Puigdemont le pone fecha a Sánchez: "Empezó la cuenta atrás, o pasa algo ya o esta legislatura durará año y medio"
- Recuerda desde Bruselas que la foto de los dos en Waterloo "es condición necesaria pero no suficiente". Y advierte de que "el día 31 cumple el plazo para el traspaso de inmigración y el 7 de enero la Mesa debe aceptar la cuestión de confianza".
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Queda poco más de una semana para que se cumpla el plazo al que el PSOE se comprometió para la "cesión integral" de las competencias sobre inmigración a la Generalitat. El pasado 9 de enero, Junts per Catalunya sometió a Pedro Sánchez a su bautismo de la legislatura, negándose a convalidar los tres primeros decretos del nuevo Gobierno de coalición con Sumar, recién constituido entonces. Acaba el año y la advertencia ya es una amenaza: "El reloj ya está en cuenta atrás, y si no lo para algo, esto [la legislatura] habrá durado año y medio".
Según el líder de Junts, "Sánchez dice que no necesita al Congreso, será que quiere gobernar como en un emirato... pero nosotros ya hemos llegado al límite".
Es decir, que si el PSOE no avanza en sus cesiones a Junts, en verano se habrá terminado todo y dejarán caer a Sánchez. "Nunca iremos a una moción de censura con el PP y Vox, pero si en el Congreso nos demuestran que no quieren avanzar en el autogobierno de Cataluña, que se olviden de nosotros".
Las comillas son de uno de los colaboradores más cercanos de Carles Puigdemont, en conversación con este diario desde Bruselas. "La foto de Sánchez en Waterloo se producirá, por supuesto, porque está pactada", añade esta persona, "es una condición necesaria, para que el presidente legitime al president, pero no suficiente".
Es decir, que Junts no quiere una imagen con Puigdemont simplemente para humillar a Sánchez. "Esa reunión se celebrará, porque iba a ser en marzo pasado", como informó EL ESPAÑOL, "y se suspendió por la convocatoria anticipada de las elecciones catalanas. Pero no aceptamos un paripé, la foto será la de una reunión con contenido y acuerdos, o no será".
Que lo de la inmigración parezca que no va a llegar a tiempo es "nada más que un síntoma" de cómo siente Junts que negocia el PSOE. "Nos acusan de que nos han engañado... claro que sí, nos han engañado. Por eso ya no confiamos en ellos y si no hay cuestión de confianza ni nos sentamos a hablar de Presupuestos".
La Mesa del Congreso, por orden de Moncloa, se inventó hace una semana una figura nueva: su trabajo es calificar o descalificar las iniciativas parlamentarias. Y el único criterio aplicable es que éstas estén formuladas con arreglo a la ley. Los letrados del Congreso habían dado su consentimiento para que la Proposición No de Ley (PNL) se tramitase, pero la mayoría gubernamental en el órgano de gobierno de la Cámara decidió "aplazar" la decisión.
Para estudiarla mejor, se dijo oficialmente. Para dar tiempo al PSOE a negociarla con Junts, se admitió en los pasillos. Dos meses, hasta el nuevo periodo de sesiones en febrero, dijeron los socialistas que se daban. Apenas tres semanas, el 7 de enero, advierten desde Junts.
"Es un escándalo", lamentaba un miembro del Partido Popular en la Mesa. "Con Sánchez, se cruza cualquier línea roja. Si ha hecho una amnistía inconstitucional, ¿cómo no va a ordenar hacer una cosa que no está contemplada en el Reglamento? Si algo no está prohibido expresamente, los socialistas se aprovechan".
El 7 de enero, hay reunión de la Mesa. "Ahí veremos qué hacen", añade esta fuente. "Sin cuestión de confianza, ni nos sentamos a hablar de Presupuestos. Pero si paran la PNL ese día, se acabó. Que se olviden incluso de la senda de déficit", cuya negociación "está avanzada" pero todavía no se ha cerrado.
Tres temas clave
Junto a las ya citadas competencias de inmigración, hay otros tres asuntos "del día a día" que no se han cumplido y que han motivado que el partido de derecha independentista haya exigido al presidente someterse a una cuestión de confianza si quiere seguir contando "no con los votos de Junts, sino con alguna opción de que nos sentemos a negociar".
Uno es la petición de escoltas para la seguridad de Puigdemont en Bélgica.
Según las fuentes consultadas en Junts, "hasta la consellera de Interior, la socialista Silvia Paneque, está por la labor de mandar Mossos para proteger al president, pero es el Ministerio del Interior el que se niega". Puigdemont, de hecho, está "muy cabreado" con Fernando Grande-Marlaska porque "él es consciente de que hay amenazas serias a la vida de Puigdemont, y es él quien lo bloquea".
El segundo asunto es la consumación definitiva de la amnistía para el expresident, huido de la Justicia española desde hace ya más de siete años. Y el tercero, la oficialidad del catalán en las instituciones europeas. Ambos son imperiosos para Junts, pero el tema migratorio es el que más molesta, dado que depende única y exclusivamente del Ejecutivo. "Es cuestión de voluntad política, y llevan ya casi 12 meses mareando".
El documento firmado pone 31 de diciembre como fecha tope. Así que si el Consejo de Ministros no lo aprueba este mismo lunes, en su última reunión del año, Puigdemont acumulará un motivo más para calificar a Pedro Sánchez de "persona no fiable".
Según la fuente citada, el Ministerio del Interior está ofreciendo una fórmula que consiste "en que el Govern llevaría la gestión, pero Madrid tendría la última palabra... es decir, lo difícil para la Generalitat y lo fácil para ellos; no lo aceptaremos".
En el asunto de la amnistía, Puigdemont argumenta por boca de este portavoz que ya se esperaba que el Tribunal Supremo pusiera obstáculos.
"Pero a Sánchez le vemos atacar a los jueces cuando le tocan a su mujer, a su hermano o el caso Koldo... si se siente acosado, nosotros le podemos dar lecciones de cómo sobrellevarlo", explica con mofa. Y desafía al líder socialista a poner el mismo empeño en defender al presidente de Junts: "¿Por qué no arremete contra los jueces prevaricadores que se niegan a aplicar una ley legítima como la de amnistía?".
Parecidas son las razones que esgrime Junts para exigir "más esfuerzo" en el asunto de la oficialidad del catalán en la Unión Europea. "El ministro José Manuel Albares se está esforzando, pero no consigue nada", explica otra fuente de Junts.
Lo que solivianta a Puigdemont es que si para colocar a Teresa Ribera en la Comisión, Sánchez es capaz de tragarse el orgullo y negociar con Giorgia Meloni y Viktor Orbán, debería poner el mismo interés en un asunto "principal" para poder optar a los siete votos de Junts en el Congreso. "Dejemos ya los consejos de ministros, y vayamos al Consejo Europeo de jefes de Gobierno. 'Oigan, colegas, que me aprueben esto porque es una condición imprescindible para mantener el cargo', debería decirles".
En Suiza, tampoco
El día antes de la Conferencia de Presidentes autonómicos en Santander, Junts empezó a negociar con el PP las enmiendas a la reforma fiscal introducidas por los populares en el Senado. Y sus responsables se encargaron de que se supiera. "No vamos a dejar al PSOE para irnos con el PP, entre otras cosas porque nunca hemos estado con el PSOE... lo que pasa es que el tema fiscal es muy importante, y es lo que piden los empresarios", y esa es una vía para entenderse con los populares.
"En Cataluña estamos hartos de pagar dos veces por lo mismo"... y en el resto de España, responden desde Génova, encantados de su éxito en el último pleno del jueves pasado.
Pero ese viernes de cumbre autonómica, Sánchez tenía otra reunión de la que estar pendiente. En Ginebra (Suiza), Santos Cerdán rendía la visita mensual a Carles Puigdemont, ante los mediadores y relatores internacionales. En aquella cita, el secretario de Organización puso sobre la mesa la necesidad de que Junts retirara la PNL sobre la cuestión de confianza, pero el líder independentista se negó.
Primero, porque "ése no era el foro para un tema político", explica su portavoz, presente en la ciudad del lago Leman. "De lo que se habla en Suiza es de la resolución del conflicto, no de los temas del día a día". Y segundo, porque los resultados de esas reuniones, cada vez menos secretas, no alimentan la confianza de los independentistas.
"Es lo mismo, no avanzamos", apunta esta persona del núcleo más cercano a Puigdemont. "Es el mismo PSOE, aunque con mejor cara". Es decir, que Cerdán sí ha llegado a acuerdos en Suiza con Puigdemont sobre los dos temas que se tratan en el extranjero: la "independencia fiscal" de Cataluña y "el reconocimiento nacional", es decir, el referéndum pactado.
Pero luego, "una vez en Madrid, lo acordado allí se vuelve papel mojado". Así, según las fuentes de Junts, cuando se le pregunta a algún ministro implicado en esos acuerdos, "siempre dicen lo mismo... que Cerdán no les ha dicho a ellos nada de eso, que consultarán con Moncloa... y de lo pactado, nada".