El allanamiento, desvalijamiento y posterior ocupación de los despachos de Podemos en el Congreso tiene visos de convertirse "la riña de guardería más grave de los últimos años", como la definía este miércoles una fuente parlamentaria.
Los diputados morados sospechan de sus excompañeros de Sumar, quienes tampoco se han esforzado demasiado en desvincularse. Pero la poca se ha puesto seria: hay una denuncia puesta ante la Policía Nacional.
Tal y como publicó en exclusiva EL ESPAÑOL, no hubo uno sino dos asaltos a las dependencias de Podemos en el Congreso, un suceso que empieza a ser conocido como la toma del Despacho de Inverno entre los diputados.
Al no poder acceder a los despachos, los cuatro diputados de Podemos se han mudado a dos salas multiusos en la entreplanta inferior, lejos de la zona dura del Grupo Plurinacional Sumar y más cerca del Grupo Mixto.
Los hechos
- El primer asalto se produjo en algún momento entre el viernes y el lunes por la tarde
- El segundo, entre la noche del lunes y la mañana del martes, justo antes de que se interpusiera la denuncia.
- Cuatro despachos de diputados de Podemos aparecieron cerrados, vacíos y sus pertenencias desperdigadas por los pasillos del Congreso. Una parlamentaria alertó del desastre el lunes a las 18.30 horas, cuando intentó acceder a sus -antiguas- dependencias. Pidió ayuda en la comisaría del hemiciclo, que envió a un agente, y se fue a su casa.
- A la mañana siguiente, un grupo más grande de diputados y asesores entre los que estaba Ione Belarra interpuso la denuncia en comisaría. Al hacerlo, pasaron de nuevo por el ala de la cuarta planta y vieron cómo el despacho de su secretaria general también había sido vandalizado. Cinco entonces.
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Los indicios
- La sospecha prácticamente unánime es que se trata de una jugada por parte de los diputados de Sumar, antiguos compañeros de Podemos, para expulsarlos del pasillo y retomar el control de ese ala del edificio. Cuando los morados se fueron al Grupo Mixto a principios de diciembre, los de Yolanda Díaz pidieron que les traspasaran a una zona distinta del Congreso.
- Un acta de la Mesa del Congreso del pasado 30 de enero a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL confirma que ese momento fue clave para entender lo que ha pasado esta semana.
- Ese documento resuelve que es "preciso modificar el acuerdo de distribución de espacios entre los grupos parlamentarios" tras la salida de Podemos, asignando a los morados "los despachos 53 a 56 de la planta 3bis", en otro ala del edificio.
Las cámaras de seguridad
- Lo grave es la irrupción en una zona privada, la entrada forzosa en los despachos de unos diputados y el desalojo en cajas de todo el material que tenían dentro.
- La Policía y la Mesa del Congreso investigan todo esto con especial atención a las cámaras de seguridad, que si bien no apuntan directamente a las oficinas sí encuadran ambos lados del pasillo.
- Nadie sabe cuándo se produjo el primer asalto, pero Podemos sí ha acotado bastante el segundo. Además, las horas desiertas entre las 19.00 del lunes y las 08.30 del martes no tuvieron casi afluencia de gente en los pasillos.
- El Congreso no emitió ninguna orden a sus funcionarios e incluso entre los empleados de la Cámara Baja todos sospechan de los equipos de Sumar.
- En cualquier caso, la investigación policial es probable que se encuentre con el escollo de la propia Mesa del Congreso, que al fin y al cabo es el órgano competente para decidir si el allanamiento fue o no lícito.
- El problema de cara a inculpar a Sumar, no obstante, es que hasta este lunes compartían pasillo con los morados, por lo que tendrían excusas de sobra.
Las claves de entrada
- Los despachos allanados no se abren con llave, sino que tienen un sistema de seguridad por clave de varios dígitos.
- La contraseña la elige cada diputado, pero existe una clave maestra para acceder a todos los despachos de cada ala, a la que sólo tienen acceso los funcionarios de la Cámara Baja.
- Fuentes parlamentarias explican que este método de seguridad no está integrado en la red de seguridad general del Congreso. Dicho de otro modo, que no hay un ordenador que registre las contraseñas y las entradas y salidas.
- Lo que sí hay es un sistema individual de cada aparato, pero para eso hay que comprobarlos uno a uno.
- Con esto encima de la mesa, las deficiencias de las cámaras de seguridad quedan resueltas porque se sabría en qué momento se abrió cada puerta. Esto, sumado a las imágenes, podría dar con el allanador.