que se fueron subiendo al escenario para censurar "la connivencia del PP" en los casos de cancelaciones de espectáculos culturales durante el último mes, sobre todo a nivel municipal allá donde gobiernan con Vox. Especialmente polémicas han sido la censura de la obra La villana de Getafe, de Lope de Vega, por las "insinuaciones sexuales de la misma", y la de Orlando, de Virginia Woolf, en la localidad de Valdemorillo (Madrid).
"Se empieza cancelando representaciones y se termina cancelando a las personas", recordó Miguel Rellán.