El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, este jueves en Bruselas.

El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, este jueves en Bruselas. Europa Press

Política INVESTIDURA

Sánchez acepta pasar un examen todos los meses fuera de España ante el verificador y Puigdemont

Moncloa asegura que aún no ha cerrado con Junts el acuerdo sobre la identidad de los verificadores extranjeros.

11 noviembre, 2023 03:21

Pedro Sánchez ha aceptado pasar un examen todos los meses fuera de España ante el verificador pactado con Junts y ante Carles Puigdemont para medir el grado de cumplimiento y los avances del acuerdo de legislatura firmado el jueves en Bruselas.

En principio, esa persona no será el propio presidente del Gobierno, sino alguien en su nombre y representación del PSOE, según ha explicado Junts. La primera reunión tendrá lugar en noviembre en algún lugar fuera de España, sin que los socialistas aclaren de momento si será secreta o con cobertura y fotos.

Ni PSOE, ni Junts han informado de la identidad del verificador y las personas de su equipo que le acompañarán. Así es, a pesar de que los dirigentes socialistas y ministros que han explicado este viernes el acuerdo han insistido mucho en su interés en darle transparencia, tras la discreción o secretismo con el que han llevado las negociaciones desde el 24 de julio.

[Sánchez consiente que la estabilidad de su Gobierno quede en manos de un verificador internacional]

Fuentes del Gobierno aseguran que aún no está pactado con Junts el nombre de los verificadores. “Está decidido y acordado", aseguran fuentes de Junts sobre la posibilidad de que aún no se haya pactado el verificador, como han sugerido portavoces socialistas.

La presidenta de Junts, Laura Borràs, habló ayer de "un mecanismo de verificación internacional con cuatro miembros", sin más detalle. Carles Puigdemont aseguró el jueves que tiene que ser un extranjero porque "no puede ser ni español ni catalán". El secretario general de Junts, Jordi Turull, explicó que "lo componen personas muy potentes, una de las cuales hace de portavoz".

La figura del verificador (o verificadores, porque podría ser una institución con un portavoz) es fundamental en este caso, porque según el propio acuerdo, el compromiso de mantener el apoyo a Sánchez toda la legislatura depende del grado de cumplimiento y los avances en la negociación.

Borràs explicó ayer que su apoyo al PSOE durante los próximos cuatro años está supeditado a la verificación de los incumplimientos y los avances ya que, a su juicio, se puede no avanzar pero no incumplir.

Bolaños y Zapatero

El PSOE, a través del ministro Félix Bolaños y del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, se esforzaron este viernes en restar importancia a la presencia de un verificador, que sea extranjero y con reuniones fuera de España.

Bolaños habló en La Sexta de "una persona de prestigio que acompañe, que facilite soluciones y alternativas", y añadió que "es lo más normal que los partidos colaboren con extranjeros". También explicó que la condición de no español "es lo de menos, lo importante es que sea una persona de prestigio y autoridad".

Sin embargo, no hay precedentes en España de una figura así para un acuerdo parlamentario o político entre partidos, aunque pueda haber mediadores que faciliten los encuentros. Sólo es reconocido para procesos de paz o de fin de terrorismo, como ETA, IRA o FARC o para conflictos entre dos estados.

De hecho, la petición de ERC para negociar con presencia de un verificador provocó en 2020 un terremoto político. Sánchez lo aceptó inicialmente, pero luego lo rechazó y así lo mantuvo en el inicio de las negociaciones tras las elecciones generales del 23 de julio, hasta que rectificó.

Zapatero aseguró en Telecinco que ha estado en procesos con mediadores y ha sido mediador, y ha apuntado que "no deciden, pero ayudan; casi hacen de confesor de las dos partes", y que si éste además tiene capacidad para proponer ideas, le parece bien. 

El expresidente socialista ha sido muy activo como mediador o verificador en procesos de diálogo entre Venezuela y Colombia o entre el Gobierno venezolano de Nicolás Maduro y la oposición política de ese país.

Fuentes de Junts explican que, en este caso, Puigdemont ha tenido especial interés en lograr que haya un verificador para mostrar su desconfianza hacia Sánchez, presentar la negociación casi como de Estado a Estado -y no de partido a partido- y lanzar un mensaje de fortaleza a las bases independentistas.

Por eso, este punto fue un escollo en las negociaciones, con amenazas de ruptura, hasta que Sánchez cedió y lo aceptó.