El relevo político frena la construcción del Buda de 47 metros en Cáceres: "No se hará sin garantías"

En un inicio, el proyecto desconcertó a muchos. ¿Qué pintaba un Buda gigante a las afueras de Cáceres? De casi 47 metros de altura y de unas 350 toneladas de peso, sería la estatua de Buda sentado más grande del mundo.

Pese a la perplejidad de más de un cacereño, el plan fue avanzando poco a poco. Lo hizo capitaneado por un alcalde socialista y por un presidente de la Junta de Extremadura también del PSOE. En el horizonte: colocar a la comunidad autónoma como un referente dentro del circuito religioso oriental.

Ahora, desde el pasado 28 de mayo, tanto la Alcaldía como la presidencia de la región están en manos del PP. Con el apoyo de Vox, María Guardiola liderará la Junta. Y, desde hace apenas dos semanas, Rafael Mateos es el nuevo regidor de Cáceres, en una Ejecutiva monocolor.

"Queremos ir con cautela y contar con garantías", señala a EL ESPAÑOL por teléfono Mateos, recién instalado en el Ayuntamiento. "Que el proyecto se ejecute en su conjunto, que sea el proyecto completo, el original", recalca el regidor.

Es decir, que no sólo se construya la estatua, sino el resto de instalaciones que deberían rodear la enorme figura: un monasterio que acogerá a monjes budistas y parte de las reliquias de Buda, un centro de interpretación, jardines que mezclan vegetación oriental con la extremeña, una tienda de artesanía... De no ser así, el Ayuntamiento dejaría de apoyar el proyecto.

Mateos también se mantiene en su idea de que la construcción "no cueste dinero a los cacereños", más allá de la cesión de la finca municipal en la que está previsto que se instale. Técnicos del Ayuntamiento, de hecho, ya se encuentran analizando la zona para constatar su viabilidad y cómo se podrían solucionar ciertos escollos jurídicos, medioambientales y burocráticos.

Fue el anterior Ejecutivo, del PSOE, el que eligió la parcela, de nada menos que 111 hectáreas de extensión. Próximamente, de hecho, miembros del Ayuntamiento se reunirán con funcionarios de la Junta de Extremadura que ahora encabeza María Guardiola para analizar la situación.

El nuevo alcalde de Cáceres, Rafael Mateos, del PP. Europa Press

El nuevo alcalde de Cáceres también insiste en "rechazar cualquier pelotazo urbanístico" y en que el proyecto no albergue "ni hoteles ni actividades lucrativas", más allá de la pequeña tienda de souvenirs que formaría parte de este complejo.

"Trabajamos con toda la cautela, quiero ser precavido y realista", insiste Mateos, tras admitir que se trata de un proyecto ambicioso, además de que implica a Administraciones extranjeras. No por ello —insiste— el Ayuntamiento pretende oponerse, "sino reclamar garantías".

Visita nepalí

"No vamos a frenar nada que beneficie a Cáceres", subrayan desde el nuevo equipo municipal. El PP insiste en que no pretende revocar los compromisos que asumió el alcalde socialista Luis Salaya.

Y así lo explicitó Rafael Mateos ante los miembros de la comitiva nepalí que, el pasado lunes, visitó la ciudad extremeña, Patrimonio de la Humanidad desde 1986.

Representantes de la Fundación Lumbini, miembros del Gobierno de Nepal, el alcalde de Lumbini, el de Cáceres y concejales cacereños tras la reunión. Europa Press

La delegación la componían varios miembros del Gobierno del país asiático y el alcalde de Lumbini, la ciudad natal de Buda. También, representantes de la Fundación Lumbini Garden, una de las impulsoras del proyecto y que se propuso recaudar unos 20 millones de euros de donaciones privadas para sufragarlo.

La comitiva nepalí solicitó a Mateos que se "agilice" la construcción del Gran Buda. Por su parte, el regidor del PP insistió en que exigirán "transparencia y garantías" y "que el proyecto se ejecute al completo". "Cáceres no quiere quedarse sólo con la estatua", subrayó el alcalde.

"Cuando se nos confirme que el terreno es susceptible de acoger el proyecto y por parte de la Fundación Lumbini se nos constate que mantienen esos compromisos, pues adelante, pero siempre el complejo completo", explica el nuevo regidor a EL ESPAÑOL.

Cesión de la finca

El siguiente paso es la cesión de los terrenos municipales en los que se ubicarán todas las infraestructuras, en el denominado Cerro Arropé, en las afueras de la ciudad, a unos 4,7 kilómetros del centro.

Fue el anterior equipo municipal quien inicio los trámites para ello. El Pleno del Ayuntamiento —todavía sin fecha para su celebración— deberá aprobar la cesión de la parcela municipal en la que se pretende instalar la estatua gigante y el resto de infraestructuras. 

El complejo, en todo caso, se ejecutaría por fases y en un plazo total de unos 15 a 20 años. "Si se salvan los escollos, hay garantías y se ejecuta al completo, el proyecto va adelante", subraya Mateos por teléfono a EL ESPAÑOL.

Recreación en 3D del Gran Buda, presentada en Fitur en 2020.

Cuando capitaneaba la oposición municipal a Salaya, el hoy alcalde criticó la "falta de transparencia" y el "personalismo" con el que entonces se tramitaba. No obstante, el PP cacereño nunca —ni siquiera en la oposición— se opuso a la construcción del Gran Buda de 47 metros y del complejo espiritual.

Gracias a este proyecto, Cáceres ya es una "ciudad hermanada" con Lumbini, el pueblo natal de Buda y del que la fundación toma el nombre. De hecho, ambas urbes forman parte de la lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad, reconocimiento otorgado por la Unesco.

El exalcalde Luis Salaya firma, junto a su homólogo, el hermanamiento entre Cácares y Lumbini.

La Junta de Extremadura, cuando estaba presidida por el socialista Guillermo Fernández-Vara también dio su aval a estas construcciones. De hecho, el dirigente estuvo invitado a visitar Nepal, pero únicamente acudió Salaya. Tras el viaje, el Gran Buda fue presentado en el stand de Extremadura de la edición de la Feria Fitur de 2020.

El exótico proyecto recayó en Cáceres después de que el relevo político en Madrid frustrase las aspiraciones de la Fundación Lumbini. En 2019, tras convertirse en alcalde de la capital José Luis Martínez Almeida —en sustitución de la izquierdista Manuela Carmena—, el equipo del PP rechazó acoger en la capital la estatua gigante.