El PSC celebra no haber tenido que defender la amnistía de Sánchez: no ha sido un tema de campaña
La campaña electoral no ha servido para debatir la medida de gracia que borra los delitos del 'procés', que causó la mayor fractura social en Cataluña en décadas.
11 mayo, 2024 02:46La ley de amnistía que la próxima semana vuelve al Congreso de los Diputados para ser aprobada definitivamente, y que permitirá a Carles Puigdemont regresar a España con la esperanza de presidir la Generalitat, lo cambiará todo.
Pero ha sido, al mismo tiempo, el elefante en la habitación durante la campaña de los comicios catalanes que concluyó este viernes. La pugna electoral no ha servido para debatir una medida inédita en la democracia española que borra los delitos de procés, la mayor fractura producida en la sociedad catalana en las últimas décadas.
Las fuentes del PSC consultadas por EL ESPAÑOL celebran que su candidato, Salvador Illa, ni siquiera ha tenido que utilizar el argumentario preparado para responder a los ataques a la amnistía, porque apenas se han producido en campaña.
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Quizá temiendo que las críticas a la amnistía le resten votos en Cataluña, el PP ha optado por centrar la recta final de la campaña en cuestiones sociales, como los okupas y la inmigración, y en las políticas económicas. Feijóo proclamó este viernes que la receta del PP, que pasa por rebajar impuestos y simplificar la burocracia, es la mejor fórmula para lograr que regresen a Cataluña las más de 8.000 empresas que huyeron del procés.
La encuesta elaborada por SocioMétrica para EL ESPAÑOL el pasado mes de abril indicaba que la amnistía ha provocado una profunda división en la sociedad catalana. Según el sondeo, el 52,7% de los catalanes está en contra de esta medida, frente a un 46,3% que se manifiesta a favor.
El 58,2% de los encuestados en Cataluña cree que no servirá para apaciguar las demandas de independencia, frente a sólo un 38,4% que confía que tenga este efecto. Según el mismo sondeo, el 55,5% de los catalanes está en contra de incluir los delitos de terrorismo en la amnistía (como ha hecho el PSOE para garantizar el regreso de Puigdemont), mientas que un porcentaje mayor, el 59,3% está en contra de incluir la malversación.
La encuesta del Centro d'Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat publicada el 21 de marzo otorgaba un mayor respaldo social mayor a la medida de gracia. Según su sondeo, el 62% de los catalanes está a favor de otorgar la amnistía a los líderes independentistas, pero otro 29% se manifiesta en contra.
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Con todo, el PP ha evitado que la polémica medida de gracia se convirtiera en un elemento de confrontación durante la campaña electoral. Aunque los populares barajaron en un principio que el Pleno del Senado aprobara esta semana el veto a la amnistía, el trámite ha quedado aplazado hasta el próximo martes, dos días después de las elecciones.
La proposición de ley regresará entonces al Congreso, que podría aprobarla definitivamente en el Pleno del 30 de mayo, según las previsiones del PSOE.
El candidato socialista a la Presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, sí ha defendido durante la campaña la ley de amnistía en varias entrevistas, para sostener que ha contribuido a mejorar la "convivencia" en Cataluña (aun antes de ser aprobada) y constituye "un hito que devuelve a la política lo que nunca debió salir de ella".
Los líderes de ERC y Junts sí han aludido a la amnistía con más frecuencia durante la campaña electoral, para presumir de que han conseguido doblegar al PSOE, que rechazaba rotundamente esta medida, hasta que se vio obligado a aceptarla para lograr el apoyo de los independentistas a la investidura de Pedro Sánchez.
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Durante el debate emitido por TVE el 3 de mayo, Pere Aragonés recurrió a este argumento para anunciar que el Gobierno de Sánchez también acabará aceptando la celebración de un referéndum de independencia pactado (que el PSOE se ha comprometido a negociar en Suiza).
Los candidatos constitucionalistas Alejandro Fernández (PP), Ignacio Garriga (Vox) y Carlos Carrizosa (Ciudadanos) coincidieron, en cambio, en que la amnistía no ha hecho sino ahondar la división en la sociedad catalana.
Pero en la mayoría de los mitines Illa ha pasado de puntillas sobre esta cuestión, para centrarse en la necesidad de pasar página y abrir "una nueva etapa en Cataluña". "Unir y servir" ha sido su lema más repetido en campaña: promete ser el presidente de la Generalitat que una a todos los catalanes bajo su bandera, independientemente de su lengua e ideas políticas, para reconstruir los servicios públicos.
Aunque fue Pedro Sánchez quien impuso un giro de guion en la campaña, al anunciar su período de reflexión de cinco días para decidir si dimite como presidente del Gobierno. Tras un dramático Comité Federal del PSOE, que logró congregar a algunos miles de manifestantes a las puertas de Ferraz, Sánchez reaparecía para anunciar que sigue "con más fuerza si cabe".
Esta vez han sido sus propios socios independentistas quienes han tachado de tramposo a Sánchez, al que acusan de protagonizar una "maniobra" electoral para recuperar la iniciativa y "manipular emocionalmente" a los votantes catalanes, en palabras de Carles Puigdemont.
El líder de Junts protagonizó este viernes su acto de cierre de campaña en Elna (Francia), más desafiante que nunca. Puigdemont pidió a sus seguidores dar "un puñetazo en la mesa" en la votación del domingo y anunció su inminente regreso a Cataluña.
"Volveremos, para no tener que irnos nunca, para proteger las instituciones de vuestra represión", anunció Puigdemont dirigiéndose a los políticos constitucionalistas, "fuimos al exilio para prepararnos para volver, hoy somos más fuertes y resistentes. La hora de volver ha llegado, y es este domingo".
El fugitivo de la Justicia advirtió a los políticos de "Madrid" que "se acabó la fiesta": "Basta ya de maltratar a los catalanes y de que no pase nada, que no tenga consecuencias. Sí", proclamó Puigdemont, a partir de ahora, "maltratar a los catalanes tendrá consecuencias".