Weber gesticula frente a Sánchez en el Parlamento Europeo como 'dándole puerta', tras su enfrentamiento dialéctico.

Weber gesticula frente a Sánchez en el Parlamento Europeo como 'dándole puerta', tras su enfrentamiento dialéctico. E.E.

Política PARLAMENTO EUROPEO

Weber acusa a Sánchez de "querer dividir Europa" al asimilar los pactos PP-Vox con enaltecer el nazismo

Fuentes del PP Europeo avisan de que la coalición con los socialdemócratas, cimiento de la UE desde su fundación, ha entrado en su peor momento. Moncloa cree que poner el espejo franquismo-nazismo fue un acierto.

14 diciembre, 2023 02:41

Se ha "levantado un muro" entre los socialdemócratas (S&D) y los democristianos (EPP) de la Unión Europea. Se levantó tras el debate de este miércoles, en la comparecencia de Pedro Sánchez ante el Parlamento Europeo para dar cuenta del semestre de la presidencia española.

El motivo: la "inaceptable alusión al nazismo" del presidente del Gobierno dirigiéndose a Manfred Weber, que indignó al líder del Partido Popular Europeo. "Quiere dividir Europa, tras polarizar España", lamentó el político bávaro.

"¿Usted devolvería los nombres de los líderes del III Reich a las calles de Berlín? ¿Eso quiere usted en Alemania?", le espetó Sánchez a Weber en un momento del debate. "Pues eso es lo que están haciendo sus aliados del PP español con la ultraderecha de Vox y los insignes franquistas donde gobiernan".

Mientras lo escuchaba, Weber hizo un gesto soliviantado, como dándole puerta al presidente español. Es la fotografía principal que ilustra esta información.

Luego pidió la palabra a Roberta Metsola, presidenta de la Eurocámara, para responder a Sánchez: "Oiga, ha estado usted casi cinco minutos atacándome... me permito recordarle que es usted quien ha pactado con los extremistas, y que en mi país los democristianos y los socialdemócratas se sientan y buscan acuerdos". Pero el presidente español no escuchaba, se estaba yendo ya.

Pedro Sánchez se retira del hemiciclo del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, tras el debate de la presidencia española.

Pedro Sánchez se retira del hemiciclo del Parlamento Europeo, en Estrasburgo, tras el debate de la presidencia española. TW

Había ruido en el hemiciclo, incluso abucheos de las bancadas de ECR (Vox) e ID (el otro grupo de derecha extrema), lo que pudo motivar la desatención de Sánchez. Pero tampoco eso pasó inadvertido: "Ataca y huye", dijo un portavoz del EPP horas después.

Tan calientes estaban los ánimos en Estrasburgo. Y tan mal quedan las relaciones entre el EPP y S&D.

"Que pida disculpas"

Se suponía que el debate debía versar sobre los logros -o "decepciones", en palabras de la mayoría de la Eurocámara- de los seis meses de Sánchez al frente del Consejo. Pero los 705 eurodiputados convocados sabían que no se hablaría de eso, sino de la Ley de Amnistía para Carles Puigdemont, ahí presente, y de los acuerdos con Junts y con ERC para apuntalar la reelección de Sánchez.

"Hoy se ha visto en el Parlamento Europeo al verdadero Sánchez", lamentaba Dolors Montserrat a la salida del pleno. "Es un primer ministro que utiliza la Presidencia europea para cargar contra la oposición con su discurso y deteriorar los valores europeos con sus hechos".

La exministra española y hoy vicepresidenta de los populares en la Eurocámara estaba sentada al lado de Weber cuando el político bávaro se removió en su asiento al escuchar la mención al nazismo. "Tiene que retirar esas palabras y pedir disculpas de inmediato", advertía Montserrat.

Fuentes del EPP confirmaron a este diario que ha puesto en estudio su relación con los socialdemócratas europeos. Este jueves, hay cumbre popular en Bruselas, a la que acude Alberto Núñez Feijóo, como antes de cada reunión de los jefes de Estado y de Gobierno. Y allí se empezarán a tomar decisiones.

Porque a la vuelta de las Navidades, "comienza la precampaña" de las europeas. Y con este ambiente, la tradicional coalición de centro derecha y centro izquierda, sostén de la Unión en sus siete décadas de historia, se puede resentir. Sánchez es el líder socialista de más peso, aparte de Olaf Scholz quien, como todo canciller, en Europa ejerce más de alemán que de líder de su partido.

"Nunca un primer ministro había cargado tan duramente contra el presidente del mayor grupo parlamentario en la UE", apuntaba a este diario Montserrat. "Ataca al partido que gobierna la Comisión Europea y lidera el Parlamento Europeo, pero agacha la cabeza ante el prófugo".

Carles Puigdemont, ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en Estrasburgo.

Carles Puigdemont, ante el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este miércoles en Estrasburgo. Efe

Después de que el expresident fugado amenazara a Sánchez desde la tribuna, este mensaje de la política española hay que leerlo entre líneas.

Y es que dados los movimientos preelectorales, había ahí un mensaje encriptado para Ursula von der Leyen, cuyas opciones de repetir al frente del Ejecutivo comunitario pasan por marcar distancias con su "amigo" Pedro Sánchez. Si no, la apuesta pasará por Metsola, hoy presidenta de la Eurocámara.

Franquismo y nazismo

"El presidente español ha perdido casi todo su crédito", explicaba a este periódico Siegfried Muresan, vicepresidente del EPP, a la salida del debate. "Escondió la amnistía en su primer discurso, y en la réplica simplemente se dedicó a atacar a Weber en lo personal".

Fuentes de Moncloa aseguran que Sánchez no podía hablar de la Ley de Amnistía en su intervención inicial, "porque se suponía que el debate iba de la Presidencia española".

Pero que el presidente llevaba varias respuestas preparadas, sabiendo adónde derivaría todo. "Después defendió sus acuerdos como se esperaba de él, porque la alternativa a su Gobierno es la regresión de la ultraderecha antieuropea", añaden. 

La propia delegación de Moncloa debió de sentir que la bronca era de alta intensidad, dado que Sánchez se permitió utilizar la carta nazi para, según las fuentes, poner a Weber ante un espejo: "Es justo ésa la paradoja que el presidente quería evidenciar", apuntaban fuentes cercanas al presidente.

Es decir, que un alemán se plantee si es correcto apoyar al PP que gobierna con Vox en cinco Comunidades Autónomas y más de 100 ayuntamientos, donde "recuperan el callejero del franquismo". Y que mientras, no se dé cuenta de que eso es lo mismo que hablar de recuperar el callejero nazi.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, se dirige al pleno del Parlamento Europeo, en Estrasburgo.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, se dirige al pleno del Parlamento Europeo, en Estrasburgo. EP

"Esas alusiones al III Reich para intentar ganar un debate ofendiendo...", reflexionaba Muresan. "A los que ya estaban preocupados, los ha asustado; y a los eurodiputados que sólo oían el ruido de España y no entendían, ahora los ha preocupado", zanjaba el dirigente popular europeo, mientras volvía a entrar en el hemiciclo con prisas. "El presidente español ha hecho exactamente lo contrario de convencer a nadie".

Hungría... y Eslovaquia

La bronca en el debate había sido especial. Al menos, en los términos habituales en Estrasburgo, si bien no tanto para un observador de la política española.

Hubo palabras duras, pero no insultos. Hubo interrupciones, pero no gritos. Y hubo abucheos a la salida de Sánchez, pero no pataleos... ni presidentas retirando la palabra, llamando al orden o borrando expresiones del diario de sesiones.

En todo caso, un alto funcionario de la Eurocámara confesaba que no había visto cosas así "salvo cuando ha venido algún líder divisivo, como Viktor Orbán". El primer ministro de Hungría es el ejemplo y la medida de todas las cosas en la UE: él es el "amigo de Putin", el líder que más "sistemáticamente" ha derruido el Estado de derecho en su país... y quien ahora extorsiona a los Veintisiete.

Si la UE quiere seguir sancionando a Rusia y apoyando a Ucrania, el Consejo deberá levantarle sus castigos, en la cumbre que empieza este jueves en Bruselas. Y eso significa que la Comisión le descongele los fondos de cohesión que le tiene retenidos por acabar con la división de poderes en su país... y así ocurrió, en la víspera de la cumbre.

"Nadie dice que España sea Hungría", apuntaba un líder liberal a EL ESPAÑOL. "Pero cuando todo empezó allí, nadie se imaginaba tampoco lo que ha venido después".

Hace sólo una semana, el mismo Sánchez llamó a Orbán para ablandar su posición antes de la cumbre que decidirá sobre la apertura de negociaciones de integración con Ucrania. En su calidad de presidente de turno, hizo lo que no había hecho en los cinco años precedentes como jefe de Gobierno de España, mantener una bilateral (siquiera telefónica) con el primer ministro húngaro.

A pesar de ello, fuentes de la Comisión niegan que el cambio de posición de Bruselas obedezca al levantamiento del veto de Budapest a Ucrania...

Un detalle final. ¿Adónde se dirigían Muresan y otros eurodiputados corriendo? A otro debate sobre "las implicaciones contra el Estado de derecho" de la "disolución planeada de las estructuras anticorrupción" en un país de la Unión Europea, como el de hace tres semanas.

Una sesión en la que el comisario de Justicia, Didier Reynders, prometió "analizar el caso y no dudar ante cualquier ruptura democrática". Y en la que se oyeron voces apoyando "a los ciudadanos que protestan", a los que se les dijo que "no están solos".

Y donde, incluso un eurodiputado socialista de alto prestigio, presidente de la Comisión de Libertades Civiles y Justicia, advirtió de que "cualquier país en el que se eleve la mínima sospecha" debe ser "sometido a escrutinio".  

Pero no se hablaba sobre España, como el mes pasado. De hecho, ese eurodiputado era del PSOE, de los socialistas españoles, era el exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar... y eso que la deriva autoritaria de la que se debatía, en Eslovaquia, la protagoniza el Gobierno de un partido todavía en las filas de S&D. Algo que Weber no se había olvidado, horas antes, de reprochar a Sánchez.

Porque la confianza entre unos y otros ya es nula. Mientras los extremistas y los separatistas miran con esperanza las elecciones europeas, dentro de sólo seis meses.