Desde que llegó a Génova, en abril de 2022, Alberto Núñez Feijóo ha ido postergando la renovación del Partido Popular en Cataluña. Según indican en su entorno, la celebración del congreso, finalmente, se pondrá en marcha una vez que se resuelva la investidura de Pedro Sánchez. Y la persona favorita para tomar el bastón de mando sigue siendo Dolors Montserrat.
El nombre de la eurodiputada y exministra de Sanidad lleva meses en las quinielas, aunque últimamente parecía que el líder popular rondaba otros perfiles, como Manu Reyes, alcalde de Castelldefels. Pero en la cúpula popular siguen insistiendo en que la favorita es ella. Porque la aludida en cuestión se descarta, a lo que replica Génova: "Feijóo también se descartó muchas veces para presidente nacional".
En cualquier caso, el proceso de renovación no será fácil. La relación entre la dirección nacional del PP y la regional no atraviesa su mejor momento. "El partido está roto allí", resume uno de los principales barones populares, que apunta al "tiempo" como la única receta para reconstruir un proyecto que necesita, sobre todo, mirar a largo plazo.
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Fuentes próximas a Feijóo se muestran indiferentes ante la posibilidad de que el actual presidente regional, Alejandro Fernández, quiera atrincherarse en el cargo. "Nos da igual que se presente, nos da igual que haya dos listas en el próximo congreso", subrayan las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. En realidad, el relevo se barrunta convulso.
Al presidente del PP siempre le ha gustado la unidad, como sucederá en el País Vasco. En Cataluña, todo apunta a que podría suceder lo contrario. Por eso el PP pide prudencia: "Mejor hacerlo bien que hacerlo pronto". Aunque fuentes del entorno de Fernández dicen que es otro el motivo por el que no se termina de abrir el melón: "Han hecho números y saben quién ganaría un congreso del PP catalán".
Aun sin una fecha la cita orgánica, se desconoce si el presidente del PP catalán llevará su órdago hasta el final y dará la batalla. También si, incluso, habrá un tercer interesado al margen de la apuesta de Feijóo. Según fuentes del PP en Barcelona, el alcalde de Castelldefels anda con ánimos de presentar su candidatura: "Él quiere ser presidente".
En su momento, Génova intentó evitar una crisis interna buscando una salida para Fernández. En las generales del 23-J, le ofreció un puesto en las listas electorales para volver al Congreso de los Diputados. Pero él rechazó la oferta: "Quisiera agradecer, de todo corazón, la oportunidad que me brinda mi partido. Pero me quedo en Cataluña".
"Un PP de Cataluña para Cataluña"
La razón que arguyó fue que en el Parlamento catalán se volverían a vivir "episodios" que demandarían de "una voz fuerte que defienda los derechos y libertades de los catalanes no nacionalistas". Ese mensaje llevaba implícitas dos ideas: que no estaba dispuesto a dejar el timón y que el PP catalán debe ser el que abandere la defensa del constitucionalismo.
Los resultados de la última cita con las urnas dibujaron un horizonte optimista para los populares en Cataluña, porque consiguieron pasar de dos a seis diputados en la Cámara Baja y se situaron como tercera fuerza, incluso por delante de Junts y ERC. Ahora la meta, para las próximas catalanas, es ambiciosa: dejar atrás el peor resultado de tres escaños y sobrepasar a Vox consiguiendo, al menos, una decena de representantes.
La fórmula por la que apuesta la dirección nacional de los populares para conseguir esos objetivos es una: perfilar "un PP de Cataluña y para Cataluña", que hable catalán, que no cause rechazo entre los ciudadanos nacionalistas no independentistas, que pueda abanderar, a partes iguales, la unidad de España y el "catalanismo". Y que pueda diferenciarse de la marca nacional para permear en el territorio, como consiguió el propio Feijóo en Galicia.
Se trata de una visión que no comparte la actual dirección del PP catalán, que representa un discurso más "españolista", que se interpreta como "duro" en el entorno de Feijóo. En realidad, el dilema es el de siempre. "Tenemos que decidir si queremos ser Alejo Vidal Quadras o Josep Piqué", resumen fuentes populares. En cualquier caso, lo que sí tienen claro tanto en Génova como en Barcelona es que, una vez elegido un rumbo, no debe haber interferencias desde Madrid. Ni se puede dar marcha atrás.