Félix Bolaños (PSOE) y Oriol Junqueras (ERC) firman el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez.

Félix Bolaños (PSOE) y Oriol Junqueras (ERC) firman el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. PSOE

Política LEY DE AMNISTÍA

El PSOE entregó a ERC la amnistía el primer día de negociación para "sorpresa" de Junqueras

Esquerra sólo aspiraba a "una mesa amnistía-'friendly' durante la legislatura". El equipo de Bolaños llegó "con ella por delante" a la primera reunión en agosto. Junts ya había avisado de que "sin amnistía, ni se hablaría de nada".

11 diciembre, 2023 02:54

Cuando Esquerra y el PSOE comenzaron los contactos para negociar los apoyos del partido de Oriol Junqueras a la investidura de Pedro Sánchez, a principios de agosto, el equipo de ERC se quedó "sorprendido". No iba a hacer falta ni pedirla, los socialistas prometían amnistía si ERC votaba 'sí' y el presidente era reelegido.

En las ocho "carpetas" en que habían dividido los elementos que querrían intercambiar por sus siete votos a favor de la reelección del presidente, había una, la de la amnistía, que ERC afrontaba de una manera mucho menos ambiciosa de lo que se conocía hasta ahora: Junqueras y Marta Rovira (desde Ginebra) se contentaban con "una mesa amnistía-friendly", según confirma una fuente conocedora de la negociación.

Pero al otro lado, el equipo socialista, liderado por Félix Bolaños, llegó "con la amnistía por delante". El PSOE la ofrecía de inicio, y preguntaba "qué más" tendría que poner sobre la mesa para llegar a un acuerdo. Y ERC entendió que debía cambiar su estrategia negociadora: porque lo más difícil se había convertido en lo más fácil.

El origen de esta "sorpresa" hay que buscarlo un par de semanas antes, en la noche del 23-J.

A la vista de los resultados electorales, según él mismo ha confesado en sus primeras entrevistas tras ser investido (en TVE, el pasado jueves; en la Ser, este lunes), Sánchez confirmó aquella noche lo que ya sospechaba de antemano, que su única opción pasaba por volver a cambiar de opinión, al menos públicamente. En este caso respecto al no a la amnistía.

[Moncloa ya sabía la semana antes del 23-J que la única opción de Sánchez pasaba por la amnistía]

De considerarla "inconstitucional" a "plenamente constitucional". Y de una negativa argumentada en que "es fáctico, basta ver que eso es lo que pide el independentismo y que llevo cinco años gobernando" a "es coherente con mi política en Cataluña y será buena para el país".

La aritmética del Congreso le daba a Sánchez una pequeña oportunidad que, en todo caso, pasaría por negociar, también, con Carles Puigdemont. Y desde Waterloo ya le había llegado el mensaje directo de que "sin amnistía ni se habla de nada".

Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, había iniciado los contactos con el expresident fugado hace ahora nueve meses, en marzo. Todo engrasado por la mediación del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, a quien el independentismo percibe como "más fiable" que Sánchez, y como primer garante de que el diálogo podía llevar a algo.

Por eso, porque el PSOE ya estaba informado de todo esto, Sánchez había tenido un incentivo más para reaccionar con audacia tras la debacle del 28-M, en las municipales y autonómicas, y adelantar las generales al 23 de julio. Y por eso, en la noche de las generales, salió tan eufórico a la calle Ferraz y proclamó "¡somos más!". Porque él ya tenía un plan... gestado desde marzo.

Así, aunque la amnistía haya sido el artefacto político que más titulares acaparó en los meses de negociaciones, como el gran "escollo", lo cierto es que estaba concedida desde el inicio. Y Esquerra rehizo sus carpetas.

Carpeta 1: amnistía

El 9 de agosto, Bolaños regresó anticipadamente de sus vacaciones para "cerrar acuerdos", según confesaron entonces fuentes del PSOE. Y dos días después, este periódico desvelaba, en una entrevista con Sergi Sol, jefe de Gabinete de Junqueras durante el procés, que la amnistía sería el "camino para la investidura".

Una semana después, el 17 de agosto, se constituían las Cortes, y ya se pudo intuir que el PSOE amnistiaría seguro a los implicados en el procés. EL ESPAÑOL tituló aquel día la noticia del acuerdo entre PSOE y ERC para dar a Francina Armengol la presidencia del Congreso: Sánchez 'da la amnistía' a ERC con un eufemismo: "Desjudicialización por todas las vías posibles"

"Entendimos que los socialistas no quisieran ponerlo explícitamente", explica una fuente de ERC a propósito del acuerdo firmado aquel día con el PSOE, pero los días siguientes Junqueras no dejó de insistir en ello: "Desjudicialización por todas las vías posibles incluye amnistía, ya está, no hay dudas para nosotros".

Teresa Jordà, portavoz adjunta de ERC, y Gabriel Rufián, explican el acuerdo del 17-A con el PSOE, en la sala de prensa del Congreso.

Teresa Jordà, portavoz adjunta de ERC, y Gabriel Rufián, explican el acuerdo del 17-A con el PSOE, en la sala de prensa del Congreso. E.E.

Eso sí, luego hubo que poner negro sobre blanco la proposición de ley [consúltela aquí en PDF]. "Las palabras son clave, y se negociaron todas, una a una", apuntan fuentes del PSOE y de ERC. Los republicanos calificaban la exposición de motivos más socialista y el articulado, casi una "obra completa" de sus juristas.

Y por eso, "después de que el texto pasara por las manos de Junts, no quisimos firmarlo", aclara otra fuente de la dirección Esquerra. Así, el PSOE quedó como único padre de la norma.

La 'visita oficial'

Como resultado de las negociaciones, los pactos de Sánchez con Puigdemont y Junqueras se desarrollarán en el enredo de negociar lo mismo en tres mesas distintas. Una entre el Gobierno y el Govern. Y dos más, con los dos partidos independentistas, Junts y ERC, y sus propios verificadores.

La primera cita con los de Puigdemont se aceleró, por imposición del expresident fugado, a este sábado 2 de diciembre. ERC no tiene tanta prisa, lo dejará para más allá de enero, dado que antes "tiene que darse la visita oficial entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès".

En esa cita, el presidente del Gobierno y el president de la Generalitat comenzarán a preparar las negociaciones de las otras siete "carpetas" -algunas aún pendientes-, ahora que se sabe que el 12 de diciembre el Congreso votará la toma en consideración de la proposición de Ley de Amnistía.

Es de esperar que ambos presidentes discutan sobre cuáles son los temas más institucionales que pueden llevarse a la fase dos de la Mesa de Diálogo, Negociación y Acuerdo, la de gobiernos.

Los republicanos habían dado por "muerto" este foro al inicio de la negociación, ante la negativa de Junts a sumarse a la Mesa (así, con mayúsculas), o a la negociación conjunta con el PSOE. Pero era deseo de ERC mantenerla viva... y así constaba en su segunda carpeta.

Meta superada: al final, el empeño de los postconvergentes en negociar en solitario, y la imposición del "verificador", hicieron imposible al PSOE otro diseño que el de tener tres foros distintos para lo mismo. "El objetivo de las tres mesas es el mismo, pero las de partidos serán discretas, con menos institucionalidad, sin presidentes ni alharacas", apuntan las fuentes independentistas consultadas.

La reafirmación del llamado "conflicto político", que era la tercera carpeta, ya está cerrada también. Así quedó reflejado en los acuerdos de los socialistas con los dos partidos. "En Pedralbes hubo lamentos y discusiones larguísimas para lograrlo", explica una fuente de ERC, refiriéndose a la reunión, de diciembre de 2018, en la que Sánchez y Quim Torra (Junts), el entonces president, alumbraron la Mesa. "Pero era bueno reafirmarlo en el documento político del acuerdo".

La cuarta reivindicación que ERC le transmitió a Bolaños fue la figura del verificador de los acuerdos. Según las fuentes de ERC, este "nuevo actor" ayudará a que se avance hacia el referéndum. Entre otras cosas, porque cuando a Sánchez le ha convenido siempre "congeló" la negociación, y ahora no se lo permitirán: "O se va comprometiendo día a día, o esta legislatura será corta".

Este punto, para los de Junqueras, entroncaba directamente con la quinta carpeta: el reconocimiento del "conflicto de legitimidades democráticas", que fue el logro "más importante" para Esquerra -igual que la asunción del lawfare lo fue para Junts, después-. Esa doble legitimidad, la "constitucional" frente a la "popular", era el fundamento argumental para justificar una amnistía. 

La sexta carpeta es el referéndum, que quedará, evidentemente, para las mesas de partidos. Ahí se negociará cómo y de qué modo se abordará "el refrendo del resultado del acuerdo político" al que se llegue entre las partes.

ERC llevará, de inicio, el resultado de su Acuerdo de Claridad. Y con ello, "negociaremos con el Estado cómo votamos".

La Mesa de gobiernos

Las dos últimas carpetas -las menos políticas y más económicas y sociales- son las que Aragonès prevé llevar a la Mesa de gobiernos. Esquerra presume de no haberse movido de su posición negociadora desde el inicio de los contactos, que en este capítulo pasaron de Bolaños a María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE, ministra de Hacienda y ahora, flamante vicepresidenta cuarta.

Así se hará con el traspaso integral de Rodalies y con "el reconocimiento de la financiación inadecuada de Cataluña".

Más allá de la cesión del 100% de los tributos, cuya propuesta ya prepara el Govern, esta carpeta incluye, nuevas partidas para los Mossos, para la Justicia y para las "encomiendas de gestión". O lo que es lo mismo, el adelanto del dinero para las inversiones del Estado en Cataluña que no tengan carácter estratégico.

Además, claro está, de los detalles técnicos para la reivindicación que antes se filtró a la prensa y más costó concretar: la condonación de "prácticamente el 20%" de la deuda contraída por la Comunidad Autónoma con el FLA.