Pedro Sánchez ha utilizado en su discurso de investidura 33 veces el término "derecha", 22 veces "ultraderecha" y otras 22 veces el calificativo "reaccionaria". Durante más de hora y media de intervención, el candidato socialista ha ensayado múltiples combinaciones con estos términos.
Ha llegado a repetirlos hasta seis veces en una sola frase, cuando se ha referido a los pactos surgidos de las elecciones autonómicas del 28-M: "Aquel día, la derecha tradicional, el Partido Popular, tuvo que elegir qué clase de derecha quería ser: la derecha responsable (si podemos calificarla así), que comprende la necesidad de frenar el avance de la ultraderecha antes de que sea demasiado tarde, o una derecha irresponsable que blanquea y legitima, para llegar al poder, a la ultraderecha".
A lo largo de su intervención, el candidato socialista ha mencionado en 49 ocasiones al PP y 23 veces a Vox, pero sólo tres veces a los dos partidos que integran su coalición de Gobierno: el Partido Socialista y Sumar.
Aún más llamativos han sido los silencios. Frente a estas cifras, Pedro Sánchez no ha mencionado ni una sola vez a sus socios de investidura: en su discurso no han aparecido ni una sola vez los nombres de Junts, ERC y Bildu. Tampoco el nombre de Carles Puigdemont, el prófugo de la Justicia con el que el PSOE ha negociado la investidura en Bruselas.
Adelantándose a los reproches que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, dedicará por la tarde a estos acuerdos, el presidente en funciones ha dedicado la primera media hora de su discurso a criticar los pactos suscritos por el PP y Vox en varias comunidades autónomas y ayuntamientos.
[Sánchez defiende en el Congreso la amnistía "en nombre de España": "Es buena para la economía"]
De este modo, ha cargado las tintas para sostener que ambos partidos "han dejado sin plazas a miles de niños en las guarderías, han eliminado la educación sexual en institutos, han recuperado calles franquistas, han censurado libros, películas y obras de teatro. Todo ello, por cierto, al mismo tiempo que se han subido el sueldo".
En relación con el PP y Vox ha utilizado siete veces el término "odio", por ejemplo para calificar a sus dirigentes como "profetas del odio"
La palabra clave de la investidura, "amnistía", ha aparecido once veces en su intervención, casi siempre relacionada con la "convivencia" (12 veces) y el "reencuentro" (otras tres veces).
Como ya hiciera ante el Comité Federal del PSOE, Sánchez ha defendido la amnistía "en nombre de España" (pese a la enorme fractura social que ha provocado esta decisión) y se ha mostrado convencido de que esta medida "es buena para la economía de España".
Lo ha dicho al reprochar que "los poderes económicos que auspician no solamente y que amparan a la derecha y la ultraderecha, no están preocupados por la amnistía; de hecho, saben que será buena para la economía del país".
Después de que todo el poder judicial (la totalidad de asociaciones de jueces y fiscales, la sala de gobierno del Tribunal Supremo y el CGPJ) hayan cuestionado la legalidad de la amnistía, Pedro Sánchez ha apelado 32 veces a la Constitución en su discurso. También ha mencionado 62 veces a España y 21 a Cataluña y los catalanes.
En el discurso escrito por los servicios de la Moncloa, Pedro Sánchez ha aludido en ocho ocasiones a la "democracia" y otras once a la "Justicia". Pero la mayoría de las veces, seis, no se refería al Poder Judicial sino a la "justicia social", es decir, al reparto de la riqueza.
En una ocasión lo ha hecho para citar unas declaraciones del candidato liberal a la presidencia de Argentina Javier Milei: “La justicia social es una aberración y es injusta porque implica un trato desigual frente a la ley”. Cierro comillas. Sánchez se ha referido así al "delirante discurso reaccionario de Milei".
La palabra "socialista" sólo ha aparecido tres veces en el discurso de Pedro Sánchez, siempre para referirse al nombre de su formación política: "Partido Socialista". Las mismas que ha mencionado a sus socios de Sumar, una cifra que contrasta con las 49 alusiones al PP y 23 a Vox. Un discurso a la contra.
En alusión a sus políticas, ha utilizado 18 veces el término "progreso" o "progresista", y otras 18 veces ha hablado de los "derechos" (pero a menudo para referirse a los "derechos" que, a su juicio, el PP y Vox arrebatan a los ciudadanos).