Ione Belarra, secretaria general de Podemos, exministra y ahora diputada del Grupo Mixto.

Ione Belarra, secretaria general de Podemos, exministra y ahora diputada del Grupo Mixto. Efe

Política CRISIS EN LA IZQUIERDA

Podemos avisa a Sánchez de que su decisión de irse al Grupo Mixto "deja en minoría al Gobierno"

Sumar acusa de "deslealtad" al partido de Belarra y la Mesa del Congreso deberá decidir ahora si se arriesga a castigar como tránsfugas a los cinco diputados morados, lo que debilitaría aún más al Ejecutivo de coalición.

6 diciembre, 2023 02:23
Alberto D. Prieto Diego Rodríguez Veiga Luis Casal

La decisión de Podemos de salir del Grupo Parlamentario de Sumar y pasar sus cinco diputados al Mixto tiene un objetivo, "poder hacer política". Y un efecto: "Dejamos al Gobierno en minoría en el Congreso". Así lo reconocen fuentes internas de la formación morada.

La estrategia de sustitución del viejo Podemos del 15-M por el nuevo Sumar de Yolanda Díaz ha desembocado en que el Ejecutivo de Pedro Sánchez deja de tener mayoría en el Congreso, menos de tres semanas después de ser investido el presidente. Desde este martes, 5 de diciembre, hay más diputados "en la oposición", 176, que apoyando al Ejecutivo, 174.

Las cuentas de la investidura fueron 179 a favor de Sánchez, 171 en contra

Y eso es así porque Podemos no tiene ningún acuerdo firmado con el PSOE. El pacto de Gobierno de coalición se hizo con Sumar, sin representantes del partido liderado por Ione Belarra en las negociaciones. "Y sin atender los puntos del documento elaborado y aprobado por nuestras bases como prioridades" que la formación morada había enviado tanto a la dirección del PSOE como a la de la coalición de Díaz.

Así que, a partir de ahora, Sánchez tendrá que negociarlo todo con la dirección de Podemos "como hace con Junts, con el PNV, con Esquerra... igual que ellos, en nuestro caso tenemos cinco votos que son imprescindibles". Un argumento que llevaban repitiendo desde el pasado mes de agosto, a modo de advertencia.

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Y la primera prueba de fuego para el presidente serán los Presupuestos de 2024: "Somos pequeños y sabemos el peso de nuestra fuerza", admiten las fuentes de la dirección morada, "pero sin acordarlos con nosotros no habrá Presupuestos".

La dirección de Belarra dice que ahora es oposición, pero también que su actitud será "constructiva" porque no tiene ningún interés en "reventar" la legislatura. "Simplemente, queremos hacer política, y en Sumar no nos han dejado". 

Coherencia y fortalecimiento

Por otro lado, en Podemos consideran que esta decisión no sólo era "coherente", sino que fortalece al partido.

Por un lado, y a pesar de perder las asignaciones mayores que tiene un grupo parlamentario propio que los diputados del Mixto, fuentes de la formación calculan que "la subvención de Interior, que es al partido por haber ido en coalición", no la pierden. Y que, por tanto, económicamente no sufren demasiado.

Por otro lado, la formación morada juega con el argumento de que Sánchez se fía cada vez menos de Díaz. Es cierto que fuentes parlamentarias del PSOE ya han comentado en conversaciones informales que la vicepresidenta segunda no ha mantenido unida a la izquierda ni un solo día desde el inicio de la actividad parlamentaria.

Además, hay otra derivada: la alianza natural de Podemos con ERC y Bildu, que labró Pablo Iglesias al inicio de la pasada legislatura. Aquello que él mismo bautizó como "la mayoría de la investidura" y que el mismo Gabriel Rufián sugirió que convertirá el acuerdo parlamentario de 13 diputados (siete de Esquerra y seis de Bildu) en otro con 18 escaños (con los cinco de Podemos).

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El portavoz republicano terminó sus intervenciones del debate de investidura con una mención expresa de cariño a Belarra y a Irene Montero, las ministras en funciones que ya sabían que no seguirían en el nuevo Ejecutivo: "Ojalá pronto podamos colaborar más estrechamente", dijo Rufián.

La intrahistoria

Desde hace meses, tras las elecciones del 23-J, el partido fundado por Iglesias venía advirtiendo de que quería "negociar de manera autónoma" con el PSOE. Primero, por motivos ideológicos, dado que sus prioridades programáticas distaban mucho de las de Sumar. Y segundo, como consecuencia del "ninguneo" al que, aseguran, les estaba sometiendo la vicepresidenta Díaz.

"Ni nos metieron en el Gobierno; ni nos han dado siquiera una portavocía adjunta; ni nos dejan intervenir en los debates", lamenta otra fuente parlamentaria de los morados.

De hecho, este martes se celebraba un debate importante en la Cámara Baja, la comparecencia del ministro José Manuel Albares para dar cuenta de la posición del Ejecutivo en la guerra de Gaza, que ha provocado ya tres crisis diplomáticas con Israel. Podemos solicitó oficialmente a la dirección de Sumar tiempo para fijar posición en la tribuna del Congreso, "y nos enteramos el lunes por la noche de que no nos lo permitirían", explica esta misma fuente.

Por eso, mediado el debate, el portavoz parlamentario de los morados, Javier Sánchez Serna, convocó a los medios y anunció la decisión: "Podemos abandona Sumar y se va al Grupo Mixto con sus cinco diputados". Sólo unos pocos minutos antes, Lilith Verstrynge había llamado a la dirección del Grupo Socialista y a Josep Vendrell, exdirector de Gabinete de Díaz y actual coordinador ejecutivo de Sumar.

"Las dos formaciones lo sabían, les avisamos minutos antes de hacer pública la decisión". Así lo explica un integrante de la dirección morada desmintiendo categóricamente la acusación de Marta Lois, portavoz de Sumar, de que su partido se enteró "por la prensa" de la "deslealtad de Podemos con los tres millones de votantes" de las listas lideradas por Yolanda Díaz.

A partir de ahora, Podemos desembarca con cinco asientos en el Mixto, hasta ahora sólo integrado por tres diputados: Néstor Rego (BNG), Cristina Valido (CC) y Alberto Catalán (UPN).

De modo que no sólo el partido morado tendrá la libertad para intervenir en los debates que Sumar les negaba, sino que esa posición mayoritaria le permitirá el control de los tiempos asignados al grupo.

"Podremos hacer política, responder a las demandas de nuestros votantes, e impulsar las medidas que creemos que son buenas para la gente de nuestro país", explica una fuente de la dirección de Podemos. Es decir, en las sesiones de control, harán preguntas orales al Gobierno; en el Registro, podrán presentar proposiciones de ley y no de ley; y en la sala de prensa del Congreso, entrar en los turnos normales de reparto.

¿Tránsfugas?

Sin embargo, el movimiento táctico de Podemos está amenazado por la Mesa del Congreso, que controlan el PSOE y Sumar. Con su salida del Grupo Parlamentario de Díaz, los parlamentarios morados podrían ser calificados como tránsfugas, y la penalización podría incluir que no se les permita entrar en el Grupo Mixto, sino que sean considerados no adscritos.

Esto podría hacer que la formación de Belarra perdiera derechos políticos en el Congreso. Con ello, quedarían sin acceso a las retribuciones económicas y a los espacios para tomar la palabra en los plenos y en las comisiones. Una bomba nuclear con la que, posiblemente, negocie el PSOE para evitarse más inestabilidad en la Cámara Baja.

Todo depende de lo que esté dispuesta a hacer la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol. Porque según el Pacto Antitransfuguismo, se considera tránsfugas a "los y las representantes locales, autonómicos y estatales que, traicionando al sujeto político (partidos políticos, coaliciones o agrupaciones de electores) que los y las presentó a las correspondientes elecciones, hayan abandonado el mismo, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes".

Los cinco diputados de Podemos que abandonan Sumar entran dentro de esa definición.

Este pacto se firmó en 1998, enfocado exclusivamente al ámbito local; es decir, a los ayuntamientos. En 2020, se actualizó para incluir también el transfuguismo a nivel estatal, en el Congreso y el Senado. Pero el texto indica que para hacer efectivas las penalizaciones había que reformar el reglamento de las Cámaras.

Esa reforma no se ha producido. Aunque se ha creado la figura de los "no adscritos", no se ha hecho nada con "el resto de previsiones" del pacto. 

"Hasta que se sustancie la trasposición de esta previsión del Pacto y la ley a través de la reforma de los reglamentos, [...] las fuerzas políticas firmantes se comprometen a que las respectivas mesas utilicen como criterio interpretativo que la laguna existente al respecto en sus reglamentos sea integrada mediante la aplicación analógica de la normativa", se añade.

Ahora, todo queda en un duelo de valientes. ¿Quién tiene más que perder? Podemos, sin dinero ni voz, o el PSOE sin Gobierno estable... Porque considerar a los diputados de Podemos tránsfugas, y castigarlos en consecuencia, tiene un coste político que puede ser demasiado elevado para Sánchez.