"No nos hemos fijado ningún otro límite que la voluntad del pueblo de Cataluña". El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha defendido este jueves el acuerdo alcanzado con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno como un punto de partida para "resolver el conflicto histórico entre Cataluña y España".
Puigdemont sostiene que los socialistas han asumido todas las condiciones previas que él puso en su discurso del pasado 5 de septiembre, entre las que ha mencionado que Europol retire al separatismo de sus informes sobre el terrorismo. No obstante, ha dejado clara que su "desconfianza" hacia Sánchez persiste y ha resaltado que, si no cumple todo lo acordado, hará caer a su Gobierno.
"La estabilidad del Gobierno durante la legislatura, sobre todo en temas como los presupuestos y otros proyectos relevantes que el Gobierno remita a las Cortes, dependerá de una negociación permanente que tenga resultados y que se vayan cumpliendo a lo largo de la legislatura", asegura Puigdemont.
"A diferencia de la legislatura pasada, en la que el Gobierno de Pedro Sánchez arrancó con la estabilidad garantizada en el bolsillo, aquí tendrá que ganarse acuerdo a acuerdo. Sin acuerdos, sin su cumplimiento, la legislatura no tiene ningún recorrido. De alguna forma, el 'a cambio de nada' se ha ido a la papelera de la historia", ha avisado el expresidente catalán.
La negociación se centrará en "la superación de las limitaciones y los déficits del autogobierno" y "el reconocimiento nacional de Cataluña". "Desde el pacto fiscal al referéndum de autodeterminación; desde el traspaso de Rodalíes (el de verdad, no el que se queda a medias) a la gestión de la inmigración; desde la gestión de los puertos y aeropuertos a las competiciones deportivas internacionales; desde la hacienda propia a la política exterior", ha enumerado.
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Para verificar que el PSOE cumple lo prometido, el expresidente catalán ha destacado el papel del nuevo mecanismo de verificación internacional previsto en el acuerdo, cuyos miembros deberán estar presentes en todas las reuniones. Puigdemont ha dicho que ya hay acuerdo con los socialistas sobre las personas, pero ha dado a entender que no se hará público por la necesidad de que trabajen "con la mínima presión".
El expresidente catalán asegura además que la ley de amnistía pactada con el PSOE "no dejar fuera a nadie que haya padecido persecución, de la forma que sea, por la mera contribución" al procés. Además, la norma de perdón penal "no excluye las víctimas de la guerra sucia del Estado español".
Puigdemont ha dedicado la mayor parte de su discurso, de alrededor de 20 minutos, a arremeter contra Esquerra Republica, aunque sin nombrarles. "Hay que abordar la resolución del conflicto en términos diferentes a los de la anterior legislatura. Para hacer lo mismo que se ha hecho y decir lo mismo que se ha dicho en los últimos cuatro años, Junts no hace falta", ha insistido en varios pasajes.
"Para llegar hasta aquí no hemos tenido que pasar ninguna página, ni asumir que hayamos cometido ningún delito. No nos ha hecho falta pedir perdón. Mantenemos la posición y es desde esta posición donde nos comprometemos a un proceso de negociación (y no de simple diálogo) con todo lo que ello representa. Y no nos hemos fijado ningún otro límite que la voluntad del pueblo de Cataluña", presume Puigdemont.
El expresidente catalán, fugado en Bélgica desde la fallida declaración de independencia de Cataluña de octubre de 2017, ha desvelado estos detalles en una declaración a la prensa sin aceptar preguntas. La comparecencia se ha producido en el Press Club Brussels, el mismo lugar en el que Puigdemont dio su primera rueda de prensa en la capital belga el 2 de noviembre de 2017. La expectación mediática era grande, pero inferior a la de aquel día.
En primera fila le escuchaban los miembros de la cúpula de Junts, que han viajado por tercera vez a Bruselas para dar, este vez sí, su luz verde al acuerdo con el PSOE. Entre los presentes se encontraban la presidenta del partido, Laura Borràs; el secretario general, Jordi Turull (que ha firmado el acuerdo con Santos Cerdán); la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras; o Eduard Pujol, el diputado que se equivocó y votó sí a Alberto Núñez Feijoo. Todos le han aplaudido al llegar y al marcharse.