ERC transmite a Sánchez que la amnistía tendrá que reconocer que "el Estado se excedió en la represión"

Fuentes de la dirección del partido reconocen que esta nueva Ley de Amnistía no está terminada pero sí "madura", replicando las palabras de la consellera de Presidencia de Cataluña, Laura Vilagrà. En los primeros avances del texto, los independentistas parecen estar de acuerdo "con el planteamiento global y el análisis" que se hace desde los partidos del Gobierno, también desde el borrador de Sumar, y que los términos generales están claros.

"Se trata de devolver el conflicto a la vía política; alejarlo de la judicial y represiva. Asumir que el Estado se pasó de la raya para reprimir al independentismo", concretan desde ERC. En su primer borrador de una Ley de Amnistía, propuesto en 2021 y declarado inconstitucional por la socialista Meritxell Batet, los republicanos ya expresaban el conflicto en estos términos. 

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En su artículo primero, aquella proposición de ley orgánica reclamaba la condonación de "todos los actos de intencionalidad política" entendiendo como tal "cualquier hecho vinculado a la lucha democrática por la autodeterminación de Catalunya", según se recoge del texto planteado hace dos años por ERC, Junts, PdeCAT y la CUP.

Ahora bien, ni ERC ni Junts, por una parte, ni el PSOE, por otra, han hecho pública ni una sola línea del texto en el que hipotéticamente andan trabajando. Tampoco de su exposición de motivos, ni su planteamiento, ni su fundamento jurídico. Hasta ahora, la única referencia conocida es el informe académico presentado este martes por Sumar, el cual acusan de ser el mismo que el mencionado borrador de 2021. 

"ERC no necesita ningún tipo de intermediario para negociar con el PSOE", sentenció Rufián sobre las acciones del socio minoritario del Gobierno, quien esgrimió la responsabilidad de interlocutar con los independentistas desde la noche misma de las elecciones. "Pero esto no va de colgarse medallas", amplían las fuentes.

Ventajista o no, lo cierto es que tanto la proposición de ley en 2021 como el dictamen jurídico de Sumar en 2023 reconocen ciertos abusos del Estado a la hora de reprimir al independentismo y abogan por un "espíritu de reconciliación". La novedad que incluye la vicepresidenta segunda, en este caso, es que también amnistiaría a los policías y guardias civiles encausados por las cargas policiales del 1-O y otras movilizaciones independentistas, con algunas excepciones.

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Reconocer el conflicto

Aunque nada está cerrado, los marcos están claros. La mañana de este miércoles, Pedro Sánchez telefoneó al líder de ERC, Oriol Junqueras, para normalizar las relaciones entre ambos partidos y "superar el conflicto político" con los líderes independentistas a los que él mismo indultó parcialmente en la pasada legislatura. Terminada la llamada, ambas formaciones enviaron a los medios sendos comunicados que, esencialmente, estaban calcados, pero diferían en los matices.

El PSOE, por un lado, recalcaba "su proyecto para los próximos cuatro años", es decir, la legislatura completa, y recordaba a ERC las cesiones que el Gobierno le ha concedido desde 2018. ERC, por su parte, agradecía "los avances en clave política, social y antirrepresiva fruto de los últimos años de negociación"; o, dicho de otro modo y traducido en privado a este periódico, "el reconocimiento de que ese conflicto entre Cataluña y el Estado existió y fue político".

Todo esto se enmarca como la última antesala previa a una "amnistía ya pactada en el acuerdo para la constitución de la Mesa del Congreso", según recuerda un alto cargo de Esquerra. A su vez, el siguiente paso sería "la necesidad de discutir las condiciones para la celebración de una votación sobre el estatus político de Cataluña", como sugirió el propio Junqueras hace dos semanas a las puertas del Congreso de los Diputados.

Esto último, la votación, la consulta, el referéndum o como se le quiera llamar, serán las distintas fórmulas que le darán las partes a lo que se acuerde, según admiten fuentes del PSOE y de los dos partidos independentistas, ERC y Junts, que siempre se miran de reojo para ver quién pasa antes por debajo del futbolín. Con todo esto en mente, elegir qué palabra utilizar será casi tan difícil como escoger su encaje en la Constitución.