Pacto de no agresión entre Sánchez y Yolanda Díaz en el debate con Abascal para presentarse como tándem
Los dos equipos han preparado por separado sus estrategias, pero tienen claro que es un debate de 'nosotros contra ellos'.
19 julio, 2023 01:55PSOE y Sumar llevan toda la campaña electoral repartiéndose funciones, midiendo sus referencias cruzadas y asumiendo que estas elecciones, ya sí, no van de todos contra todos sino de nosotros contra ellos. Bajo este mismo prisma, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz tienen claro que, al menos durante el debate de RTVE de este miércoles, que el enemigo no está a la izquierda del tablero.
Sus equipos tienen el 19 de julio marcado en el calendario como la última fecha en que las tornas pueden cambiar. En el caso de Sánchez, por resarcirse de su derrota ante Alberto Núñez Feijóo en el cara a cara la semana pasada; en el de Díaz, por ser su mayor oportunidad de presentar a Sumar ante una gran audiencia y confrontar su proyecto de país con las ideas de Vox.
Pero, en general, el tándem de la izquierda remará en la misma dirección. PSOE y Sumar han acordado un pacto de no agresión para la cita, pero preparan sus discursos de forma separada. "Somos partidos distintos y como tal vamos al debate", aseguran desde uno de los equipos de campaña, aunque confirman que el contacto entre ambos ha sido recurrente —"no diría constante"— en determinados momentos.
La estrategia del ticket electoral Sánchez-Díaz lleva siendo clara desde hace meses, con el PSOE tomando partido en favor de Sumar por encima de Podemos, pero ha sido durante la campaña cuando más se ha notado. Al contrario que en citas anteriores, lo que antes eran reproches y venablos entre los socialistas y el espacio a su izquierda, ahora no se dedican más que "mordisquitos", como lo define una persona cercana a Yolanda Díaz.
La vicepresidenta, que ha afilado el discurso contra todos en los últimos días, tampoco se puede permitir confrontar con Sánchez a las puertas del 23-J; sobre todo en un debate televisado contra Abascal y menos aún dado que gran parte de su discurso se basa, al fin y al cabo, en vender una izquierda unida frente a unas derechas que se dan vergüenza la una a la otra. Tan importante es para ella el debate que, por prepararlo, decidió no asistir al mitin que tenía programado en Málaga este martes.
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Objetivos separados
Volviendo a la relación con sus socios, los objetivos que tiene cada partido estaban claros sin necesidad de reuniones. Con todas las encuestas en contra, el tándem resume sus posibilidades (y oportunidades) de reeditar la Moncloa en un trabajo coordinado, con obligaciones para cada uno. En concreto, la del PSOE pasaría por frenar el trasvase de voto moderado al PP.
Ahora bien, aunque esta es la línea oficial, hay voces dentro del socialismo que piden a Sánchez aprovechar la debilidad a su izquierda y crecer a costa del espacio del cambio, que todavía está en reconstrucción tras el 28-M. De momento no se contempla, dado que supondría dar por perdidas las elecciones frente a la derecha.
La otra oportunidad y responsabilidad para reeditar la Moncloa es, por el lado de Sumar, que Yolanda Díaz consiga atraer a las mujeres desencantadas con Pedro Sánchez y movilizar a los votantes de izquierda indecisos de la abstención, tanto agitando el miedo a Vox como con un programa abiertamente laborista.
Es precisamente bajo estos dos mantras sobre los que está diseñada la idea de la remontada, el eje principal de campaña de la vicepresidenta: si a Sumar le va bien, hay esperanza para la izquierda. A pesar de que el ruido interno por el veto a Irene Montero se ha ido apagando en las últimas semanas, todavía existe el miedo de que las negociaciones con Podemos les hayan arrebatado el aval de casi 300.000 exvotantes morados que, especulan, podrían no ir a las urnas el 23-J.
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Que los objetivos del PSOE y Sumar no se pisen entre ellos no quiere decir que no se interpelen en alguna ocasión. Estos "mordisquitos" se han ido encendiendo en los últimos días para terminar de activar a esa parte del electorado de izquierdas durmiente y, sobre todo, a las mujeres desencantadas con Pedro Sánchez.
Una forma de apelar a este espectro es vender la idea de que al PSOE hay que "marcarle el rumbo" para volverse de izquierdas, como reivindicó Íñigo Errejón el pasado domingo. "Si no estamos nosotros se despista", ironizó el líder de Más Madrid, en un discurso paradójicamente muy similar al de Ione Belarra este lunes.
La otra manera es, precisamente, la confrontación directa con Vox, que es el partido más rechazado por el electorado femenino —"Santiago Abascal dice que soy peligrosa"— y con el que tendrá una oportunidad de oro este miércoles, durante el debate. Esta vez, la estrategia no seguirá la del su catedrático por Sevilla, Francisco Sierra, que se dedicó a dar la espalda a Vox durante el debate de Canal Sur.
"Hay que señalarles, enfrentarles, combatirles y ganarles", sentencia una persona del equipo de campaña. "Me refiero a Vox", aclara.