Los cimientos del PSOE se resquebrajan por la amnistía con que Sánchez quiere 'pagar' a Junts
Los exministros Rosa Conde, Belloch, García Vargas, Virgilio Zapatero o Cosculluela se suman a González y Page mientras Batet deja la política.
7 septiembre, 2023 03:08Los pasos que da Pedro Sánchez en dirección a la amnistía resquebrajan poco a poco los cimientos del PSOE. Algunos de los exministros socialistas más relevantes de la Democracia se confiesan "escandalizados" en conversación con EL ESPAÑOL. En público y en privado, enviados de Sumar a Bruselas para reunirse con Puigdemont se refieren a este mecanismo como el "pago" a cambio de la investidura. Ahí queda el verbo utilizado por Jaume Asens en su conversación con Onda Cero.
La estrategia de Sánchez, que no ha negado en ningún momento que la amnistía sea su propósito, ha sublevado a Felipe González, a Emiliano García Page y a muchos exministros. Además, Meritxell Batet, hasta hace dos meses número uno por Barcelona, ha hecho coincidir su dimisión como diputada con las mencionadas novedades.
Unos lo llaman "movilización de veteranos". Otros, más irónicos, se refieren al "ejército de los huérfanos". Lo hacen parafraseando las palabras del que fue su jefe, Felipe González, en una reciente entrevista con Carlos Alsina, cuando se definió huérfano de representatividad por el rumbo que ha tomado el PSOE en relación a las alianzas con el independentismo.
A través de varias charlas mantenidas con exministros socialistas –algunos de ellos correspondientes a la época de González y otros a la de Zapatero–, este periódico ha detectado esa suerte de movilización que ha comenzado a gestarse. Muchos de ellos se dicen dispuestos a firmar textos e incluso a manifestarse para exhibir su rechazo a la amnistía que se plantea el PSOE.
Juan Alberto Belloch fue el único ministro que encarnó al mismo tiempo Justicia e Interior. De ahí que se le conociera como el "biministro". Juez de profesión, responde así a la pregunta de este diario sobre la amnistía: "Hay que distinguir entre lo jurídico y lo político. En lo primero, se dan varias posibilidades interpretativas de la Constitución, aunque la inconstitucionalidad sea lo más probable. Desde el punto de vista político, me parece un grave error por el momento y circunstancias en que podría producirse".
Se refiere Belloch al intercambio de amnistía por investidura: "Una vez más, la legalidad se subordinaría y se convertiría en moneda de cambio".
Virgilio Zapatero, que fue mano derecha de Felipe González, señala en charla con EL ESPAÑOL que esa amnistía iría en contra de la separación de poderes porque supondría la "invasión de competencias del poder judicial" por parte del poder legislativo.
Además, lamenta que la dirección socialista actual y Sumar hayan logrado que el debate se haya estrenado con el punto de mira en los tecnicismos. Es decir: ¿cabe o no cabe en la Constitución? "Los promotores se están ahorrando la justificación. Se habla de la forma, pero no del fondo".
Zapatero, que además es doctor en Derecho, relata que las amnistías son útiles en "momentos de transición de un régimen a otro". En España, la hubo precisamente en 1977. También encuentra utilidad a una amnistía que devolviera al espacio público a quienes lo han abandonado. Pero con una salvedad: siempre que los amnistiados "acaten lealmente la Constitución". No es el caso de Puigdemont, que ni siquiera renuncia por completo a la unilateralidad.
A modo de conclusión, Zapatero explica que la amnistía, siendo "una decisión que blinda el futuro", va a concederse para lograr una legislatura de cuatro años. Ya cuando publicó sus memorias, este exministro confesó su descontento con el rumbo tomado por el PSOE de Pedro Sánchez.
Rosa Conde fue la sombra de González durante casi una década de poder. Primero como portavoz del Gobierno y luego como secretaria general de la Presidencia. Al otro lado del teléfono, se pregunta: "¿Cómo es posible que plantee esas exigencias un partido que tiene siete escaños y que sólo representa al 1% de los españoles?".
Le parece un tanto surrealista que Puigdemont "haga una propuesta tan radical como paso previo para empezar a andar". Igual que Zapatero, critica que "nos hayamos distraído hablando de la constitucionalidad", dejando a un lado el fondo de la amnistía.
Se posiciona en contra de este mecanismo por la conducta de Puigdemont: "Es un fugado de la justicia que dice que lo volverá a hacer. ¿Cómo se va a dar la amnistía a alguien así?".
Por último, y de manera sintética, confiesa que, tras mantener "varias conversaciones con juristas", tiende a creer que, además, la amnistía "no tiene encaje constitucional". Eso mismo opinó González en su entrevista con Carlos Alsina.
"Movilización de veteranos"
Julián García Vargas es uno de los que emplea la expresión "movilización de veteranos". Se dice, como "muchos de sus compañeros", "radicalmente en contra". Reitera que no le ve "encaje constitucional" a la amnistía y critica que, de producirse, "se estará eximiendo a Puigdemont de su responsabilidad en el procés".
Antes de despedirse, advierte: "Si Sánchez concede finalmente la amnistía, habrá consecuencias".
–¿A qué se refiere?
–Se producirá una movilización de veteranos.
Celestino Corbacho fue ministro de Trabajo con Zapatero. Aunque este expresidente todavía no ha hablado, se le puede suponer muy cercano a los planteamientos de Sánchez. Pero también entre los que acompañaron a Zapatero hay ministros descontentos. Jordi Sevilla, por ejemplo, escribió un tuit diciendo: "Oído Puigdemont, pido elecciones. Y ahí lo dejo".
Corbacho, en su entrevista con este periódico, introduce: "Me parece absolutamente impresentable que, en la España del siglo XXI, estemos discutiendo una posible amnistía".
Este exministro insiste en definir España como una democracia homologable a las demás grandes naciones europeas. Le entristece que, de haber una amnistía al independentismo catalán, se estaría trasladando la sensación de que se produjo "una persecución de las ideas".
"Se estarían quebrantando los principios de un Estado democrático y de Derecho. El poder legislativo invadirá el poder judicial", incide. A modo de despedida, añade: "He pasado a formar parte del ejército de los huérfanos".
Ramón Jáuregui, exlíder de los socialistas vascos y ministro de la Presidencia entre 2010 y 2011, ha aseverado en una entrevista con RNE que la amnistía "es inconstitucional": "Supone una legalización encubierta de actos contra el Estado que en todo el mundo están penados".
Javier Sáenz de Cosculluela fue portavoz del PSOE en el Congreso y ministro de Obras Públicas con González durante seis años. Está seguro de que la amnistía "es inconstitucional".
Pero, independientemente de lo legal, opina: "Me parece absolutamente rechazable. Se aparta por completo de lo que podríamos llamar el gran consenso social. Sería muy poco representativo de lo que quieren los votantes".
Cosculluela dice que su partido navega "con rumbo desconocido" debido a la "contaminación del nacionalismo". Quiere creer que una buena parte de la sociedad, no sólo los que participaron en el proyecto constitucional del 78, "está escandalizada".
También se ha sumado a las voces discordantes el expresidente de la Comunidad de Madrid con el PSOE Joaquín Leguina, que ha acusado a Pedro Sánchez de "jugar" con el Tribunal Constitucional e "invadirlo" en relación a la ley de amnistía que exige Junts para negociar la investidura y ha reclamado un "acuerdo lógico" entre las dos grandes fuerzas políticas: PP y PSOE.
Señala también que "en la Constitución se prohíben los indultos generales" y denuncia la deriva del actual PSOE en la que Sánchez ha "eliminado" cualquier instrumento de discusión dentro de un partido democrático. "Llegaron las primarias y se fueron a la mierda los partidos políticos", ha dicho.