El trámite de la Ley de Amnistía ha dejado al PSOE herido. A las concentraciones masivas convocadas en unos casos por el PP y en otros por la sociedad civil, y a las protestas violentas contra las sedes socialistas, hay que sumar las críticas internas y bajas de militantes históricos.

Todo ello forma parte de un mal trago que Pedro Sánchez quiere redimir este domingo con un acto multitudinario en Madrid que sirva para hacer piña a favor de sus pactos y celebrar su nuevo Gobierno.

El PSOE terminó la pasada campaña electoral con los ánimos por las nubes y se notó en las urnas. Pero de eso no queda nada. Por ello, diversos dirigentes socialistas reconocen la necesidad de echar combustible a la motivación. Quieren que la gente se centre en el hecho de que se ha reeditado un Ejecutivo socialista y no tanto en el precio.

La puesta de largo de este nuevo gabinete tendrá lugar en el recinto ferial de Ifema, en Madrid, y el partido está fletando autobuses de "todos los territorios", por lo que se prevé una asistencia masiva a este mitin-fiesta.  

Desde Ferraz aseguran que es "un acto de reivindicación de la militancia y las casas del pueblo y está abierto a todos los militantes y cargos socialistas". También aseguran que se ha invitado expresamente a todos los barones y que cuentan a priori con su asistencia, salvo la del aragonés Javier Lambán por motivos de salud.

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Sin embargo, el expresidente del Gobierno Felipe González no acudirá. A pesar de ser una de las voces principales del partido por su historia, su relación con Pedro Sánchez no pasa por los mejores momentos. El primer presidente socialista ha sido muy crítico con las negociaciones que Sánchez ha mantenido con Junts y ERC para conseguir su investidura y llegó a pedir la celebración de una repetición de elecciones antes que pactar una Ley de Amnistía.

Según trasladan a EL ESPAÑOL desde el entorno de González, el expresidente se encuentra estos días fuera de España en un viaje privado y su asistencia es imposible. Tampoco asistirá, en principio, Alfonso Guerra. Según trasladan personas cercanas, desconocen siquiera la existencia del acto.

Quién está decidiendo todavía si asistir o no es el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. El barón socialista es la única voz con poder que se mantiene en contra de la amnistía, pero ha quedado orillado en el partido después del último Comité Federal, donde los cuadros de la formación respaldaron a Sánchez para que negociara la amnistía con Junts.

El partido tiene interés en mostrar unidad, sobre todo por todos aquellos militantes que están viendo sus sedes vandalizadas. Al margen de las manifestaciones en la sede de Ferraz, que muchas veces han acabado de forma violenta con disturbios, el goteo de ataques a las llamadas casas del pueblo de los socialistas es incesante y en el mitin se centrará también en animarles.

Narbona y Zapatero

Además de Sánchez, en el acto hablarán la presidenta del partido, Cristina Narbona, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, el mitin tiene una parte también de agradecerle a Zapatero los servicios prestados al partido en los últimos meses.

Durante la campaña electoral, el expresidente jugó un papel fundamental acudiendo a mítines y protagonizando una especie de campaña B que permitía reforzar el mensaje en aquellos sitios en los que Sánchez no podía estar. Funcionó como un tándem, con Zapatero como complemento del ahora presidente animando a la militancia.

Además, tanto en la campaña electoral como en la formación de gobierno actual, el PSOE se dibuja a sí mismo como la alternativa a los pactos del PP y Vox. Con Zapatero siendo un presidente que durante su mandato aprobó medidas sociales como el matrimonio igualitario, su discurso ayuda a apuntalar la necesidad de esa alternativa.

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Pero Zapatero también ha desempeñado un papel importante durante las negociaciones con Junts y ha hecho lo que desde el partido llaman "pedagogía" de la amnistía. Como los principales cargos del PSOE estaban inmiscuidos en las negociaciones y no podían hablar en público de las condiciones, a mediados de octubre el partido ya recurrió a él para defenderla en entrevistas.

Otro aspecto clave del mitin del domingo es que el partido espera que sirva como una respuesta a las movilizaciones masivas que el PP está convocando a lo largo y ancho del territorio español contra la amnistía. Los socialistas buscan una participación masiva que sirva para que se vea que Sánchez no está solo.

Pero es imposible que los socialistas movilicen tanto como el PP en estos momentos y han decidido alejarse de la calle y hacerlo en el espacio cerrado de Ifema. Durante la campaña electoral también pasó esto, cuando la movilización era baja, ya que en un espacio cerrado es mucho más fácil aparentar un aforo mayor: por burdo que parezca, separar más o menos las sillas influye en la sensación de lleno.