El portavoz del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, renuncia a recoger su acta de diputado. Pero seguirá como "militante de base de Vox, y siempre a disposición de sus dirigentes", según ha confirmado él mismo en rueda de prensa.
A las 12.00 del mediodía, en la sala de prensa de la Cámara Baja, Espinosa se fue con un "¡Viva España!", con algunos momentos de voz entrecortada, y con una lista larga de "agradecimientos", muy "especiales" a Santiago Abascal y a la presidenta de la Cámara, la socialista Meritxell Batet: "Espero no perjudicarle mucho por decir esto", bromeó. El gesto llegaba en el mismo día en que se confirmaba que Batet tampoco en el cargo, tras las presiones de todos los socios de Pedro Sánchez.
Poco antes, era uno de los enemigos internos de Espinosa quien confirmaba la noticia. El vicepresidente de Acción Política y eurodiputado Jorge Buxadé, entrevistado en el programa Herrera en Cope anunciaba que Espinosa de los Monteros había comunicado a la dirección del partido su salida de la misma y su renuncia a ser diputado, tal como habían confirmado a este diario fuentes de la dirección del partido de Santiago Abascal.
El presidente de Vox esperó al fin de la rueda de prensa de su "querido compañero" para elogiar su figura en una declaración pública en Twitter: "El Parlamento pierde a un gran portavoz, pero el partido mantiene a un afiliado de lujo", aclara. Como el propio Espinosa, Abascal se muestra confiado en el futuro de la formación: "Tengo el convencimiento de que lo mejor está por venir, y que participarás muy activamente en ello. En cualquier caso, muchas gracias por tu entrega. Nada de adioses. Hasta pronto".
El ya exportavoz regresará ahora a su actividad privada, tras su salida de la política activa. Espinosa de los Monteros no llegará siquiera a entregar sus credenciales para tomar posesión del escaño logrado en las pasadas elecciones del 23-J, en las que iba como tercero en la lista de Vox por Madrid.
"Si ha convocado una rueda de prensa, esperemos que lo diga él. Es un gran parlamentario, un compañero y un amigo", se limitaba a expresa Buxadé este lunes. Lo cierto es que pocos esperaron a escuchar los motivos "familiares" que oficialmente explican su salida intempestiva, y muchos la atribuían, precisamente, al vicepresidente de Acción Política que, cada vez, acapara más poder interno en Vox.
Entre quienes señalan, aunque sea veladamente, esas luchas ideológicas internas está otro de los fundadores del partido, Javier Ortega Smith, secretario general del partido hasta octubre de 2022. A pesar de que sus perfiles son completamente opuestos -Ortega belicoso, Espinosa dialogante-, ambos son amigos y bregaron mano a mano hasta llevar a Vox a sus más altas cotas electorales, los 52 escaños de 2019.
Sin embargo, el tercer miembro del núcleo duro fundacional de Vox, Ortega Smith, sí dejaba ver la guerra interna del partido, en un tuit publicado antes de la comparecencia pública de Espinosa de los Monteros. "Has luchado sin descanso desde la fundación de Vox con lealtad, con generosidad y con sacrificio. Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo".
En todo caso, Buxadé -que controla el mensaje del partido- elogiaba su figura: "Es un tipo extraordinario, un trabajador incansable, un gran parlamentario, una buena persona, que forma parte de la historia, del presente y el futuro de Vox, con toda seguridad".
El más conocido portavoz en el Congreso de la formación de Santiago Abascal había formado parte de Vox desde sus inicios, antes de que lograra representación institucional.
Espinosa fue secretario general del partido y en la actualidad era vicesecretario general de Relaciones Internacionales, además de su cara más amable. Todos los portavoces de la Cámara Baja, hasta de las formaciones más opuestas a los postulados de Vox, lo retratan en privado como una persona "sensata", con la que "se discrepa, pero se dialoga".
Aunque aguantó como tercera fuerza parlamentaria, Vox perdió 19 diputados y más de medio millón de votos en las últimas generales. La formación de derecha extrema pasó de 52 a 33 diputados y se quedó en tres millones de votos. Estos resultados terminaron de impulsar una crisis en el partido que ya se vislumbró hace un año, tras las andaluzas y el portazo de Macarena Olona, otro de los rostros más conocidos y activos de la formación de derecha extrema.
"Estamos absolutamente preparados tanto para hacer oposición como para una repetición electoral", aseguró Abascal tras conocer los resultados. Sin embargo, la sensación interna en el partido es que una vuelta a las urnas le pasaría una dura factura, dadas sus divisiones internas. Este domingo, Vox ofreció al PP su apoyo sin necesidad de entrar en un hipotético gobierno, intentando así facilitar la investidura de Alberto Núñez Feijóo.