Sumar pospone de nuevo su primera cumbre 'post Díaz' por las guerras entre IU, Más Madrid y Comunes
Ninguno de los principales aliados quiere ceder poder a los demás, pero tampoco "mancharse las manos" liderando un proyecto en decadencia.
2 julio, 2024 02:24Ni la semana pasada, ni esta, ni ninguna de momento. La mesa de partidos que Sumar anunció para "repensar el espacio político" sin Yolanda Díaz queda en suspenso hasta nueva orden; al menos, hasta que los participantes (en especial IU, Más Madrid y los Comunes) aparquen sus diferencias y decidan qué rumbo quieren tomar juntos. Si es que quieren seguir estándolo.
Las elecciones europeas supusieron un golpe directo a la línea de flotación de Sumar. Primero, evidenció una guerra entre los partidos por el control de las listas electorales; después, el nefasto resultado obligó a Yolanda Díaz a dimitir de sus cargos orgánicos. Por último, la coalición aún arrastra las consecuencias de enemistarse con el PSOE durante la campaña, hasta el punto de que los socios de Gobierno ya no confían el uno en el otro.
Nueve días después de la debacle electoral, Sumar anunció que convocaría una cumbre de los aliados para definir el futuro de la coalición ya sin Díaz de por medio. Fuentes del Movimiento Sumar (el partido de la vicepresidenta) aseguraron entonces que planeaban organizarla la semana pasada, pero las tensiones entre los aliados obligaron a retrasarla, primero a esta semana, luego a una fecha todavía por definir. Y en esas siguen.
En concreto, existen dos motivos para estas tensiones. Uno de ellos es el control de la alianza: nadie quiere ceder poder a los demás, pero tampoco "mancharse las manos" con un proyecto en decadencia. Sólo Izquierda Unida y su recién elegido coordinador federal, Antonio Maíllo, podría estar dispuesta a liderar la mesa de partidos, pero ni Más Madrid ni los Comunes quieren ceder.
El otro motivo es que la dimisión de Yolanda Díaz fue una dimisión light: quitarse la mochila del mundo orgánico (negociaciones con los partidos, listas electorales, etc.) pero seguir dirigiendo la línea política de la coalición, su discurso y las prioridades de Sumar en el Gobierno.
Lo que esto significa, a grandes rasgos, es que el que asuma la batuta de Sumar tendrá que liderar un cascarón vacío, controlado ideológicamente por la vicepresidenta y orgánicamente por las distintas organizaciones... siempre que estén dispuestas a pactar entre sí. Cosa difícil. También ser la cabeza de turco de sus fracasos y sus luchas internas.
El problema, deslizan fuentes de la alianza de partidos, es que "la correlación de fuerza ha cambiado" desde que se formó la coalición.
La idea inicial era que todos se juntaran bajo el paraguas de Sumar para sobrevivir al 23-J, con una candidata común y aunando esfuerzos durante la campaña electoral. Por aquel entonces, Yolanda Díaz era la argamasa que arrastraba votos para unos partidos en horas bajas.
El problema es que los socios creen que las tornas han cambiado. De hecho, creen que la situación se ha revertido hasta el punto de que ahora es Sumar quien les necesita a ellos y sus tirones regionales para seguir a flote, y no al revés. Y así es imposible doblegarlos.
La mesa de partidos
En teoría, la futura cumbre estaba pensada para quitarle poder a Movimiento Sumar y repartirlo entre el resto de aliados, fueran de la condición que fueran. La primera reacción fue que Compromís, Chunta Aragonesista y Més declinaron participar, aunque es verdad que no forman parte de la organización sino sólo del grupo parlamentario.
La segunda fue que, de los que sí confirmaron su asistencia, prácticamente ninguno quiso comprometer a sus líderes en la cumbre. La dirección de Sumar había pedido explícitamente a los partidos que presentasen a sus "primeros espadas", pero sólo Antonio Maíllo accedió. Ni Mónica García (Más Madrid) ni Ada Colau (Comunes) aceptaron dar la cara.
Fuentes de la dirección de Sumar manifiestan que "no hay prisa" por concretar ni una fecha ni una hoja de ruta; no obstante, los aliados en cuestión aseguran que Sumar lleva desde la semana después de las elecciones europeas presionándoles para reunirse cuanto antes.
La versión oficial de este frenazo en el proceso de diálogo es que, sin elecciones a la vista, podrán plantear una refundación "tranquila, con tiempo", y transitar hacia un modelo "más horizontal, en pie de igualdad". Dicho de otro modo, un modelo en el que Movimiento Sumar no lleve las riendas y acepte ser uno más de la coalición, sin beneficios.