'Plan Feijóo 2025': reunirá a sus barones bajo el lema de "ser 2 años presidente o presidente en 2 años"

"Después, ya veremos", apunta un dirigente popular en conversación con este periódico. El acuerdo establece que, si los firmantes del pacto así lo consideran, el mandato podría extenderse hasta el final de la legislatura.

El plan de Feijóo tiene marcado el año 2025 en rojo. En el caso de que logre ser investido, el candidato popular se compromete a disolver las Cámaras en ese ejercicio, estén o no acabadas esas grandes reformas. Pero si su investidura fracasa los próximos 26 y 27 de septiembre, Feijóo está convencido de que será presidente "en dos años".

Así se lo explicará el próximo lunes a los líderes regionales del partido, en un almuerzo al que ha convocado a todos. La comida se celebrará después de una Junta Directiva Nacional, que sirve en realidad de excusa para reunir a todos los barones y explicarles con detalle el plan, sus pasos y las razones de tal seguridad.

Según Génova, "si Sánchez acaba siendo presiente es porque le ha entregado a Junts lo que no nos podríamos imaginar que fuera posible". Y tal como indica a este periódico una de las personas convocadas a Génova este 4 de septiembre, "esa es la razón por la que el PSOE no aguantará más en el poder". Porque una vez que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras hayan conseguido la amnistía para los implicados en el procés, "lo dejarán caer".

Todo este constructo se basa en que el PP, sus dirigentes, dan por hecho que Feijóo no logrará ser presidente ahora, "pero va a ser el próximo presidente de España". Es decir, que en el debate de investidura el gallego no pasará de los 172 escaños que ya lo apoyan. Y que Sánchez sumará los 178 restantes. "Pero lo hará pagando el precio de humillar el constitucionalismo… y lo pagará".

Es decir, explica otra fuente del PP: que el independentismo exprimirá al PSOE de Sánchez y le sacará la amnistía. Y una vez pasadas las elecciones vascas y las catalanas, lo dejará caer, capitalizará electoralmente el logro "y los españoles lo castigarán". Génova calcula este proceso en unos dos años. Por eso, si Feijóo no es presidente ahora, hasta 2025, lo será después, a partir de 2025.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, este miércoles en la sala de prensa del Congreso tras su encuentro con Pedro Sánchez. Europa Press

"Hasta los indepes desearán que gobierne el PP", opina un barón vía telefónica, consultado por este escenario. "Después de sacarle a Sánchez todo lo posible y con el Estado debilitado, por el constitucionalismo del Partido Popular será un enemigo conveniente para seguir haciéndose la víctima de sus mentiras".

Lo que ocurre es que este plan, por un lado, es a muy largo plazo; por otro, está basado en conjeturas y todas ellas, indeseables para el electorado del PP. Y finalmente, no es compartido por todos los barones. "Pero en política opera el principio de realidad… y esta son las cartas que nos quedan", zanja otra de las fuentes consultadas en el PP.

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El caso es que ni en Cataluña se entiende el plan de hablar con Junts y ERC solo para que "se visualice" que Sánchez caerá en "cesiones inmorales"; ni en Madrid se acogen con agrado los guiños de Feijóo al PNV.

El peso de Alejandro Fernández, es cierto, es pequeño en el PP nacional. El presidente del PP catalán está logrando que el partido saque la cabeza tras recogerlo en una crisis terrible: el 23-J incluso sacó más votos que ERC y Junts… pero quién lo diría a la vista de lo poco apreciado que es en Génova.

Pero Isabel Díaz Ayuso sí inquieta algo más. Fuentes del núcleo cercano a Feijóo admiten que "hay medios que reproducen mensajes interesados" en mover la silla del líder. "El partido está unido, e Isabel no está moviendo nada… pero hay quienes son más ayusistas que Ayuso y lo hacen por ella".

De ahí la convocatoria de este lunes en Madrid. No hay urgencia, pero sí necesidad de explicar el llamado Plan 2025, apenas una semana después de la última llamada de Feijóo a los suyos.

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En este marco se encuadran los seis pactos de Estado propuestos por Feijóo a Sánchez, enmarcados vagamente en el hipotético Gobierno de 15 ministerios: Regeneración Democrática; Estado de Bienestar; Saneamiento Económico; Pacto de Familias; Pacto por el Agua; y Pacto Territorial. Se trata, dicen las fuentes del PP, de una síntesis basada en los grandes acuerdos de la Transición, para desactivar la influencia independentista en el Gobierno central.

La cita de apertura de curso político, en el Castelo de Soutomaior (Pontevedra), el pasado fin de semana, reunió a algunos de los líderes más cercanos al político gallego. Pero aquello fue más una fiesta y un mitin, una reunión amable y sin más orden del día que el discurso del líder. Pero Feijóo es, además, el candidato designado por el Rey a la presidencia del Gobierno. Y aunque todos en el PP saben que "es imposible", el jefe ha convocado el lunes una junta directiva nacional, seguida de un almuerzo con los barones regionales.

El objetivo de esta llamada es cortar de raíz esas disensiones internas, que han surgido desde que este periódico informó hace una semana de que en la ronda de contactos del candidato estarían incluidos ERC y Junts. Los sarpullidos fueron evidentes, sobre todo, con los de Puigdemont. El partido del expresident de la Generalitat, líder del golpe independentista del 1-O de 2017 y huido de la Justicia española desde entonces, fue calificado por Esteban González Pons como heredero de CiU y, como tal, con "un pasado" que lo legitimaba como interlocutor.

La diferencia entre Esquerra y Junts es que de uno no se espera nada y del otro pareció que Génova sí… Aunque teóricamente, con ambos hay un abismo —el que va de la Constitución al secesionismo—, los primeros son de izquierdas y los segundos, supuestamente, de derechas.

"Quien piense que Junts es algo parecido a Convergència, o no se ha enterado de nada o no quiere hacerlo por alguna razón extraña", razona un miembro de esa Junta Directiva del PP. Los críticos creen que si Feijóo habla siquiera con Junts legitimará el sanchismo y echará a perder los principios del PP.

El único barón que ha levantado la voz en público ha sido, precisamente, el catalán Fernández. La presidenta madrileña, Ayuso, guarda un silencio prudente desde hace un par de semanas… aunque, en realidad, el mismo que los demás líderes regionales, que están a la sombra en este mes, en el que Feijóo se la juega a la luz de todos.

"Si él quiere, será presidente del Gobierno", se limita a responder un último presidente autonómico popular. "Y yo estoy seguro de que quiere… ¿Cómo va a permitir que su carrera política acabe en fracaso el tipo que más mayorías absolutas ha conseguido en España?".