El profesor perseguido por la Generalitat: "Casi todos los libros de texto falsean la Historia en Cataluña"
Los inspectores de la Generalitat reprocharon a Francisco Oya que diera sus clases en español, y luego le expedientaron con acusaciones falsas.
12 mayo, 2024 03:46Es otra víctima del procés, que reclama justicia. El profesor Francisco Oya ha sufrido durante años una persecución política por parte de la Generalitat, por haberse significado en la defensa de los valores constituciones, como miembro de los colectivos Profesores por el Bilingüismo e Historiadors per Catalunya.
A instancias del director del IES Joan Boscà de Barcelona, en el que trabajaba, dos inspectores de la Generalitat le abrieron un expediente disciplinario, que culminó con una sanción de 10 meses de suspensión de empleo y sueldo.
Desamparado por las instituciones, desde entonces el profesor Francisco Oya ha batallado en los tribunales. Primero logró que la justicia anulara su expediente disciplinario por defectos de forma.
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Ahora ha presentado una denuncia contra el director del IES Joan Boscà, Ignacio García Barrera, y contra los dos inspectores que instruyeron su expediente, Nieves Lorenzo y Antoni Doménech, a los que acusa de los delitos de acoso laboral, prevaricación, falsedad en documento público y coacciones para impedirle ejercer sus derechos fundamentales, como la libertad de cátedra.
El expediente por el que fue sancionado sostenía que el profesor Oya empleaba en sus clases "lenguaje ofensivo contra las minorías", con comentarios "homófobos, sexistas y xenófobos".
Cuando Francisco Oya denunció ante la Fiscalía la persecución política que estaba sufriendo, la Policía Nacional interrogó a padres, profesores y alumnos. La investigación permitió constatar que las acusaciones reflejadas en el expediente disciplinario eran falsas, pero finalmente la Fiscalía decidió no llevar la denuncia a los tribunales.
El profesor Francisco Oya explica a EL ESPAÑOL que estas acusaciones habían sido lanzadas, con la complicidad del director, por "un reducido grupo de alumnos simpatizantes de la CUP", hijos de familias acomodadas del barrio de Sant Gervasi.
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Estos alumnos se mostraron especialmente incómodos cuando el profesor Oya explicó en clase que la declaración de independencia de Cataluña lanzada en octubre de 1934 por el presidente Lluís Companys había constituido, en realidad, un "golpe de Estado" contra la Segunda República.
También cuando expuso que, durante la Guerra Civil, se sucedieron las matanzas y venganzas personales en Cataluña, en el seno del Frente Popular entre anarquistas de la FAI y comunistas, con más de 8.000 muertos.
Y cuando presentó ante sus alumnos una antología de textos abiertamente racistas de destacados dirigentes históricos del nacionalismo catalán, desde Daniel Cardona i Civit a Francesc Macià y Jordi Pujol Soley.
Aunque su situación resultó especialmente incómoda desde que, en 2017, fue destinado al IES Jon Boscà de Barcelona. La recepción por parte del director del centro, Ignacio García Barrera (que antes había ocupado varios cargos en el Ayuntamiento de Barcelona) fue "completamente hostil, gélida".
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"Un compañero me contó luego que el director había comentado ante el claustro de profesores, al anunciar mi llegada: 'Nos envían a un fascista'". El director le hizo saber pronto que no le gustaban las publicaciones que realizaba, como miembro de la asociación Profesores por el Bilingüismo.
Mientras los inspectores le instruían el expediente disciplinario a instancias del director, el profesor Oya comenzó a sufrir el acoso desde algunos medios independentistas y a través de las redes sociales. Una de las inspectoras le advirtió, desde el primer momento, que consideraba reprobable e incluso "punible" que impartiera las clases en castellano.
"Luego supe que, siguiendo las indicaciones del director, algunos alumnos grababan mis clases e incluso me hicieron seguimientos y me fotografiaron fuera del centro, para colgar luego el contenido en las redes sociales", explica a EL ESPAÑOL el profesor Oya, como ha hecho constar también en su denuncia.
El director también permitió que los alumnos simpatizantes de la CUP exhibieran, en la fachada del instituto y en el interior del aula, una pancarta contra el profesor Oya con el lema "Fuera fascistas de nuestro centro".
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Tras permanecer de baja durante meses, a causa de los problemas de ansiedad y depresión que le provocó el acoso que sufría por parte de los independentistas, la Generalitat le denegó el traslado a otro centro que había solicitado. Finalmente, optó por pedir la jubilación anticipada, con la consiguiente pérdida de derechos.
Tras décadas de gobiernos soberanistas en la Generalitat, Francisco Oya constata que "el adoctrinamiento en las aulas de Cataluña es una realidad". Comenzando por los propios libros de texto, que replican todos los mitos del nacionalismo: desde la existencia de la supuesta Confederación Catalano-Aragonesa (para eludir que Cataluña era en realidad un territorio dependiente del Reino de Aragón) a la propia existencia de Cataluña como "nación", que "perdió sus libertades" en 1714 tras la Guerra de Sucesión entre los aspirantes a la Corona española.
El profesor Oya colaboró en el estudio realizado por el sindicato de profesores AMES que denunciaba el sesgo nacionalista de los libros de texto utilizados en los centros de Cataluña. "Prácticamente todos los libros de texto falsifican la Historia de Cataluña", explica a EL ESPAÑOL, "el que utilizábamos en nuestro instituto, por decisión de la directora del departamento, estaba firmado por Agustí Alcoberro", en aquel momento vicepresidente de la ANC, que jugó un papel fundamental en el golpe del 1-O.
Francisco Oya no se hace ilusiones de que las elecciones del 12-M sirvan para cambiar demasiados las cosas. A su juicio, revertir la situación actual exigiría cambios en profundidad, como que la Administración central del Estado recupere algunos aspectos clave de las competencias de Educación. Entre ellos, la fijación de unos contenidos comunes y la realización de una EBAU única para toda España.
"Es aberrante que el Estado no realice ningún tipo de control de calidad de los libros de texto, lo hace con los fármacos o con los alimentos, pero no con los contenidos educativos" que tienen un papel fundamental en la formación de los jóvenes.
El profesor Francisco Oya considera que una entidad independiente, como la Real Academia de la Historia, debería ser la encargada de realizar ese control sobre los textos educativos, para poner fin a décadas de "adoctrinamiento" que han ensanchado la brecha entre Cataluña y el resto de España.
En sus clases y artículos, Francisco Oya ha desmontado otros mitos del independentismo. Ha explicado que algunas de las grandes familias catalanas hicieron su fortuna con el tráfico ilegal de esclavos durante el siglo XIX. Y que ERC tuvo su propia milicia paramilitar fascista durante los años 30, los Escamots (a los que el presidente Quim Torra rindió homenaje en 2018).
También que Cataluña nunca ha estado «oprimida» económicamente por el resto de España, sino que se ha beneficiado de políticas proteccionistas y de un trato privilegiado. La Generalitat controlada por los independentistas le ha hecho pagar un precio muy caro por exponer estas verdades.