Pablo Iglesias no quería concluir su cara a cara con el comisario José Manuel Villarejo sin arrancarle un titular, y le ha planteado la siguiente pregunta a bocajarro: "Usted ha molestado a gente muy poderosa. ¿Calcula que es posible que un día le peguen un tiro?"
"En 2018 casi lo consiguen, menos mal que estaba todavía el PP, sufrí un shock en prisión y casi me cuesta la vida", ha relatado el comisario jubilado, principal imputado del caso Tándem, "si me vuelven a meter en prisión, de pronto me suicidarán, y quienes me conocen saben que yo no soy precisamente partidario de eso. Pero la gente sabe que mi memoria tiene recuerdos que son peligrosos, hay mucha gente que tiene miedo".
El exvicepresidente del Gobierno y líder en la sombra de Podemos ha abandonado su cara a cara con el comisario Villarejo ante los micrófonos de RAC1 sin muchas certezas.
Villarejo ha recalcado que fue "el segundo hombre de campaña de Pedro Sánchez, Alberto Pozas" —que ha sido director general de Información Nacional en la Moncloa, tras dirigir la revista Interviú—, quien le entregó una copia de la tarjeta del teléfono móvil de Dina Bousselham, la exasistente de Pablo Iglesias en el Parlamento Europeo.
Pablo Iglesias ha intentado completar el relato: "Alguien le roba el teléfono móvil [a Dina] y un periodista Alberto Pozas, que trabajó en la secretaría de Estado de Comunicación de la Moncloa [con Pedro Sánchez], se lo entrega a usted, supongo que para que lo filtrara a los medios de comunicación".
El comisario Villarejo ha puesto en duda que la tarjeta del móvil proceda realmente de un robo y ha sugerido que la propia Dina Bousselham filtró su contenido para dañar al partido, por despecho.
"Yo desconocía la existencia de ese teléfono hasta que me llama Alberto Pozas y me dice: 'Tengo que comer urgentemente contigo'", ha indicado Villarejo, "Pozas me dice: 'Esto puede ser de interés policial, hay movimientos económicos de Podemos, me lo ha dado una fuente anónima'. Cuando yo veo que tiene contenido íntimo, se lo doy al DAO (el director adjunto operativo de la Policía) y entrego una copia al CNI. Lo que hacía siempre, era mi trabajo".
El comisario José Manuel Villarejo (que ya ha sido condenado a 19 años de cárcel en las primeras piezas juzgadas del caso Tándem) ha asegurado que, desde el Gobierno de Rajoy, "la aprendiz de brujo, la bolita de azufre Soraya [Sáenz de Santamaría]" se dedicó a hinchar las expectativas de Podemos, desde la convicción de que esa estrategia restaría votos al PSOE.
"Ellos pensaban que eran gatos, yo veía que eran crías de tigre e iban a acabar devorando a los que les estaban protegiendo", ha comentado gráficamente.
En cambio, ha añadido, el proyecto político de Pablo Iglesias causaba mucha más preocupación entre algunos dirigentes del PSOE, como el exministro Alfredo Pérez Rubalcaba, que "tenía buenas fuentes de información en Interior y en el CNI".
Villarejo ha asegurado que cada vez que Pablo Iglesias salía a Europa "el CNI le ponía una escolta" para controlar todos sus movimientos. "También le daban instrucciones al entonces comisario de Barajas, [Carlos] Salamanca", ha agregado, "el control se hacía sobre un movimiento revolucionario, porque el sistema está estructurado para que no se mueva nadie".
El comisario condenado por el caso Tándem se ha desmarcado por completo de la elaboración del informe PISA, que ha calificado de "fiasco" y "chapuza", aunque ha reconocido que son ciertos muchos de los datos que aparecen sobre los ingresos que Pablo Iglesias y su entorno recibieron de Irán y Venezuela, ha objetado que "el argumentario que presentaron era poco más que unos recortes de prensa".
"Creo que había dos informes PISA", ha detallado. "Uno que tenía organizado Interior a mis espaldas; si me lo hubieran encargado yo tenía información más relevante. Y otro que tenía el CNI, creo que de más calado. Presentaron el más suave como una vacuna para evitar que se siguiera [investigando] en esa línea", ha señalado.
A preguntas de Pablo Iglesias, Villarejo ha revelado: "Yo he hablado con Felipe González y Mújica sobre el GAL". Pero poco ha aclarado sobre esas conversaciones: "Mújica me decía que el mejor etarra es el que está muerto". En cambio, "Felipe nunca habló de una manera tan directa y precisa, pero así suelen hacerlo los políticos de primer nivel".
"Pueblo de borregos, Gobierno de lobos"
También ha aparecido en la conversación Pedro Sánchez, quien, según Villarejo, tiene muchos motivos para recelar de Pablo Iglesias. "Para mí es un hombre que ha seguido la máxima del KGB: pueblo de borregos, Gobierno de lobos", ha dicho al respecto el comisario.
Y ha asegurado que "el CNI estaba detrás de las famosas saunas del suegro y su hermano, la esposa de Sánchez era la administradora de la sociedad". Pablo Iglesias ha desaprovechado la ocasión centrándose en una de sus obsesiones: ha intentado sonsacar el nombre de cada uno de los periodistas que han tenido relación con Villarejo y ha mostrado especial interés en Ana Rosa Quintana y Antonio García Ferreras.
"Hoy es indiscutible que la profesión más corrupta de este país es el periodismo", ha sentenciado Pablo Iglesias, quien tras abandonar la vicepresidencia del Gobierno hoy dirige el aparato de propaganda de Podemos, Canal Red.