Pedro Sánchez y la portavoz del PSOE, Esther Peña, este lunes, en la reunión de la ejecutiva del partido en Madrid.

Pedro Sánchez y la portavoz del PSOE, Esther Peña, este lunes, en la reunión de la ejecutiva del partido en Madrid. PSOE

Política RESACA DE LAS ELECCIONES GALLEGAS

"Ya sólo somos Sánchez": crecen las críticas en el PSOE por el hiperliderazgo y alianzas del presidente

Sánchez achaca las derrotas autonómicas a la falta de dirigentes con liderazgo e "implantación territorial" propia.

20 febrero, 2024 01:55

“Sólo somos Pedro Sánchez”, explica un destacado dirigente del PSOE en referencia al resultado electoral y a la trayectoria de pérdida sostenida de poder en las comunidades autónomas desde 2018, aunque se mantenga la Moncloa en minoría.

En realidad, los socialistas sólo son su líder también en el sentido de que no hay crítica alguna de manera pública sobre la estrategia del presidente del Gobierno y cabeza del PSOE.

Sí hay quien manifiesta en privado su preocupación con la pérdida de peso del partido al ser la tercera fuerza política en Galicia y en Madrid, la segunda pero irrelevante en Andalucía y en otras comunidades donde además tienen pendientes relevos al frente del partido.

En la inmensa mayoría de esos comicios, los candidatos habían sido impuestos por el líder socialista, porque también en eso el PSOE sólo es Sánchez. La única excepción es Castilla-La Mancha, donde son críticos con el secretario general, y es justo el único territorio en el que mantienen la mayoría absoluta.

El presidente del Gobierno termina sobreviviendo mientras los suyos van cayendo y sufren el castigo por lo que hace él.

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No hay críticas públicas, como no las hubo tras la debacle de las municipales y autonómicas de mayo. Pero crecen las críticas por el hiperliderazgo y las alianzas tejidas por el presidente del Gobierno.

El resultado de las generales de julio frenó los movimientos subterráneos en el PSOE y ahora algunos se reactivan y preparan para el futuro. Reflexionan sobre qué va a ser del PSOE, qué quedará del partido cuando Sánchez salga de la Moncloa y la política de alianzas que termina fortaleciendo a las socios nacionalistas e independentistas.

Estas son algunas de las claves de la argumentación oficial de la Moncloa y de las inquietudes de los que cuestionan en privado su estrategia:

Sólo falla la "implantación"

Oficialmente no hay propósito de enmienda porque a través de su portavoz, Esther Peña, se ha dejado claro que no cambiará la estrategia de Sánchez, además de esforzarse en explicar que la amnistía no ha tenido nada que ver.

Sí hay un plan en el PSOE para mejorar la "implantación territorial", necesaria según anticipó el propio Sánchez ayer a puerta cerrada en la Ejecutiva del PSOE, tras explicar que el trasvase de votos al BNG muestra que el problema no es la amnistía.

A ese lamento sobre la falta de implantación territorial del partido y la ausencia de líderes sólidos se limita la autocrítica conocida del máximo responsable del PSOE.

Hay que recordar que en los últimos años Sánchez ha tenido manos libres para recomponer el partido en las federaciones y ahora tiene pendiente sustituir a los que fracasaron en las autonómicas de mayo, y también podrá hacer los cambios libremente. El propio Gómez Besteiro fue impuesto por el presidente del Gobierno.

La amnistía no influye

Durante la campaña, Moncloa explicaba que el PP perdería la mayoría absoluta por su posición contra la amnistía y las posiciones de Feijóo sobre Cataluña. Ahora, el esfuerzo en Moncloa es desligar la amnistía y los pactos con Junts del desastre en Galicia. En eso no hay autocrítica.

De hecho, el propio Sánchez explicó ante la Ejecutiva del PSOE que la prueba es que el BNG estaba a favor de la amnistía y se ha llevado gran parte del voto de los socialistas.

Pésimas perspectivas

El resultado de Galicia ha dolido tanto al PSOE que este lunes han intentado rebajar su presencia pública y, por eso, quien compareció fue Esther Peña. Ni la número dos, María Jesús Montero, ni el número tres, Santos Cerdán.

Porque, además, hay pésimas perspectivas para las próximas elecciones, las del País Vasco y las europeas del mes de junio.

Para las elecciones vascas, los socialistas no tienen opción de salir del tercer puesto, tras PNV y Bildu, y es muy posible que tengan capacidad de decisión para que gobierne uno u otro partido, pero hasta eso tiene algunas contraindicaciones políticas para Pedro Sánchez, por lo que pueden afectar a la legislatura y los acuerdos en el Congreso de los Diputados.

El PP parte de un dato tan malo en el País Vasco que en esos comicios sólo tiene algo que ganar y nada que perder. Tras esas elecciones, que podrían ser en abril, el PP será igual de irrelevante en el País Vasco.

Plan de choque en europeas

Para las europeas, fuentes socialistas admiten su temor, porque las perspectivas son negativas y porque suelen ser elecciones malas para los gobiernos, ya que sirven para que los ciudadanos los castiguen sin miedo a ponerlos en peligro. Además, en las europeas no sirve apelar al “voto útil”, ni tienen sentido argumentos como el del miedo a la derecha.

Es cierto que las europeas no derriban gobiernos, pero son una especie de macroencuesta que pueden debilitarlos si hay mucha ventaja en favor de la oposición. Por eso, en la Moncloa se prepara un plan estratégico con vistas a esas elecciones, incluyendo la búsqueda de cabeza de lista. Para ese cometido, en el partido se habla, desde hace meses, de la vicepresidenta Teresa Ribera, con opciones de aspirar luego a ser comisaria europea.

"Todo o nada" en Cataluña

El final del ciclo electoral del año serán las elecciones catalanas, que deben celebrarse antes de un año. En esa cita está toda la apuesta de la política de Sánchez, tanto que, desde hace tiempo, desde Moncloa se transmite que si Salvador Illa logra ser presidente de la Generalitat “todo habrá tenido sentido”, incluyendo en ese todo los acuerdos con Junts y ERC, y empezando por la ley de amnistía.

Nadie quiere pensar que los independentistas puedan seguir al frente de la Generalitat tras esos comicios, como ocurrió en los anteriores tras un meritorio triunfo de Illa, apadrinado por Sánchez. Algunos entienden que supone asumir un enorme riesgo, pero añaden que el líder socialista está acostumbrado a jugar con el peligro y no le va del todo mal.

El desastre de Sumar

En el Gobierno entienden que el desastre de Sumar es una pésima noticia para el PSOE y el Ejecutivo, entre otras cosas porque los de Yolanda Díaz tienen que hacer esfuerzos para diferenciarse de los socialistas y buscar voz propia, y eso puede ser un factor de inestabilidad en el Consejo de Ministros.

Sumar necesita un aceptable resultado en las europeas y a eso atribuye el PSOE algunos movimientos de Díaz para diferenciarse. Por ejemplo, la visita frustrada a Palestina o las críticas a algunas medidas concretas aprobadas en Consejo de Ministros.

El voto 'estratégico'

La versión oficial del PSOE para paliar en público el discurso catastrofista por el pésimo resultado se basa en asegurar que los datos de Galicia no son extrapolables, que cada vez hay un voto más estratégico. Es decir, que el votante distingue entre los tipos de elecciones.

Ponen el ejemplo del resultado de Vigo donde en municipales arrasa el PSOE de Abel Caballero y, sin embargo, este domingo ganó el BNG y los socialistas han sido terceros tras el PP.

Aseguran que han caído por el efecto del voto útil del BNG y que ese apoyo es recuperable en las próximas generales, como se demostró en julio.

La política de bloques

Los críticos explican, por contra, que la política de bloques fomentada por Sánchez termina por favorecer a los nacionalistas en cada comunidad y que, por eso, sería conveniente revisarlo. Entienden que es un peligro que por primera vez opciones como el BNG sirvan de refugio para votantes socialistas.

Estos dirigentes critican también la estrategia basada casi exclusivamente en cuestionar el liderazgo de Feijóo.

Movilización del elector

Otro de los elementos cuestionados es el de la forma en la que se moviliza a los electores. En este caso, esa estrategia ha servido para movilizar a los electores de la derecha, como ya ocurrió en las municipales y autonómicas de mayo.

En este caso, dar impresión de resultado apretado ha hecho que los votantes del PP se movilicen hasta el punto de que Alfonso Rueda ha tenido más votos que los que tuvo Feijóo en sus cuatro mayorías absolutas.