Pedro Sánchez había preparado la cumbre entre la Unión Europea y la CELAC que comienza este lunes en Bruselas como el evento más importante de la presidencia española del Consejo. Una reunión prioritaria al máximo nivel, la primera en ocho años, para escenificar el reencuentro entre los dos bloques y para poner de relieve el papel de España como puente entre Europa y América Latina. Su equipo presume de que fue el propio presidente el que insistió en que el encuentro se celebrara en Bruselas y no en Madrid. Sánchez ha invertido "mucho capital político" en esta cumbre, afirman fuentes europeas.
Sin embargo, en el último minuto, el candidato del PSOE a las elecciones del 23-J ha decidido plantar a los 33 líderes latinoamericanos que han viajado a Bruselas durante la cena de gala programada a las 19:00 horas con el fin de protagonizar en su lugar un mitin de campaña en Huesca a las 20:00 horas. Este acto electoral no estaba previsto en la agenda y se anunció por sorpresa a última hora del domingo. Después, Sánchez regresará a Bruselas para participar en la clausura de la cumbre el martes por la mañana.
En Moncloa tratan de minimizar el impacto de la decisión de Sánchez. Aunque se celebra en presidencia española, al tratarse de una cumbre la dirección corresponde al jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, que es el que ofrece la cena de gala. Tal y como estaba previsto, el presidente del Gobierno participa este lunes en el foro empresarial UE-América Latina y en la inauguración de la cumbre con la CELAC.
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El único cambio en la agenda es la ausencia del presidente del Gobierno en la cena de gala, según subrayan fuentes gubernamentales. Sin embargo, el gesto de Sánchez supone un desaire para los líderes que sí estarán en Bruselas todo el tiempo, en particular los latinoamericanos.
"Llevamos más de un año trabajando. Voy a estar presente en todos los actos formales. Y en los informales todos los líderes entienden perfectamente que estamos a cinco días de las elecciones generales y que por tanto voy a hacer este sobreesfuerzo de ir a Huesca, de volver de madrugada y mañana estar aquí de nuevo con todos los líderes latinoamericanos y también europeos", se ha justificado el propio candidato del PSOE al llegar a la cumbre.
Tras una primera parte de la campaña en la que privilegió las entrevistas y la presencia de los medios en detrimento de los mítines, Sánchez ha decidido volver a la carretera en la recta final. Este martes, una vez concluida la cumbre con América Latina en Bruselas, el presidente del Gobierno protagonizará un acto electoral en Donosti.
De los 33 países que integran la CELAC, unos 26 ya han confirmado la presencia de sus jefes de Estado y de Gobierno, mientras que el resto estarán representados a nivel de ministros de Exteriores. Entre los ausentes destacan el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Nicaragua, Daniel Ortega, cuyas últimas elecciones no han sido reconocidas por la comunidad internacional.
Tampoco ha viajado a Bruselas el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no tiene costumbre de realizar viajes fuera del país. Pero sí participan en la cumbre de Bruselas los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; o Cuba, Miguel Díaz-Canel.
Con esta reunión, la UE pretende estrechar los lazos con América Latina, avanzar en su estrategia de diversificación en el aprovisionamiento de materias primas y contrarrestar la creciente influencia de China en la región. Sin embargo, las diferencias entre los dos bloques sobre la guerra en Ucrania y el bloqueo del acuerdo comercial con Mercosur complican las posibilidades de éxito de la cumbre.