Salvador Illa (PSC) saluda al portavoz de Junts, Albert Batet, en la sesión de investidura sin candidatos de este miércoles.

Salvador Illa (PSC) saluda al portavoz de Junts, Albert Batet, en la sesión de investidura sin candidatos de este miércoles. EP

Política CATALUÑA

Illa vota una reforma del Parlament que margina a PP y Vox para "no perder opciones" de investidura

El PSC "sucumbe para no quedarse solo con el bloque españolista", explica Junts. Puigdemont podrá votar desde Waterloo y la CUP tendrá grupo propio.

29 junio, 2024 02:55

Cuando la Mesa de edad del Parlament, el lunes 10 de junio, permitió a Carles Puigdemont y a Lluís Puig delegar su voto en Albert Batet, portavoz de Junts, los líderes catalanes del PP y de Vox anunciaron sendos recursos ante el Tribunal Constitucional. El PSC, no dijo nada. Y Moncloa se limitó a recordar el fallo del TC que lo prohibía: "Esa sentencia es muy clara, ¿no?". Pero ni en público ni en privado hubo modo de sacar de esa no-posición al Gobierno de Pedro Sánchez

Ahora, el PSC aprueba lo que recurrió hace un año. Y aquel silencio de los socialistas queda explicado por el pacto al que llegó el partido de Salvador Illa con el arco soberanista del Parlament. "Para no quedarse solo con PP y Vox y no perder posibilidades [de investidura], el PSC ha sucumbido", explica un dirigente de Junts a EL ESPAÑOL.

Esencialmente, la reforma del Reglamento del Parlament establece que, desde ahora, los fugados pueden votar, porque las sentencias del TC se pueden regular cambiando una norma parlamentaria, y que las "derechas españolistas" ya no cuentan institucionalmente

Y como corolario, un beneficio para los más radicales de la Cámara autonómica: como los antisistema de izquierdas (CUP) resultan menos indeseables que los de derechas (Aliança Catalana) se firma con los primeros esta propuesta que, además, los beneficia: podrán formar grupo propio, saliéndose del Grupo Mixto, que ahora comparten con la ultraderecha independentista.

CUP y AC no sólo evitarán compartir tiempos y comisiones unos con otros, los secesionistas de extrema izquierda también tendrá las ventajas de conformar un grupo propio.

Con todo esto, el PSC elige (forzado) un bando para esa "nueva etapa" que Illa prometió en su campaña del 12-M. El sello de los socialistas estaba junto con los de Junts, Esquerra Republicana, Comuns y la CUP en esta reforma del Reglamento del Parlament registrada este viernes.

El documento tiene tres puntos: el primero, una nueva regulación del voto telemático con ampliación de supuestos para la delegación de voto.

El segundo, la posibilidad de que en los cinco primeros días de cada periodo de sesiones un número de diputados se escinda de su grupo parlamentario "homologando la norma a la del Congreso de los Diputados", según fuentes implicadas en la negociación de la reforma. 

Y el tercer, se establece que, a partir de ahora, el Parlament podrá emitir declaraciones institucionales bastando el acuerdo de dos tercios de sus diputados. Ya no hará falta la unanimidad

Un 'Majestic' parlamentario

Así, y a la vista de los firmantes de la reforma, las cuentas confirman que los únicos apartados son PP y Vox.

Los 15 populares (cuarto partido) y los 11 voxistas (quinta formación en las elecciones) no habrían tenido opción de armar una mayoría de bloqueo, más que mirando al independentismo, empezando por los 20 escaños de ERC (tercero más votado), lo que sería evidentemente imposible... o mirando al PSC.

Este periódico ha podido confirmar una evidencia: que a los dos partidos "de derecha españolista" no se les ha invitado a negociar la reforma. Tampoco se les ha mostrado el texto por si la querían secundar, antes de registrarla.

También quedan marginados los dos diputados de Aliança Catalana (AC). Pero ellos no suman con nadie, y nadie quiere sumar con ellos. Aunque un portavoz de Junts apuntaba a este periódico que "todos los partidos" menos PP y Vox habían participado en el acuerdo.

Además de circundar la sentencia del TC que negaba la posibilidad de que Puigdemont y Puig hubieran votado desde sus refugios en el extranjero, la clave política de esta reforma es la marginación institucional del PP y Vox. Una especie de Majestic parlamentario.

Porque eliminando la unanimidad como requisito, esta maniobra convertirá las declaraciones institucionales en declaraciones de parte. "Que lo llamen como quieran, pero ya no será una declaración institucional", lamenta Alejandro Fernández, presidente del PP Catalán, en conversación con este periódico.

Y en esa parte está, de inicio, el Partido Socialista. "Bueno, ésa es la interpretación que tú haces", responde un portavoz oficial del PSC, tras ser preguntado por si este llamado apartheid institucional no es un cordón sanitario. O por si a Illa le resultan menos malos los dos votos de AC que los 15 del PP.

A la vista de que el elemento que une entre sí a quienes firman la reforma del reglamento del Parlament con el PSC es su soberanismo, el Fernández insistía en señalar a Illa: "El que prometía 'acabar con el procés' ahora lo lidera. Y aún hay algunos que nos exigen favorecer su investidura".

Junts lo explica

De hecho, hay una explicación en este extraño paso dado por el PSC de Illa: o marginaba de este modo a PP y Vox o se retrataba con ellos.

La reforma incluye el permiso para que Puigdemont y Puig sigan votando como diputados de pleno derecho mientras permanezcan fugados de la Justicia. Y en ello estaban de acuerdo desde Junts hasta la CUP, pasando por los Comuns e, incluso, Aliança Catalana y la CUP. De este modo, la única manera con la que el PSC habría podido parar la iniciativa habría sido votando no... junto a PP y Vox.

Así lo detalla el Reglamento del Parlament, en sus artículos 117 y 118, sobre reformas legislativas.

De momento, Illa está negociando su investidura con Marta Rovira, secretaria general de Esquerra. Con sus 42 escaños, más los 20 votos republicanos y los seis de los Comuns, sumaría 68, justo la mayoría absoluta.

Pero hay otra alternativa que podría armar Illa para asegurarse su investidura: "Un bloque españolista", como lo han bautizado diversas fuentes consultadas en ERC y Junts. Algo rechazado de plano por el candidato socialista.

"Por eso, el PSC, para no quedarse con PP y Vox y perder posibilidades [de investidura], ha sucumbido", concluye el citado dirigente del partido de Puigdemont.

La maniobra, confirman las fuentes independentistas, se podría repetir durante toda la legislatura, en caso de que Illa finalmente lograra ser investido.

Porque si los republicanos le dan sus votos para ser president ya han confirmado que nunca entrarían en ese Govern. Se quedarían en la oposición, y todo el soberanismo seguiría uniéndose para hacer propuestas legislativas que o bien arrinconaran al PSC con "la derecha españolista", o bien obligaran al socialista a sumarse a la "tarea por terminar" del procés que abandera Puigdemont.