El PSOE no ha ganado las elecciones, pero el resultado firmado este domingo sabe a victoria para los socialistas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado los resultados en la sede del partido en la calle Ferraz y ha dejado entrever que, a pesar de ser la segunda fuerza más votada, intentará seguir en la Moncloa cuatro años más.
"El bloque involucionista del PP con Vox ha salido derrotado", ha asegurado Sánchez tras el escrutinio. "Somos muchos más los que queremos que España avance, y así seguirá siendo", ha añadido. Aunque no ha sido explícito, el presidente ha dado a entender que buscará los apoyos para formar Gobierno de nuevo.
"España ha sido bien clara, España y todos sus ciudadanos que han votado han sido muy claros. El bloque involucionista de retroceso, que planteaba una derogación total de todos los avances de estos últimos años, ha fracasado", ha apuntalado Sánchez ante una militancia especialmente motivada tras conseguir dar la vuelta a las expectativas.
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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo ha ganado las elecciones con 136 escaños, mejorando en 47 los que su partido obtuvo en los anteriores comicios. Desde el balcón de la calle Génova, ha anunciado que abrirá un proceso de diálogo para intentar formar Gobierno. Sin embargo, su potencial aliado, Vox, ha sacado sólo 33 escaños y la suma de ambos está lejos de la mayoría necesaria para gobernar.
Las expectativas que había hasta este domingo, para el que casi todos pronosticaban una victoria holgada del bloque de la derecha, finalmente no se han cumplido. El PSOE ha obtenido unos resultados muchos mejores que los esperados: 122 escaños (dos más de los que obtuvo en las anteriores elecciones generales).
Con esto, los socialistas han dado la vuelta a las previsiones, lo que ha generado una auténtica euforia en el partido. Para muestra sirven los aplausos que se oían desde la planta noble de Ferraz a medida que avanzaba el escrutinio, al constatar que el PP en ningún momento ha obtenido una ventaja aplastante sobre el PSOE.
Sánchez pretende formar una coalición de Gobierno con Sumar (31 escaños) y buscará el apoyo de otras formaciones independentistas como ERC, Bildu o el PNV, como ya sucedió en la pasada legislatura. La principal diferencia es que ahora necesitaría el apoyo de Junts, el partido de Carles Puigdemont. No es un horizonte fácil y la repetición electoral no es algo descartable, pero ese escenario está más cercano que las alternativas que pueda tener Feijóo.
"Gracias a los siete millones de personas que nos han votado", ha dicho Sánchez. "Hemos sacado más votos, más escaños y más porcentaje que hace cuatro años", ha añadido. El PSOE ha obtenido cerca de un millón de votos más que en 2019, dos escaños más y un 3,71% más de voto.
Los socialistas han sido la fuerza más votada en sólo cinco provincias: Sevilla, Navarra, Lérida, Tarragona y Barcelona. El PSC de Salvador Illa ha obtenido en Cataluña 19 escaños, siete más que en los comicios anteriores, y se ha situado como primera fuerza en la comunidad, seguido muy de lejos por Sumar, con siete.
Los socialistas han empatado con el PP y con las fuerzas independentistas en las comunidades de Extremadura, La Rioja, País Vasco, Cantabria, Canarias y Baleares.
Optimismo creciente
La jornada de este domingo ha sido de infarto en Ferraz. De la desgana inicial se fue pasando poco a poco a la esperanza y, de ahí, a la euforia. El estado de ánimo avanzaba a medida que lo hacía el recuento. En los primeros momentos, el PSOE estaba incluso por delante del PP en cuanto a votos.
Desde el partido se sienten muy orgullosos de la campaña electoral que han hecho. Si bien atípica, la presencia del presidente en medios de comunicación y el empujón de motivación que vivió el partido la última semana al final ha dado sus frutos. Aunque la incertidumbre se mantuvo hasta el final.
De hecho, los socialistas no tenían la intención inicial de celebrar el resultado en la calle y no habían montado un escenario frente a la sede de Ferraz. Estaba pensado, por si hacía falta, pero no se montó hasta que avanzó la tarde. Desde ahí se ha dirigido Sánchez a los simpatizantes del PSOE.
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Lo hizo precedido de la canción Perra, de Rigoberta Bandini, que se ha convertido en una especie de himno oficioso de la campaña electoral tras conseguir dar la vuelta al insulto de Perro Sánchez. Los socialistas también reprodujeron la canción de la serie Verano azul, que ha sido el lema de campaña del PP, en una clara ironía hacia sus adversarios, cuyas expectativas se han estrellado.
Sánchez ha recordado que cuando, el pasado 29 de mayo, decidió adelantar las elecciones lo hizo porque la sociedad debía decidir "qué rumbo tomar, si un rumbo de avance durante cuatro años más o de retroceso, tal y como plantea el bloque involucionista", ha añadido. La militancia le ha interrumpido entonces con el grito antifascista de "no pasarán", usado en la Guerra Civil.
El resultado de este domingo también aleja el debate de la sucesión de Pedro Sánchez al frente del PSOE. En los últimos meses, en especial después del fracaso del pasado 28-M, empezó a haber movimientos internos en el partido pensando en un futuro post Sánchez. Pero todo esto, de momento, queda aplazado. Sánchez ha vuelto a demostrar que tiene una resistencia que a veces se infravalora. Cuando hace unos días algunos le auguraban obituarios, ahora todo gira en torno a si formará Gobierno de nuevo o no.