David Alandete: "Sólo la trama rusa puede impedir a Puigdemont volver impune a España"
El periodista ha presentado a través de X el libro 'La Trama Rusa. La alianza secreta entre el independentismo catalán y el Kremlin'.
10 julio, 2024 21:39El periodista David Alandete (Valencia, 1978) ha presentado, a través de un directo en redes sociales, el libro La trama rusa. La alianza secreta entre el independentismo catalán y el Kremlin. La investigación, según sus propias palabras, reúne las "abrumadoras" pruebas de los contactos entre la cúpula del procés independentista, liderada por Carles Puigdemont, con emisarios rusos entre 2017 y 2024.
Estos contactos constituyen la piedra angular de la causa separada del caso Volhov en la que el juez Joaquín Aguirre investiga a los expresidentes de la Generalitat Carles Puigdemont y Artur Mas, junto a otras 11 personas, por los presuntos delitos de alta traición y malversación de caudales públicos, por sus contactos con agentes del Kremlin.
Todos ellos, ha afirmado Alandete, tuvieron lugar en Barcelona, Bruselas, Moscú y Suiza. Fueron descubiertos por agentes de la policía judicial, jueces instructores y la Inteligencia europea y española.
Después de que el juez instructor del caso Tsunami Democràtic en la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón, acordase cerrar la causa para los 10 investigados del procés independentista, Alandete afirma que la causa de la llamada "trama rusa" es "lo único que queda entre Puigdemont y su posible regreso impune a España".
"Lo que se cuenta en el libro", ha explicado, "ocurrió hace unos años y lo que reflejan es que Rusia quiso influir en una crisis política en España". Putin, ha recordado el autor, "antes de 2022 interfirió en varias crisis: el Brexit y las elecciones de EEUU que ganó Donald Trump".
De esta forma, el régimen ruso habría elegido "el mayor pulso al Estado constitucional en España", que fue "el referéndum de autodeterminación de Cataluña en 2017". Según él, fue ahí donde detectó por primera vez la presencia de espías rusos... "y Puigdemont inició sus contactos".
El día 26 de octubre de 2017, horas antes de la declaración unilateral de independencia, Puigdemont recibe en la Casa dels Canonges al exdiplomático ruso Nikolay Sadovnikov, un "emisario de Vladímir Putin", quien "se comprometió a enviarle 10.000 soldados, pagar la deuda catalana y que en la provincia de Barcelona se abriese una fábrica de minado de criptomonedas".
Después, continúa el autor, Puigdemont "se va a Bruselas, y su jefe de gabinete, Josep Lluis Alay, viaja a Moscú en al menos cuatro o cinco ocasiones". Se producen entonces unos "contactos claros", dice el periodista, "y eso es lo que ahora Puigdemont quiere tapar. Pero los hechos están ahí".
Además, a Alandete lo ha llamado Puigdemont "a declarar como testigo" tras presentar una querella contra el juez Aguirre a principios de este mes de julio, acusándole de presuntos delitos de prevaricación y malversación.
Puigdemont, explica Alandete, alega que Aguirre "se lo ha inventado todo", porque "varios periodistas y yo somos un contubernio que trata de impedirles volver a España, como si él no hubiese hecho nada". Lo que Alandete da en el libro "son las pruebas" de que la trama fue "real".
Formación del Govern
En la presentación telemática han intervenido también otros colegas periodistas, como el exdirector de El País Antonio Caño. Aludiendo a las consecuencias que la causa elevada al TS por el juez Aguirre pueda tener en la política catalana, Caño ha afirmado que "la formación del próximo gobierno en Cataluña depende no de las negociaciones de Salvador Illa (PSC), sino de cosas absurdas, inverosímiles [...] y externas a la política".
De hecho, ha añadido "que Puigdemont sea o no condenado va a influir". En la medida en que "la situación judicial se agrave", ha explicado Caño, "hay menos posibilidades de que Illa sea presidente" y, en la medida "en que se alivie", Esquerra "tiene más margen para que la investidura de Illa se produzca".
En opinión de Caño, si "la injerencia rusa en Cataluña no fue a mayores" fue solamente por "la torpeza de los dirigentes del procés". Pero "no porque el Kremlin no pusiera empeño para que se convirtiese en una crisis en España".